𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

65. segunda posibilidad.

—¡Vamos si puedes Mattheo!— dijo Amelie carcajeando.

—creo que intentar hacer cupcakes fue una pésima idea. Tiremoslos, yo te compro una tienda donde te hagan cupcakes ricos si quieres-

—me prometiste que los harías conmigo.— le recordó con una expresión triste. A veces había que recurrir a la manipulación.

—amor, ¿No crees que es más fácil comprarlos? ¿Cuántos quiere? ¿Cien? ¿Mil?— ella negó haciendo que él volteara nuevamente a la receta con frustración.— no sirvo para esto.

—si me compras algo seré como a todas las que le regalaste cosas caras... Solo quería hacer algo distinto, pero está bien. No hagas nada, cocinare yo sola.— tomó la receta dejándola frente a ella mientras se hacía una coleta.

—mala, sabes que ninguna te da celos porque eres la mejor... Pero está bien, me quedaré a cocinar con usted, hermosa.— beso su mejilla haciendola sonreír.

—¿En serio?

—si, pero en serio necesito tu ayuda, porque no podré solo.— la ayudo con el delantal y la volteo para darle un beso.

—claro que si, trabajaremos en conjunto.

—perfecto, ¿Cómo empiezo?

—en este recipiente debes mezclar todos los ingredientes secos.— le mostró los utensilios y donde estaban los ingredientes secos ya medidos. Mattheo se asustó de que confiara tanto en él que se volteo a hacer otra cosa dejándolo solo. En serio jamás en su vida había tenido la necesidad de cocinar como para saber si iba bien o mal.

—¿Voy bien?

—perfecto.

—¡Ni siquiera me miraste!

—pero confío en ti, mi amor.— le lanzó un beso y ella continuo con lo suyo.

—creo que huele rara la harina...

—¿Rara?— se acerco y en ese momento él tomó harina y se la lanzo en la cama. Al bufar salió una nube de polvo que lo hizo carcajear.— ¡Bobo!

—era una bromita.— la ayudo a quitar el polvo en sus pestañas soplando y tomó un paño para el resto de su cara.— que linda eres. ¿Me perdonas?

—si me das un beso.— él cerró los ojos acercándose, pero se alarmó cuando ella rompió algo en su rostro y cayó algo extraño por su rostro. Supo que le había roto un huevo en la cara.— mmm... Que delicioso.

Mattheo bufó antes de sentir el polvo de harina llegar después de esto. Sintió la carcajadas de su prometida.

—eres un incrédulo. Ya ven acá.— lo acercó para tomar su varita y con un aquamenti haciéndolo gruñir.

—¿No podías ser delicada y quitarlo con un pañito, amor?

—jamás he sido delicada, guapo. Así se quitaba más rápido, ¿Estás bien?

—perfecto.— espero a que sacará la mezcla de sus labios y la beso.— ya sigamos o no terminaremos nunca. Ayúdame.

—es que me llegó harina al ojo, ya no puedo ver bien.— se sentó en el mesón y lo miro sonriente.

—bueno, agradece que disfruto mucho tus ojos sobre mi.— bromeo continuando batiendo ciertos ingredientes. Le guiño un ojo coqueto.— los haré con mucho amor para ti, solo porque eres hermosa y te amo.

—¿En serio?— preguntó enternecida y admirando lo lindo que se veía cocinando.— te amo demasiado.

—¡Miren a quien tenemos acá!— Camila entro riendo viendolo hasta con delantal de cocina.— quien diría que te tendrían cocinando, Mattheo.