𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

56. celos y envidia.

Mattheo lo miraba con unos ojos redondos de horror. No podía creer que dijera todas esas cosas y por más que intentó defenderse solo pudo negar.

—no puedes decir eso.

—ya lo dij-

Un gran puñetazo lo boto de su silla, y cuando se dieron cuenta Tom había corrido a Astoria en un segundo y paso. Miró a Mattheo y frunció el ceño.

—lo siento, nadie lo callaba.— Astoria chilló ayudando a qué se sentará nuevamente. Todos estaban en silencio y Tom se sentó nuevamente, pero Amelie miro a Mattheo quien tenía los ojos vidriosos.

—¿Cuál es tu puto problema?— Draco la miró, está vez mucho más dolido por el golpe. Ella jamas hablo así con tanta rabia e incluyendo una grosería para regañarlo.

—no creo que lo defiendas... No a él.

—no, no lo hará.— negó Mattheo.— solo... Pasen un buen almuerzo. Feliz cumpleaños.— se levantó sin mirar a nadie y dejo dinero sobre la mesa antes de levantarse y salir del lugar.

—Mattheo.— se levantó y Draco también haciéndole frenar con esa mirada de lastimado.

—¿Irás tras él cuando solo te quiero defender? ¿Cuando Tom me golpeó por decir verdades?

—iré tras él porque es el único que se comporto con decencia acá. Actúas como un niño celoso y eso solo me hace sentir desagrado, porque estoy muy decepcionada de ti.— Draco abrió la boca devastado.

Jamás había escuchado esa palabra salir de quién más lo sobreprotegia del mundo apesar de estar equivocado.

Tom agradecía que fuera ella quien iba tras Mattheo, porque sabía que él no tenía conocimiento de consolar correctamente. Todos sabían de que Draco había disfrazado sus celos de esa forma, y es que siempre solía tener toda la atención y tiempo de Amelie y de un día para otro ella comenzó a concentrarse en otra persona.

Amelie camino hacia afuera dándose cuenta que no estaba. Pensó en la torre de astronomía vieja y al llegar no lo vio por ningún lado apesar de buscarlo en cada rincón. Su departamento, su habitación, la de él... Hasta que pensó en que la única vez que lo vio llorar fue en una torre de su mansión, pero al no recordarla bien apareció en la primera planta teniendo que correr escaleras arriba para ver si se encontraba en el lugar. Valía la pena subir seis pisos de escalera por él.

Estaba agotada, pero solo pensaba en que no lo iba a dejar solo creyendo eso.

Al llegar camino en silencio y lo primero que vio fue como estaba mirando hacia afuera con los codos apoyados en la baranda mientras parecía reflexionar todo con seriedad y dolor. Cuando estuvo a un metro de él fue cuando se volteo notando su presencia y abrió la boca sin palabras. Hasta que por fin pudo hablar.

—lo siento, no podía permitir que me defendieras sabiendo que eso podía hacerte pelear con él. Es tu mellizo y sé que no te gusta que sufra y... Joder, te deje sola el día de tu cumpleaños 6 es horrible. Debes estar enojada y lo entiendo, yo... Si, es mi culpa y le pediré a Tom que se disculpe con Draco si te pareció que fue demasiado-

Se quedó congelado cuando sus brazos rodearon su cuello para acercar su cabeza a su hombro. Acaricio su cabello y por fin sintió las manos de su novio aferrarla a él con necesidad soltando una gran bocanada de aire doloroso.

—no voy a permitir que hagas eso cuando no tienes la culpa de nada, ¿Si? Él que no quiero que sufra injustamente es mi esposo, porque prometí con el alma que iba a cuidarte.— sintió su cuello húmedo y como él comenzaba a sorbetear su nariz con abundantes lágrimas y leves sollozos que podrían pasar fácilmente desapercibidos, menos para ella.— no permitiré que nadie pase por sobre ti ni tu corazón. Por mucho que ame a Draco, no lo voy a justificar ni evitar una pelea cuando lastimo y ofendió al hombre de mi vida. Mi hombre.