𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

11. no quiero que te vayas Mattheo.

Draco Malfoy.

Alguien que era conocido por ser el chico bully, sin sentimientos y vida perfecta era el chico más roto que había. Él tenía a su hermana y esto era lo que más le importaba, ella era su debilidad. Su boggart era variado, uno era su padre, otro era Narcissa muerta y Amelie muerta, pero el que más aborrecía y le daban ganas de vomitar era el de Amelie... Uno en el que ella le gritaba que no valía nada, que era un cobarde y que por esto no lo quería.

De solo recordarlo se le helaba toda la sangre.

Draco despertó aún con Amelie entre sus brazos. Recordaba el como ella lloro y suplico su perdón, él le aclaro que ella era la que lo tenía que perdonar. Lo que si se dejó claro a sí mismo era que jamás lo volvería a dejar sola, no podía y no lo haría.

Amelie solo paro de llorar cuando se quedó dormida. Draco acarició su cabello pensando en que no había comido nada, y conociéndola bien sabiendo que no se iba a levantar con ese aspecto. No iba a dejar que su hermana fuera de esta manera a clases, lo mejor era hablar con Dumbledore.

Draco se fue rápido a su habitación para bañarse y se dirigió a paso firme hacia el despacho de Dumbledore. Al entrar observó todo con curiosidad, ni siquiera se dio el tiempo de tocar la puerta.

—joven Malfoy, ¿A que me debo... El honor de tenerlo acá?— pregunto. Comenzó a bajar las escaleras y Draco se enderezó en ese momento sacando la mano del objeto curioso que estaba ojeando.

—vine a hablar sobre Amelie Malfoy. Hubo un inconveniente con ella... Ella no está bien y se que está noche tiene que hacer rondas, pero ella no está en condiciones para ser prefecta. Realmente se encuentra muy mal.

—¿Mal? Defina mal. Según mi criterio Amelie es la perfecta para el puesto, tampoco hay muchas chicas de Slytherin que postulen a puesto.— camino hacia su mesa y Draco fue tras el.

—mal, ella se encuentra mal, no lo puedo decir.— miró el piso.— por favor, solo vine a pedir si podía justificar el que ella faltará a clases. Jamás la había visto así, y soy el más cercano a ella, se de lo que hablo.

—joven Malfoy-

—por favor, se lo estoy pidiendo por favor.— Dumbledore pudo notar su mirada y tono desesperado por la preocupación. Con un suspiro comenzó a firmar un papel.

—justificativo para dos días joven Malfoy. Solo le puedo dar eso, no quiero que ella o usted se atrasen con sus estudios.

—gracias, en serio muchas gracias.— tomo el papel y salió de ahí, pero antes de llegar a la puerta fue frenado.

—cuando pasen estos dos días dile a la señorita Malfoy que la quiero en mi despacho.— Draco asintió y salió de ahí camino a la habitación de su hermana nuevamente. En el camino choco con Blaise quien venía con Pansy y los hermanos Riddle.

—¡Oh Draco!— Pansy fue la primera que hablo, ignorando por completo el choque.— justo iba a ver a Amelie.— Draco negó.— Draco, no me lo puedes impedir, ¡Yo fui la que ayer evite que ella...!— se quedó callada y Draco noto sus ganas de llorar.— en serio necesito verla...

—¿Y ustedes qué?— miró al trío de chicos quienes miraban la situación atentos.

—bueno pues, yo los acompaño y entiendo que no somos cercanos así que no entraré a su habitación para no incomodarla.— hablo Tom. Draco entendió y agradeció el que entendiera bien la situación.

—en revisas a mi si me gustaría pasar a verla pero prefiero esperar a que ella esté bien.— explico Zanini.— cuando ella quiera, lo encuentre adecuado y este cómoda yo la veré.