64. vuelta de la misión.

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Amelie ya estaba lista con todo lo que le había preparado. La comida, las velas con un aroma muy leve para que no fuera hostigador, el vino y su vestido negro de seda corto que hacía juego con su bata y ropa interior.

Había estado esperandolo media hora que se le hacía realmente eterna por la ansiedad de verlo. Tenía música ambiental y cuando ya pensó que no iba a llegar sintió pasos y se levantó de la cama.

—¿Amor?— pregunto dando dos golpes a la puerta y abriendo temerario de que estuviera dormida. Al abrir y ver velas y como ella estaba parada esperando por su llegada no se pudo sentir más afortunado.

—hola...— saludo algo tímida.

—¿Hola?— se burló dejando caer su mochila para acercarse y abrazarla con fuerza. Sus manos se posicionaron en su espalda para que estuviera más cerca de él y no demoro en llevar su nariz a su cuello para aspirar su aroma y cerrar los ojos agradecido.

Su hogar.

—te extrañe mucho, mi amor.— confesó sin separarse. Amelie acaricio sus hombros y aspiro su aroma a jabón y perfume.

—yo también, mi amor.— se separó para besar todo su rostro haciéndolo sonreír.

—joder, te amo mucho.— miró hacia la cama y mordió su labio al sentir aroma a comida.

—debes venir muy cansado, siéntate.— lo acercó a la cama para sentarlo y ayudarlo con los zapatos.

—no hace falta, cuéntame cómo estuvo tu semana.

—tú cuéntame cómo te fue.— pidió entregándole un pijama cómodo, planchado y lavado el mismo día. Él se sentía muy consentido, así que no paraba de sonreír.— debes venir demasiado cansado.

—si, te extrañaba todos los días. ¿Te aburriste mucho sola?

—eso no importa, ¿Comiste bien?

—me saltaba algunas comidas, así son las misiones. Esto huele delicioso.— ella le entrego su platillo y abrió otras cosas. Había comprado mucha comida.

—come. Pobrecito, debes intentar comer a las horas.

—pero estoy contigo, no importa ya si dormí mal, hoy dormiré muy bien. Aparte me fue bien, recolecte la información, perseguimos a unos tipos que nos dieron más datos y nos faltó, porque encontramos un plan no terminado, o quizás era un borrador y se llevaron el bueno... Me preocuparé en la siguiente.

—¡Pero que hombre más inteligente!— beso sus labios y se apoyo en su hombro.— te necesitaba tanto.

—acá estoy. Mañana veré la posibilidad de salir a comer, aunque sea encubiertos.

—¿En serio?— pregunto sentándose emocionada. No había salido en una semana casi.

—si, nena. Papá me alzando a comentar que estabas algo aburrida.— acaricio su mejilla y beso la punta de su nariz.— está delicioso todo, gracias.

—no es nada... Planeaba darte un masaje, para que te prepares.

—¿En serio? Me estas consintiendo mucho.

—para nada.— aseguró. Notó que se quedó en silencio para engullir la comida, al parecer no había comido bien. Cuando por fin se detuvo al terminar casi todo lo que había comprado suspiro.

—quede llenisimo.— acaricio su barriga asintiendo.

—me alegro. Quítate la polera.— ordenó ordenando las cosas y quitandolas de la cama mientras iba por el aceite.

—¿Tan rapido? Si que me extrañaste.— bromeó quitándose la polera para ponerse boca abajo en la cama. Ansiaba un masaje en realidad, así que cuando la sintió en su espalda baja suspiro.

𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora