𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

59. noche de pesadillas.

—¡Amelie!— Lucius llegó de imprevisto a la habitación donde estaban terminando de limpiar para por fin dormir. Los dos se exaltaron por el gran gritó de enojo.

—¿Qué ocurre, Lucius?— preguntó extrañada por su agresividad.

—¡¿Qué carajos le dijiste a Draco?!

—¿Qué le dije?... No lo sé, no sé a qué te refieres.— confesó sincera y tranquila. Mattheo queria interferir, pero ella le dijo que ella manejaba estás situaciones y que el no se involucrara.

—¿De qué hablo? ¡¿Que de qué hablo?!— alzó más el tono en la última pregunta y se acerco para soltarle una bofetada que resonó por la habitación. Amelie agarró su rostro sintiendo un pitido en el oído por el sorpresivo golpe. Mattheo se levantó alerta, sin poder creer que lo visto era real.

—¿Te pegó?— preguntó incrédulo, siendo ignorado por Lucius. Amelie no lo escuchó.

—¡Manipulaste a tu propio hermano, mala! ¿Cómo le haces creer que lo obligamos a algo y él es una víctima de nosotros? ¡Somos sus padres! ¡Lo amamos y queremos lo mejor para él, manipuladora!

—¡Yo igual quiero lo mejor para él! Al menos yo si sé amarlo y protegerl-

Está bofetada sonó más fuerte que la anterior. Amelie se sintió mareada y fue suficiente para que Mattheo confirmara que efectivamente Lucius la había golpeado. Había tenido el descaro de maltratar a su mujer frente a sus propios ojos.

—tenias que intervenir, ¿No? Con tus estúpidos ideales. Solo quieres verlo mal.

—e-eso no es verdad.— sollozo con temor. Siempre le asustaba estar haciéndole daño indirectamente a quien más amaba aparte de Mattheo.

Es que Lucius la sabía manipular muy bien.

—sabes que si. Eres mala, muy mala Amelie. Si tan solo no le metieras tales ideas... Draco jamás hubiera intentado acabar con su vida el año pasado.

—no, no es verdad.— negó sollozando.

—se buena hermana y ve a decirle que está bien esa marca.

—¡No!— y ante el grito Lucius levantó su mano otra vez. Mattheo lo empujó con rabia haciendolo tropezar y chocar con el marco de la puerta. La cara de impresión que tenía Lucius ante esto era una obra de arte.

—¿Te has atrevido a golpear dos veces a mi mujer ante mi presencia, idiota?— gruñó rojo de la ira.— si no te mato, es por el respeto a mi cuñado, porque si fuera pori te tendría encerrado viviendo entre tus propias heces y orina.

—¿Cómo te atreves...?

—¿Cómo? Seré el próximo jefe después de la guerra. Serás menos que un puto elfo. ¿Quieres saber por qué mi mujer no tiene marca? Ja... Crearemos la nuestra, porque será una nueva. Reza porque ella no quiera matarte, porque si vas a conocer a alguien que esté por sobre mi y mi autoridad... Es ella, Amelie Riddle.— gruñó en su rostro antes de cerrarle la puerta en su rostro y voltearse.

Amelie se estaba acostando nuevamente entre las sabanas con el rostro rojo ardiendo y empapada en lagrimas.

—no soy tan perfecta después de todo, ¿No? No soy fuerte, soy una sometida traumada que cede ante Lucius. ¿Quieres a tu futura esposa y jefa así?— rio irónica mientras sostenía aún su mejilla. Mattheo se acercó para quitar su mano y tomar su cabello quitandolo de su rostro.— ni siquiera logró ser buena hermana para Draco, y quiero lo mejor para él... Soy la peor.

—eres... Eres la mujer que quiero en mi vida. Draco sabe que eres una excelente hermana, te ama y te tiene en un altar entregandote el respeto que te mereces. Ahora, el que Lucius te ponga una mano encima y te manipule... Hace que mi sangre hierva, y me gustaría que no le hicieras caso, porque no es verdad.— con su varita susurró un episkey para sus mejillas y la beso.— ven acá. No te soltaré jamás.