𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

32. no me mientas, Amelie.

Mattheo no podía evitar sonreír ante Amelie enojada, le causaba ternura. No la habia seguido el día de hoy, porque entendía completamente que ella necesitará su espacio y sobre todo tiempo para pensar bien las cosas. Se tenía que aclarar 100%. Si ella le pidió tiempo él se lo daría sin pensarlo.

Odiaba cuando Camila molestaba a su chica, porque ella estaba mal, no le bastaba con revelar todo el día anterior. Debía dejarla en paz.

La clase por fin termino, y arreglo sus cosas rápidamente. Noto que Pansy se fue con Blaise y Draco, lo que significaba que Amelie iba a quedar sola. Ella no lo había mirado en todo el día, así que seguiría dándole espacio. Tom paso por su lado adelantándose, y él iba a hacer lo mismo de no ser jalado por el brazo. A voltear vio a Amelie.

Le sorprendía que Amelie se dignara a tocarlo, a enfrentarlo sabiendo todo y más con lo consternada que estaba el día anterior. Le pidió una explicación con la mirada, porque en serio no entendía que quería, sin embargo ella lo miraba de la misma forma, aunque más confundida. Intentaba decifrar algo con su ceño fruncido, pero no hablaba.

—¿Que paso, Amelie?— la miró de frente y ella abrió la boca sin entender antes de hablar.

—Mattheo... ¿Por qué me evitas?

¿Evitarla? ¡¿Él?!

—¿Sabes que? Olvídalo.— comenzó a caminar y Mattheo reaccionó dando dos largos pasos para agarrar su mano.

—¿Evitarte a ti? ¿Cómo podría evitarte? Me dijiste que querias pensar las cosas y... Te estoy dando espacio. No quiero intervenir en las decisiones que quieras tomar o tus pensamientos.— explico. Al notar que ella estaba dolida poso sus manos en su cintura con delicadeza y se acerco mirando sus ojos que tanto le encantaban. Estaba feliz de que ella no quisiera más tiempo.

—oh...— fue lo único que dijo.— ¿Me das un abrazo, Mattheo?— él sonrió aún más dejando sus cuadernos en un banco para abrir los brazos. Amelie rodeo su cintura y apoyo su cabeza en su pecho. Suspiro. Se sentía tan bien cuando él acariciaba su cabello con delicadeza y cariño.— ¿Aún iremos el viernes?

—claro que iremos, a menos que no quieras.— la soltó levemente para verla a los ojos, aunque no pudo evitar mirar sus labios. El querer cuidarla lo tenía tan presente, no quería que nada le pasará, quería cuidarla como nadie lo había hecho.— si no quieres podemos ir otro día, esta bien.

—no, en serio quiero ir... Contigo.— él asintió acariciando su rostro. Noto su timidez al inclinarse, como su no supiera si iba a ser correspondida por él. Era estúpido, él moriría por un beso de ella.

Se inclino a juntar sus labios con suavidad, solo queria mostrarle que la quería mucho.

—eso es bueno. Reserve lo mejor para ti, vas a relajarte y nadie nos va a molestar. Solo estaremos tú y yo.

—eso me gusta.— volvió a besarlo feliz de que él no la estuviera evitando. El sentir que la ignoraba le dolió, porque se sintió como los primeros días que Mattheo llegó a Hogwarts.

—¿Te acompaño a tu próxima clase? ¿O quieres más tiempo para pensar las cosas?— la miraba deseando con todas sus fuerzas a qué aceptara que anduvieran juntos nuevamente.

—no, no quiero que me acompañes a clases.— Mattheo quedó serio, sintiendo una fea punzada en el pecho gracias a su rechazo.— quiero ir a tu lugar, contigo...

—eso es mejor.— tomo sus cosas junto a las de ella y comenzó a jalar su mano. Corria por los pasillos con la chica en medio de risas. Snape estaba por un pasillo y se vieron obligados a esconderse en un hueco mientras reían por la travesura de no estar en clases. Volvieron a correr a su lugar. Era tan mágico y especial, tan de ellos.