43. decirle la verdad.

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—¿Me vas a decir que te ocurre?— preguntó Mattheo, una vez que terminó la clase.

—¿A mí? Nada.— respondio mientras se levantaba y arreglaba sus últimas cosas. Mattheo quedó aún más confundido con cómo estaba actuando su novia. Estaban más que bien en el baño.

—mira cómo me tratas Amelie. Me estás ignorando.— susurró frente a ella.

—claro que no, no has hecho nada, porque nunca haces nada.— soltó con ironía. Mattheo se cruzó de brazos, y Amelie se sentó en en escritorio con los brazos cruzados.

¿Por qué lo exitaba tanto verla molesta?

Se acerco a ella, con una erección creciente. Le abrió las piernas de forma brusca para quedar en medio de sus muslos, y ella jadeo de sorpresa. Sus manos subieron por sus muslos, y la acerco más al borde para estar juntos.

—no me gusta que me trates así.— agarró su mejilla sonriendo y beso la punta de su nariz.— vamos, dile que te pasa, no soy adivino.— bajo hasta su cuello dejando besos lentos. Amelie no rwsisigio más, y es que cuando se ponía así...

—nada.— repitió hipnotizada por sus labios. Era tan sensual... Y no podía entender como lograba seducirla en segundos.

—es malo mentir, e ignorar a tu novio que tanto te ama. Debería castigarte por eso.— la ayudo a levantarse, y pronto la volteo para inclinaría sobre el escritorio, su mano llegó a su nuca, presionando su rostro contra la fría madera.— no me gusta ser igmoradopor ti.

—l-lo sé...

—¿Entonces?— susurró los hechizos para comenzar a levantar su falda.

—¿Y si viene alguien, Mattheo?— preguntó, con las caderas bien levantadas para darle la facilidad correspondientes.

—que disfrute el espectáculo.— de un solo jalón de pelo la levantó nuevamente.— no me importa, solo quiero escucharte decir de quién eres.

—soy mía, de nadie más.— lo provocó. Mattheo solo sonrió y una mano se escabullo hasta su blusa, desabotonando hábilmente cada botón.

—¿De nadie más, preciosa?— le dió la oportunidad de arrepentirse, pero ella negó. Sintió como su cuerpo se presionaba al de ella, haciendo que un gemido abandonará sus labios por la necesidad de ser tomada. Su braga estaba empapada, únicamente por él, Mattheo Riddle.

—de nadie más...— Mattheo comenzó a quitar su cinturón, mientras sus labios se apegaban a su cuello.

—quiero que lo repitas cuando te esté follando.— tomó sus manos y las atrapó con el cinturón, dejándola a su merced. Una bofetada se escuchó en la habitación, seguido de un quejido de Amelie, Mattheo acaricio su nalga mientras sonreía. El dolor era tan placentero para ella. Pronto dió otra nalgada.

—¡Ah!— sus ojos se cerraron mientras jadeaba.

—¿Te vas a seguir portando mal? ¿O estás buscando que te enseñe a ser una buena chica, amor?— beso su cuello, mientras frotaja su erección en el trasero que lo volvía loco.

—puedo soportarlo.— aseguro, sintiendo como de un jalón le rompió la braga.— solo pruebame, guapo.

—no dudes que lo haré, cariño.— levantó su falda y deslizó su polla por sus labios, con lentitud.— vamos, pídelo, pide que te la meta.

—solo hazlo...

—pídelo.— reitero a modo de orden. Se estaba reprimiendose el follarla.

—ay amor, solo follame. Hazlo sin miedo... No me asusta.— Mattheo sonrió, aunque no sentía ni una sola pizca de gracia. ¿En serio ella creía que podía soportar?

𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora