4.¿te dejaron plantada?

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Me desperté temblando de frío, sentía hielo en mis huesos por ende estaba muy acurrucada en mi cama. No dudé en lanzar un hechizo de calefacción solo para darme cuenta que estaba ligeramente resfriada.

Me levanté de mala gana y me metí en el baño. Debía bañarme así que me deshice de mi ropa para meterme bajo el agua casi hirviendo, porque si, me gustaba el agua muy caliente. Me preocupe de tomarme mi tiempo ya que me sentía fatal, aún así no faltaría a clases por nada del mundo.

Me vestí algo abrigada para ir directamente al comedor y cuando llegue me senté junto a Draco quien reía.

—¿Que te paso? Luces fatal.— soltó una risa mientras comía, su solo comentario me hizo bufar.— ¿Amelie?

—creo que estoy un poco resfriada.— avise. Al escuchar una risa burlesca, al contrario de ser quien creía que era pude ver a Zabini riendo.

—¡Oye, me dejaste esperando en la biblioteca!— reclamo comenzando a comer.

—se me olvidó por completo... Lo siento.— susurré sin ganas. Draco me acerco un té y comencé a beberlo.

—hola.— Pansy se sentó frente a mi.— ush... ¿Que te paso? ¿Te lanzaron un crucio o que?— Blaise carcajeo ante el chiste y los dos chocaron sus palmas. Ni siquiera sentía ánimos para responderle a ellos, no me imaginaba que pasaría si Mattheo llegaba a molestarme.

Hablando del rey de Roma... Llegó a sentarse a mi lado. Hablar de él o si quiera pensarlo era literalmente como invocarlo.

Me recosté en el hombro de Draco y su pierna rozo la mia, me sorprendió esto, sin embargo no me moví ni un centímetro. Su muslo parecía tener una temperatura agradable y yo... Pues yo tenía frío.

—hola.— musitó entre dientes, no respondí. Mi cabeza bombeaba y al querer desconcentrarme de esto me concentre en el delicioso calor que recorría mi pierna y me hacía soltar una sonrisa.

Tenía tanto frío y sueño que no me di cuenta cuando el calor fue a mi muslo interno, cuando me senté a ver fruncí el ceño sin entender. Abrí los ojos con dificultad parpadeando para ver cómo la mano de Mattheo maseajaba mi pierna. Era un idiota (aunque su toque era exquisito). Sus dedos apretaron mi piel, me preguntaba que se sentiría si...

¡Basta!

Tome su mano la cual estaba caliente pero me quedé plasmada. Tan solo con tomar su mano sentía mi corazón latir con fuerza. Su mano era tan grande y áspera... Aunque demasiado agradable. Me recorrió un escalofrío cuando su mano agarró mi muslo esta vez con más fuerza lo que me hizo dar un corto y pequeño brinco. Todos me miraron de forma extraña y tuve que disimular.

Reaccione.

Cuando reaccione intenté quitar su mano, pero su agarre era deliciosament- digo... Era muy fuerte y no lo podía quitar. Esta vez se apego a mi haciendo que nuestras piernas quedarán juntas, muy, muy juntas.

Me sentía muy nerviosa, tiré de su mano y la dejé encima de mi muslo quitándola de mi muslo interno. El sonrió con un bufido e intento agarrar nuevamente mi muslo pero le agarre la mano, lo iba a volver a intentar y en un acto desesperado tome su mano entrelazandola con la mía y apretando bien mis dedos con la intención de que no fuera nuevamente donde estaba de una forma atrevida.

Sentía que mi acción fue muy invasora y me daba vergüenza pero el parecía gozarlo ya que sonreía con satisfacción. Por fin su mano se quedó tranquila pero lo que quedó intranquilo fue mi corazón que latía muy rápido. ¿Por que le tome la mano? Ni siquiera se me hacía... Bueno, si era sincera lindo era pero no me gustaba para nada el, y tampoco iba a permitir que un chico hormonal jugará conmigo de esta manera. Abrí mis ojos al sentir como comenzó a dar ligeras caricias en mi mano con su pulgar, lo mire con el ceño fruncido intentando decifrar a que jugaba.

𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora