Capítulo 18🍁

3.1K 208 104
                                    

LENA.

Viernes.

Mis nervios volvieron a dejarme en vela toda la noche. La obra es hoy y el miedo es más grande de lo que esperaba. Cualquier cosa podría pasar. Podría olvidar mis líneas, caerme del escenario, confundirme de escena. Podría arruinar la obra por completo.

Por más que intento pensar en positivo y decirme a mí misma que todo saldrá bien, mi cerebro se empeña en contradecirme continuamente.

Los días de otoño cuando estaba la obra solía asistir, pero me quedaba en una esquina alejada de cualquier persona. Maddie era la única que se mantenía a mi lado haciendo bromas de todo lo que podía, porque generalmente estaba desanimada por no poder participar y ella quería contentarme un poco.

Realmente no puedo creer que hoy participare con un protagónico. Eso solo aumenta aún más mis nervios.

Entro al auditorio soltando un gran bostezo. Estoy segura de que tengo unas ojeras enormes que no se quitaran fácilmente con el maquillaje, yo ya lo intente esta mañana y no funciono. Solo espero no dormirme en medio de la obra.

Varios alumnos están ayudando a organizar todo desde temprano. Hoy no hay clases para quienes participan de la obra para darnos todo el día de hoy para ensayar.

Voy directamente detrás del escenario a los camerinos para dejar mis cosas. La profesora ya está ahí con los de vestuario acomodando lo que vamos a usar los actores.

—Lena, llegas temprano—me dice la profesora en cuanto me ve.

—Sí, quería aprovechar todo el tiempo posible para ensayar—le digo, aunque no es completamente cierto.

La verdad es que estaba entre nerviosa y ansiosa, por lo que decidí venir a la escuela para ver si estar aquí practicando y ayudando me distraía un poco.

—Me gusta que seas trabajadora, pero no olvides que descansar es importante—dice, probablemente porque noto mis ojeras.

Lo único que hago es asentir y sonreír.

La profesora es llamada por uno de los alumnos y se va inmediatamente. Por mi parte, luego de que se va, saludo al equipo de vestuario y me siento sacando mi libreto para ensayar mis líneas.

A pesar de las dificultades, disfrute mucho de ensayar esta obra, no solo porque es mi favorita sino también porque finalmente me atreví a participar en otoño. Para mí el solo hecho de participar ya es un gran logro.

El apoyo y ánimo constante de Hamilton también fue de gran ayuda estas últimas semanas. Me molesto bastante no poder pasar tiempo con él los últimos días, porque nuestras tardes juntos son un buen descanso del trabajo, además de que nos divertimos mucho.

—Lena—escucho que me llama alguien a mi lado.

Alzo la vista para encontrarme a Zara sentándose junto a mí.

—¡Zara!, me alegra mucho verte—digo con emoción, estuvo muy ausente de la escuela últimamente—. ¿Cómo estás?

—Bien, recuperándome—dice señalando su pie.

—¿Qué haces aquí tan temprano?—pregunto curiosa—. Deberías estar descansando tu pie.

—Sí, pero pasar tantas horas en mi casa sin hacer nada es algo agobiante—dice soltando un suspiro—. Sé que no hay mucho que pueda hacer para ayudar aquí, pero es mejor que tener a mi madre todo el día tratándome como si fuera de cristal.

—Las madres son así—comento un poco divertida.

Cuando Tanner estaba en su recuperación mi mamá era así. No dejaba que hiciera nada, cosa que a mi hermano no le agradaba. Cuando mis padres no estaban en casa, Tanner se ponía a limpiar la casa de arriba abajo. Bueno, hasta que lo descubrieron y lo empezaron a vigilar por turnos todo el día.

El Otoño PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora