Capítulo 7🍁

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LENA.

Viernes.

Hoy se anuncian los resultados de la obra. Realmente dudo que me den un papel, por lo menos no de gran importancia.

Suspiro de aburrimiento por quinta vez en la ultima hora. Estamos en clase de italiano y el profesor se distrajo contando una anécdota ocurrida en alguno de sus tantos viajes. Hamilton a mi lado está garabateando algo en su libreta.

—¿Qué haces?—me inclino sobre su hombro.

En lugar de responder acerca un poco su libreta. Es un dibujo estilo caricatura del profesor.

—Es bueno—rio divertida.

—Gracias.

El timbre suena cortando el palabrerío del profesor y sorprendiendo a la clase. Todos salen de inmediato como si una horda de zombis los persiguiera. Hamilton y yo, por otro lado, nos tomamos nuestro tiempo.

—¿Emocionada por los resultados?—pregunta en cuanto cruzamos la puerta.

—Algo...

Nos detenemos cuando vemos a muchos estudiantes amontonados frente a la cartelera de anuncios. Ya están los resultados de la audición.

Tomo a Hamilton del brazo y lo arrastro entre la multitud hasta llegar frente a la hoja con el reparto. Busco mi nombre mientras soy empujada de un lado al otro. Finalmente, debajo muchos nombres, lo encuentro.

"Lena Riley: Extra y suplente de Elizabeth"

Bueno, algo es mejor que nada.

Reviso quien tiene el papel de Elizabeth y no me sorprende ver que se trata de Zara. Su audición fue de las mejores.

Estar entre la multitud me empieza a agobiar, por lo que, aun tomando a Hamilton del brazo, nos sacó del gentío.

—¿Y bien?—pregunta—. No pude encontrar tu nombre. ¿Tienes algún papel?

—Soy extra y remplazo para Elizabeth.

—No es tan malo—intenta consolar—. Sería peor que no te dieran nada.

—Sí, estoy bien con esto.

No me decepciona, realmente no esperaba un papel importante luego del desastre de mi audición.

—Vamos a la cafetería—empiezo a caminar con él a mi lado.

—Ya que no estarás tan ocupada en los ensayos, podrías ayudarme con la escenografía y utilería—sugiere.

—Te aseguro de que no me quieres cerca de tu trabajo.

—No creo que pase nada malo.

—Pero yo si lo creo.

El rueda los ojos y deja el tema de lado.

Cuando entramos en la cafetería vemos un gran escándalo. Parece ser que hoy hay juego, porque los jugadores y porristas son quienes gritan y ríen. Encontramos una mesa vacía y nos sentamos.

—¿Por qué tanto escándalo?—Hamilton mantiene su vista en el grupo de personas.

—Creo que hay juego esta noche.

—¿Futbol?

Asiento.

—¿Sabes?, seria agradable tener una experiencia escolar norteamericana completa—me mira con una sonrisa.

—Ni de chiste.

—Por favor—suplica.

Niego con la cabeza. Odio esos partidos, apenas soportaba ir a los de baloncesto cuando jugaba mi hermano.

El Otoño PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora