Capítulo 22🍁

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HAMILTON.

Meses antes.

Me miro al espejo como por quinta vez en los últimos quince minutos y sonrío. Llevo queriendo invitar a salir a esa chica desde hace tiempo, pero no creí tener realmente una oportunidad con ella, especialmente teniendo en cuenta que mi mejor amigo tiene un encanto que parece atraerla. Me sorprendió que aceptara tener una cita conmigo y a la vez me emociono.

Ella es hermosa, encantadora, divertida... perfecta.

Tomo mi celular cuando lo escucho sonar y veo que tengo un mensaje de ella. Un mensaje que esfuma por completo mi sonrisa.

Ella: Disculpa, no voy a poder salir contigo hoy. Surgió un problema familiar de último minuto.

Me canceló.

Le respondo de manera comprensiva y luego apago mi celular. No quiero verlo durante las próximas horas.

Era de esperarse. Las cosas que son demasiado buenas a menudo suelen ser también muy irreales.

Pero si lo pienso bien, no es su culpa que le surgiera un imprevisto. Eso no quiere decir que no tenga la oportunidad de salir con ella en otro momento, ¿Cierto?

Camino hacia la sala y me dejo caer en el sofá. Creo que mis planes de la tarde ahora serán ver la televisión.

🍁🍁🍁

Los sonidos de la puerta del departamento me despiertan, creo que me quede dormido viendo una serie. Me levanto con pereza y abro encontrándome con Bonnie. Ella entra sin permiso y como si fuera dueña de la casa se tira en el sofá, recostándose cómodamente.

—La gente normal generalmente esperan que la inviten a pasar cuando va a casa ajena—le comento caminando hacia la sala para luego sentarme en un sofá individual.

—Qué bueno que no soy normal, eso está muy pasado de moda.

—Habla la chica que usaba ropa de su abuelita a los quince—bromeo alzando una ceja.

—Estaba adelantada a mi época, sabía que lo vintage se volvería tendencia—se defiende incorporándose.

—Eran camisones de dormir—digo reteniendo una risa.

—Como sea—rueda los ojos—. Dime, ¿Qué hacías de importante para no responderle a tu mejor amiga las llamadas?

—Dormir, ¿Sabes lo que es eso, Bonnie?—la molesto.

—Muy gracioso, Hamilton. Sabes bien que me cuesta dormir en las noches, esa palabra no es parte de mi diccionario—se cruza de brazos.

—Claro que te cuesta, te la pasas de fiesta con las gemelas en lugar de dormir—reprocho.

Esta no es una conversación nueva, cada que menciona sus dificultades para dormir en las noches, saco como reproche que sale constantemente con nuestros amigos, incluso en días de semanas cuando hay clases.

—No tiene nada que ver, Hamilton—dice rodando los ojos nuevamente—. No lo entiendes porque eres un aburrido que nunca sale de fiesta.

No pienso discutir eso con ella, principalmente porque algo de verdad tienen sus palabras.

—Ya, Bonnie—corto el tema—. ¿Para qué vienes?

—¿Necesito una razón para venir a tu casa?

El Otoño PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora