Prologo🍁

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Otoño debe ser probablemente una de las estaciones del año más bonitas, visualmente hablando, pero para mí las cosas en otoño son muy complicadas.

Paso a explicarles mi particular situación en estas fechas. Desde que tengo uso de razón cuando llegaba esta estación mi vida era invadida por la mala suerte. Generalmente eran caídas, por lo que creyeron que solo era torpe, pero con el pasar de los años solo eran más y más cosas desafortunadas pasando, una tras otra.

Mi mala suerte hacia que los otros niños me miraran raro y se alejaran, temían que les ocurriera algo estando a mi lado, hasta llegaron a creer que era contagioso.

Con los años he aprendido a ser un tanto precavida, pero ya me estoy cansando de todo esto. Es como una horrible maldición que me persigue. Imaginen lo que es salir de casa y que el camino sea como una pista de obstáculos donde tengo que pasar por mil y un cosas que se me atraviesan e intentar llegar intacta a mi destino.

Hubo tiempos en los que me negaba a salir de la casa.

Tal vez crean que exagero, la mayoría lo creé, pero las cosas son así.

Desde que tengo memoria hasta el día de hoy, en el que ya tengo dieciséis años, he luchado con esto, intentando adaptarme y soportarlo, pero es imposible. Párese una horrible maldición que haga lo que haga me persigue siempre en esta época del año.

No estoy dispuesta a seguir aguantando esto. No me voy a quedar de brazos cruzados. Tengo que actuar, hacer que todo cambie este año.

Llegue hasta mi límite de paciencia.

Tengo un propósito... hacer de este el otoño perfecto.

Y, como toda mente maestra, necesito a mi mano derecha. En mi caso esa es Maddison, mi mejor amiga desde que tengo memoria. Precisamente por eso estoy entrando en la cafetería donde quedamos de vernos, decidida a contarle mi plan.

Busco con la mirada encontrando a mi rubia amiga en una mesa al fondo del lugar mientras teclea algo en su celular. Camino despacio hacia ella y aprovechando que esta distraída poso mis manos de forma abrupta en su hombros sobresaltándola.

—¿Por qué será que siempre te empeñas en asustarme? —pregunta dejando su celular sobre la mesa.

—Tal vez si no estuvieras siempre tan distraída eso no pasaría—le respondo sentándome frente a ella—. Me conoces, si tengo la oportunidad lo voy a hacer.

—¿No podrías simplemente ser considerada con tu mejor amiga y no hacerlo?—cuestiona divertida.

Ante eso rio.

—Maddie, eso no sería propio de mi—le contesto finalmente, a lo cual rueda los ojos.

Maddison y yo nos cocemos desde muy pequeñas. Es la única amiga que tengo, la gente siempre solía huir de mi debido a mi mala suerte, aun cuando solo era en otoño. Todos me creían rara a excepción de Maddison. Con el tiempo la gente ya no me evitaba, pero ahora yo los evitaba a ellos. Mi amiga intenta incluirme siempre en planes, ella es una persona muy sociable, sin embargo siempre encuentro la manera de evitarlo.

Una mesera se acerca y toma nuestros pedidos. Maddie pide chocolate caliente, su favorito, mientras que yo prefiero pedir un Latte. La chica se retira dejándonos nuevamente solas.

—Bueno, ¿vas a decirme tu insistencia por vernos?—pregunta mi amiga.

Me pase toda la mañana insistiéndole para que nos viéramos hoy en la tarde.

—Tome una decisión. Me canse de que cada otoño sea igual, de no poder participar de la obra de otoño por miedo, de no ir al festival, ni a la fiesta de Halloween o nunca tener cita para el baile por que los chicos temen de ir conmigo. Me canse—digo hablando rápido. Tomo un respiro antes de proseguir—. Este año los miedos se acabaron, voy a logar que este otoño sea perfecto. Pero para eso, necesito de mi más fiel amiga. No podre evitar que cosas malas sucedan, pero sé que juntas podemos vencer mi mala suerte.

El Otoño PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora