Capítulo 23🍁

3K 223 117
                                    

LENA.

Sábado.

Me despierto de mala gana cuando escucho mi celular sonar. ¡A la mierda mi sueño con Harry Styles!

—¿Quién carajos me llama un sábado a la mañana?—pregunto contestando la llamada.

—Buenos días para ti también—ríe Hamilton del otro lado de la línea.

—Voy a matarte—digo apretando los dientes—. Estaba soñando que Harry Styles era mi mejor amigo, arruinaste mi sueño.

—¿Para qué quieres a Harry Styles como mejor amigo si me tienes a mí?

—¿Desde cuándo ese ego?

—No es ego, es amor propio.

—Lo que digas, niño inglés—ruedo los ojos—. ¿Para qué llamas?

—Ven para almorzar, Meredith va a cocinar tu comida favorita.

Eso me parece sospechoso, mas viniendo de parte de Meredith.

—Si me va a preparar mi comida favorita, significa que quiere pedirme algo.

—O solo se le ocurrió cocinar eso y me pidió que te invite.

Suspiro resignada, mi idea de volver a dormir y continuar con el sueño ya está descartada.

—Bien, en un rato voy.

—No vuelvas a dormirte—dice antes de colgar sin darme la posibilidad de replicar.

Me levanto sin muchas ganas de mi cama, pero sonrío al pensar que todo ya está bien con Hamilton. Estos días sin pasar tiempo con él lo extrañe, cosa que me asusta, porque no me quiero imaginar lo mucho que voy a extrañarlo cuando vuelva a Londres.

Salgo de mi habitación para dirigirme al baño, pero me topo con alguien en mi camino.

—¿Tu qué haces aquí?—pregunto sorprendida cuando veo a Piper, quien lleva una de las camisetas de mi hermano puesta como si fuera un vestido.

Parece que las cosas entre ellos van muy bien.

Ella se sonroja inmediatamente.

—Nada...

Una risa se me escapa y su vergüenza parece aumentar.

—Prometo guárdate este secreto, cuñadita—le digo para luego entrar en el baño sin poder parar mis risas.

Luego averiguaré todo el chisme con mi hermano.

🍁🍁🍁

Entro sin siquiera tocar a la puerta y soy recibida muy felizmente por Tori. Ella salta hacia mí haciéndome tambalear.

—Hola, hermosa—digo como si le hablara a un bebe mientras acaricio su pelaje.

—Nunca entenderé la manía que tienen con hablarle a la perra de esa manera—comenta Hamilton apareciendo en el vestíbulo.

Sonríe de manera encantadora y me mira fijamente. Creo que me desconecto de todo y me pierdo en esa sonrisa por un momento.

Realmente no sé cómo lo logra, como esa sonrisa parece solucionar todo de un momento a otro. En cada ocasión que necesite su ayuda, solo me basto ver su sonrisa para sentirme relajada, segura y acompañada. Me hace sentir que en su presencia nada malo puede pasar.

Antes me parecía ridículo eso que mencionan en los libros y películas sobre el poder que tiene una mirada, una sonrisa o una palabra, pero desde que conozco a Hamilton siento que la ficción puede pasar a la realidad.

El Otoño PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora