🌟 La tigresa 🌟

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- ¡Eep, cuidado! -le alarme al ver como el gran ave se acercaba hacia ella, con su pico y filosos dientes que tenía dentro de el.

Instintivamente corrí hacia ella para empujarla hacia un lado, y así esquivar su mordida. Ambas empezamos a escapar del animal.

Primero comenzó a perseguir a la Peliroja, la cual le hizo una buena jugada de Parkour con un árbol.
Luego empezó a perseguirme a mi, quien tenía en mi mano ya lista una resortera que había armado la noche anterior.

- Es increíble -suspiro embobado el pelinegro.

-¿Mi hermana? -pregunto Thunk admirando la escena al igual que todos

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-¿Mi hermana? -pregunto Thunk admirando la escena al igual que todos. Al parecer había escuchado al jóven.

- Si -asintio con la cabeza.

- ¡A Guy le gusta Eep! ¡A Guy le gusta Eep! -se burlaba con una melodía fastidiosa.

El nuevamente asintió con la cabeza. Pero no logré escuchar más su conversación.

Pues comencé a tirarle piedras con la gomera al pajarito. Haciendo que quede noqueado y bobo por los golpes en su cabeza. Logrando sin querer que caiga sobre la trampa de Guy.

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Comida. Una gran y deliciosa comida.

Los Croods junto con Guy estábamos saboreando y devorando cada bocado de aquel pollo.

En verdad que, al igual que mi familia, no me importaba quien me viera, comía con mucho gusto, pues casi nunca teníamos que comer.

Luego de devorarme completamente el ala del ave desplumada, observe como ambos jóvenes, Guy e Eep, platicaban simpáticamente.

"A Guy le gusta Eep" esas palabras quedaron rondando sobre mi cabeza toda lo que quedaba del día. Y las pruebas, como la escena de ahora, eran muy evidentes.

Debo aceptar que imaginé un futuro con el pelinegro, creando juntos nuestros inventos avanzados. Pero no puedo ir en contra de lo que tiene en su corazón. Así que debo dejar de pensar en el y aceptar que solo tenga ojos para Eep.

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El sol ya se había escondido y una leve brisa comenzaba a rondar.
Mientras tanto, mi apetito fue disminuyendo, pues sentía un nudo en el estómago.

- ¿Les parece un cuento? -papá intento animar a toda la familia, con sus típicas historias.

- ¡Un cuento, si! -Exclamaban alegres, sentándose alrededor de el hombre.

- Toma Pa -le entregué un lápiz, echo con una rama y en la punta barro color bordo, con el cual dibujabamos.

Extrañamente acepto mi invento, tal vez se dió cuenta que estaba muy desanimada para bajonearme aún más.

- Había una vez, una pequeña Tigresa -apenas comenzó a narrar, Eep se sintió tocada-. Quien descubrió algo nuevo, eso hizo que destruyera su cueva y emprender un largo y cansador viaje con su familia, con un tipo nuevo que encontraron y...-creó suspenso-. Murieron -Guy se sobresalto, mientras la pelirroja se cubría de fastidio y vergüenza con su cabello.

- Un final sorpresa -comentó el pelinegro, llevándose toda la atención-. Mis historias nunca terminan así.

- ¡SI! -excalmó mi hermano-. Dos cuentos en una noche.

Toda la familia Croods, exepto papá, se encontraba sentada a su alrededor ansiosos por escuchar otro cuento.

- Bueno, pero no son tan buenos como los de Grug -aclaró, recibiendo un bufido de parte del mayor.

- Veremos -susurre, teniendo la mirada de Guy.

- Había una vez una, Tigresa -al escuchar aquello ambas nos sentimos tocadas, pues vestiamos de aquello. La pelirroja de un color anaranjado y yo de blanco y negro, pasando a gris. Eep se acomodo más al frente para escuchar con atención, captando la mirada de el pelinegro-. Vivía feliz con su familia, ella podía ir hacia donde quisiera, pero...jamás cerca del risco o puede caer... -interrumpido.

- Y morir, buena historia -hablo Papá concluyendo el cuento.

- Pero cuando nadie miraba -Guy prosiguió- se acercaba al risco, y mientras más se acercaba más veía y más sentía -definitivamente me sentía como aquella Tigresa-. Un día se acercó demasiado, para admirarlo, y resbaló -interrumpido nuevamente.

- Y murió.

- Y voló -continuo, elevando sus brazos.

- ¿A dónde? -pregunté curiosa.

- Al mañana -respondió.

- ¿Mañaná? -esta vez hablo la pelirroja.

- Donde hay más soles de los que puedes contar -impresionante-. Cada sol, todos los que pasan por aquí, van a descansar allí y ahí es donde me dirigo -al finalizar me observo y sonrió. Sentí una vibra negativa al lado mío. Pero no me importo pues, su sonrisa me devolvía el alma al cuerpo, apesar de que el fin del mundo este a unos pasos.

¿Cómo puede ser que este chico me haga sentir tan bien?

No, solo tiene ojos para Eep.

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El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora