🌟 Justicia 🌟

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- ¡Tu la apartarse de mí! -Lío se encontraba molesto y decepcionado- ¡¿Por qué?!

Segundos después el traidor se atrevió a contestar.

- ¡Es una niña, no sirve para nada! -dijo antes de darnos la espalda.

Sus palabras me calaron hondo ¿Cómo podía decir algo así? ¿Fue culpa mía nacer como mujer?

El hombre que tenía al lado, se dio cuenta de mí lagrimear. Pero no podía permitir que me destrozen, no en este momento.

- _______-Grug me nombro-. Eres una hija fantástica -sonrió, aún avanzando por el suelo.

Le devolví la sonrisa, secándome los ojos.

Un Padre no es el que te engendra, sino el que te cría, protege, y te ama sinceramente, pese a todo. Soy afortunada de tenerlo como papá.

Ambos estábamos decididos a llegar a aquel transporte. Debíamos intentar todo lo que teníamos a nuestro alcance.

Pero algo llamo mí atención...

Fue ver cómo mí hermano, con mucho esfuerzo empezó a pelear con el hombre cerca de el.

- ¡¿Pero qué?! -reprochó el de ojos azules, al ver cómo su propio hijo lo enfrentaba. Mientras se defendía de unos amarres y golpes.

- ¡Eres un desgraciado! -dijo completamente serio y enojado. No podía divisar muy bien su rostro, pero desde la lejanía que se veían sus ojos más oscuros que nunca. Y su voz gruesa y profunda.

Ya nos estábamos agotando físicamente de correr por mucho tiempo. Pues aún seguían luchando.

En una de esas Lío casi cae de la nave gracias a un fuerte empujón, pero se sostuvo firmemente de la base con su diestra.

- ¡Ja! -se burló el mayor, posicionando el pie sobre su mano- ¡¿Enserio pensaste que anhelaba verte la cara otra vez?!

El joven estaba esforzándose constantemente por no caer, ya que estaban a una altura bastante importante.

El traidor volvió a reír burlesco- ¡Pues, supongo que ya sabes la respuesta!

Estaba por pisotearle fuertemente la mano.

Pero.......no lo logro.

La fiera que los acompañaba, la misma que había presenciado toda la escena, finalmente reaccionó.
De un momento a otro, el maldito traidor y egoísta sujeto, yacía en el estómago del animal. Tragado desde la cabeza hasta sus pies.

Lo único que me pasaba por la cabeza era, de todo corazón, que "se lo merecía".

Sonreí por la justicia que había hecho aplastacráneos, si, así decidí llamar a mí mascota.

Pero no duro mucho, pues me di cuenta que el castaño aún estaba colgando.

- ¡Vamos Lío, tu puedes! -lo alenté, con esperanzas de que sobreviva.

El joven, desgraciadamente no aguantó. Y sus últimos dos dedos lo defraudaron. Haciéndolo caer de una gran altura...

- ¡No!

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El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora