🌟 Rocas rojas 🌟

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Tenía hambre, apesar de que ayer nos habíamos atragantado con tanta comida, hoy nuevamente mi estómago pedía más. Pero trate de ignorar sus quejidos.

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Unos segundos después..

- Lío -la pelirroja llamo su atención- tienes un escorpión en tu hombro -le advirtió, para luego observar al pelinegro, que aún seguía en el tronco.

El rápidamente agarro al animal con la mano y lo mato golpeándole la cabeza en una piedra. Cómo si se tratara de algo de todos los días

- Toma -me lo ofreció repentinamente, mirándome por primera vez en todo el camino.

- ¿Para qué? -pregunté dudosa de su acción, percatada de las demás miraditas observando la escena.

- Desde hace rato vengo escuchando tu estómago.

Sus palabras me sorprendieron, la verdad que era muy considerado.

- No hace falta -me negué-. De seguro tu tienes más hambre que yo.

Tardo unos segundos en contestar, sosteniendo aquella mirada de ojos marrones en mí.

- Comí esta mañana, antes de encontrarlos -insitió con el animal.

Me resigné a aceptarlo.

- Gracias -sonreí sin mostrar los dientes.

Compartí el escorpión con mí familia, pues de seguro tendrían tanta hambre como yo. Le entregué una pinza a Guy y otra a Lío, quién costo que la aceptará.

- Dime -luego de desayunar, el castaño llamo mí atención- ¿Nos hemos visto en alguna..-interrumpido por el fuerte golpe de Eep hacía mí hermano.

Gracias a ello, Thunk empujó el tronco y victoriosamente Guy salió corriendo. Papá intento perseguirlo, pero le fue imposible seguirle el paso al llegar a un campo minado de espinas rojas, dónde al parecer, el joven podía caminar lo más bien.

Papá largo un grito desgarador- ¡No toquen esas rocas rojas! -nos advirtió.

- ¿Hablas de estás? -preguntó el menor, quién estúpidamente hizo caso mutuo, por ello grito de dolor- ¡Si, no toquen esas rocas!

- Niñas -se quejo Gran suspirando-. Haste a un lado -empujo al chico, para luego pisar porfiadamente las espinas.

Nadie de la familia podía pasar por ellas. Aún que Eep, Lío y yo ni siquiera lo intentamos, sabíamos que obtendríamos el mismo resultado.

- ¿Qué no entienden? -cuestionó Grug molesto- nadie puede caminar por estás ro...-interrumpido por si mismo al ver cómo Guy se encontraba parado encima de ellas.

El hombre intentaba agarrarlo nuevamente, pero le resultaba imposible.

El joven aprovecho la ocación para escapar y esconderse detrás de una caracola.

Ambas lo observamos, Eep preocupada y triste, mientras que yo mantenía mí rostro neutral, sin despegarle los ojos de encima.

Aunque apenas lo conocía, sabía bien que Guy tenía un gran corazón...

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El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora