🌟 Adrenalina 🌟

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Mis ojos no podían creer lo que estaba pasando, mí hermano estaba cayendo desde muy, muy alto.

Inmediatamente acelere el paso, a pesar de estar cansada y adolorida.

No quería perderlo..

No otra vez...

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Desgraciadamente...

No logre llegar.

Mis lágrimas intentaban salir, al presenciar la horrible escena frente a mis ojos.

No podía creerlo, no quería creerlo.
No hace mucho lo había encontrado, y ya nos estábamos separando nuevamente...

A a unos centímetros de el, me agaché para sostenerlo entre mis brazos. Sus cuerpo aún se encontraba caliente.

El fuerte impacto se había escuchado a la lejanía. Por ello dos gotas se atrevieron a desprenderse de mi.

Pero algo reconfortante llamó mí atención...aún sentía los latidos de su corazón, aparte de su respirar dificultoso.

¡Aún estaba con vida!

- Lío -lo nombre en un susurro-. Tranquilo, ya te recuperaras -intente animarlo y calmarlo.

Comencé a hacerle caricias en la parte del pecho, tratando de reactivar sus pulmones para que funcionen de manera excelente.

Un respirar profundo se oyó después de unos segundos.

- ___..____ -me intento nombrar, la abrir sus ojos lentamente.

- Shhh -le chité-. No te esfuerces -sonreí al ver qué mis esperanzas se hicieron realidad.

- ¡Eso! -festejó el hombre al lado mío. Presenciando toda la escena.

- Deben...ir..irse -habló el castaño, aún en el suelo. Tratando de recuperarse.

- ¡No! -negué- ¡No sin ti!

Observe detrás mío, como aquella neblina que desprendía chispas se iba acercando a nosotros. Luego levanté la vista, para observar la nave que aún seguía en marcha.

- ¡Papá! -me dirigí al mayor- ¡Detenla! -señale el esqueleto flotante.

El asintió firmemente, para luego lanzar una roca, así está haría chocar al transporte contra un gran muro. Haciéndola venir abajo con los animales, quienes no sufrieron daños graves.

- ¿Puedes aguantar? -le preguntè al joven, refiriéndome a subirlo a la nave.

El asintió apenas. Tratando de reincorporarse con ayuda mía.

Un gemido de dolor nos hizo detenernos.

- La.. pierna

Mire dónde había mencionado, al parecer su pierna izquierda había recibido todo el impacto. Pues estaba descolocada.

- ¡Papá! -lo llamé por ayuda.

El inmediatamente vino corriendo. Grug lo sostuvo de su cuerpo mientras yo le agarraba ambas piernas.

Allí nos encontrábamos. Los tres juntos forcejeando para llegar a nuestra única salida de escape.

- ¡Un poco más! -alenté entre jadeos, pues el joven tenía mucho peso muscular.

Finalmente, luego de unos minutos habíamos llegado. Colocamos al herido junto a los animales.

Papá comenzó a empujar la carrocería, mientras yo controlaba a las aves con el fuego.

Pero como siempre suele pasar, la neblina nos hacía entrar en adrenalina pura. Pues ya se encontraba a tan solo unos pocos metros de nosotros.

Más fuerza y forcejeos. Aún no funcionaban para empujar.

Hasta que...mí vista se nublo completamente....

La neblina nos había alcanzado.

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El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora