🌟 La montaña 🌟

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- Aquí es -nos despertó una voz masculina, refiriéndose a qué ya habíamos llegado a nuestro destino.

Abrí mis ojos con lentitud, logré relajarme un momento luego de la plática con mí hermano.

- ¿Qué? -preguntó Thunk somnoliento, el si que había dormido plácidamente.

Todos bajamos emocionados.

- Ya estamos cerca -hable contenta.

Estaba realmente feliz. Pero como siempre, esa felicidad se desvanece.
Al voltear observamos que en la tierra empezaban a haber temblores y destrucción. Muy cerca nuestro.

- ¡Rápido! -nos ordenó papá- ¡A la cueva! -se refirió a una que acababa de encontrar.

El hombre empezó a acumularnos a mí y a toda mí familia, llevándonos obligado hacia adentro de la montaña.

- ¡No! -dijo Eep, safándose del agarre.

Al igual que todos nosotros.

- ¿Qué? -cuestionó Grug nuestra actitud.

- No más cuevas -conteste firme. Acompañada de mi hermana.

- Pero -se encontraba desorientado- ¿Por qué?

- ¡Vamos a ir y montar el sol hasta el mañana con Guy! -respondió Gran, moviéndose a la par de lo que decía.

- ¿Qué? ¿Así qué todos se van con el?

Todos los integrantes asentian con la cabeza, algunos más leve que otros.

- ¿Thunk?

-Lo siento papá -se rascó la nuca nervioso por abandonar a su Padre.

- Papá -la pelirroja llamó su atención- tenemos que ir con Guy.

- ¡Pero ese no era el plan, para estar vivos debemos quedarnos juntos!

- ¡Eso no es estar vivos, eso es...-se le complicó un poco a Eep explicarse.

- ¡No morirse! -la ayudé.

- Exacto, es diferente -siguio hablando la pelirroja-. Por eso debemos ir con Guy.

El hombre se quedó recalculando toda la situación por unos segundos. Comenzó a fruncir el ceño y dirigir su mirada de odio al joven.

- Guy -pronuncio entre dientes.

Ya me imaginaba lo que vendría a continuación.

- Corre -le advertí al chico.

Papá con toda su furia, empezó a perseguir al pelinegro. Sin antes desahogarse con un gran grito.

- ¡Corre Guy!

El joven corría por su vida, pues el mayor detrás suyo lanzaba todos los obstáculos que se le atravesaban. Rocas, troncos y demás para llegar a su destino.

- ¡Grug! -el pelinegro esquivó un puñetaso-. Estamos perdiendo el tiempo -volvió a correr. Mientras intentaba calmarlo y hacerlo entrar en razón.

- ¡Sigue hablando! -dijo Grug lanzando una roca- ¡Tus palabras me enfurecen!

Ya tenía mis pies listos para ir a ayudarlo, pero algo o más bien alguien me lo impidió.

- ¡¿Por qué tantos gritos?! -un hombre grande y robusto, ojos azules y cabello castaño salió de aquella cueva. Donde anteriormente íbamos a entrar. Aparentemente muy molesto.

Vestía una piel blanca y tenía puestos zapatos del mismo color, acompañado de una lanza.

No entendíamos muy bien, que hacia el ahí.

El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora