🌟 Cielo estrellado 🌟

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-_______ ¿Podemos hablar?

El joven se encontraba a mis espaldas, llamándome con un tono suave.
Realmente no tenía ganas de verle la cara, ni mucho menos escucharlo.

- Los dejaré solos -mencionó Guy antes de marcharse, sin antes llevarse el tarro con agua que me había ofrecido.

Muchas preguntas invadían mí mente, pero no estaba lista para saber las respuestas. No quería volver a desmayarme otra vez.

- Mira, no quiero abrumarte -mencionó, aún hablándole a mí espalda, pues no me atrevía a mirarlo a los ojos-. Solo quiero que escuches y te lo tomes con calma.

Suspiré levemente.

- Lío -pronuncie su nombre con dificultad-. No quiero -negue con mí cabeza, siendo cortante en mis palabras.

Por fin me anime a dar media vuelta y encontrarme con aquellos ojos marrones. Los cuales estaban decaídos.

- No por ahora -concluí, poniéndome de pie y dejando al joven solo en aquella rama.

Estaba confundida ¿Qué le pasó a nuestros Padres?¿Por qué se alejo de mí?¿Por qué antes no me había dicho nada? Estás y otras preguntas rondaban por mí cabeza.

Intente calmarme y relajarme, pues no quería sentir ese horrible dolor otra vez.

Puse mí mente en blanco y quedé mirando un momento el cielo. Ya tenía demasiados problemas en mí familia, ni hablar de que el fin estába a nuestros pies.

- Oye ¿Estás bien? -el pelinegro se acercó dónde estaba. Preocupado.

Lo mire y asentí con la cabeza. Para luego depositar un beso en su mejilla, tomándolo por sorpresa.

- Descuida -le dije sonriendo, mientras imitaba mí acción-. Me gustaría pensar en otra cosa -alcé mí vista.

El pelinegro se acercó a mí oído-. Acompáñame -susurro.

Obedecí plácidamente, pues necesitaba despejarme.

Ambos nos dirigimos hacia el centro del tronco, dónde alumbraban varias luces provocadas por luciernagas. También se encontraba la mayoría de mí familia, realmente pasándola bien.

- Oigan -Guy llamó la atención de todos, pero obviamente sus miradas se desviaron hacia mí.

- _______ -Thunk se acercó junto a su nueva mascota-. Despertaste -se alegro por ello.

- Así es -sonreí amigable. Pues sabía que en el fondo mí hermanito menor me quería.

Pude notar el semblante de preocupación de Eep, pero ella al darse de cuenta de que la veía lo cambio rápidamente a uno neutral.

- Ay niñita, linda siesta te has dado -hablo Gran indiferente, colgando de una cama. Aún que sabía que esa era su forma de demostrar sus sentimientos.

En ese momento subió mamá, llegando sola y media desanimada.

- _______ -se acercó a mí para examinarme-. Que bueno que estás bien.

- Si Mamá, solo fue uno de esos desmayos -intente calmarla.

- Todo por culpa de ese chico -volvió a hablar la mayor, tratando siempre de culpar a alguien.

- Mamá -la regaño Ugga.

- Oigan todos -volvió a llamarlos el pelinegro-. Vengan conmigo un momento -trago saliva-. Por favor.

El joven junto a su amigo perezoso, empezó a subir hacia la copa del árbol. Mientras los demás lo trataban de alcanzar a su paso.

Ya arriba, me ayudó a subir y también a los demás.

Observe a mí alrededor, pero no había más que aquella mancha negra en el cielo.

- ¿Y ahora qué? -pregunté dudosa.

Guy portaba una antorcha con fuego en su mano, pero al apagarla con un soplido me quedé maravillada.

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Mis ojos estaban apreciando un hermoso cielo estrellado, más lindo y mágico que los anteriores que había visto en mí vida.

- Más soles de los que puedes contar -hablo Thunk sorprendido.

- Todos los soles que pasan por aquí, van a descansar allí -explico el joven.

- ¿Así es el mañana? -pregunté emocionada.

- Si -el pelinegro tomó de mis manos, segundos después me preguntó- ¿Vendrás conmigo? -volvió a ofrecerme.

Ahora estaba segura que El Mañana sería mí escape a la libertad y sin preocupaciones. Más hermoso sería el lugar si estoy junto con Guy.

- Si, iré contigo -respondí ebosando una amplia sonrisa, contagiando al hermoso joven que tenía a mí lado.

Ambos juntamos nuestras frentes para cerrar los ojos e imaginarnos allí.

- ¡Yo también! -hablo Gran interrumpiendo el momento.

- ¿Yo puedo ir? -preguntó Thunk esperanzado.

- ¡Claro que si! -contestó el pelinegro realmente emocionado- ¿Tu irás? -esta vez se dirigió a la pelirroja, quien aún se encontraba observando el cielo.

Ella al escuchar la voz masculina, desvió su mirada hacia abajo. Tardo un momento en contestar.

- No...

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El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora