🌟 La montaña 🌟

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- ¡Papá! -se quejó Eep al ver al pelinegro en el suelo- Ya lo mataste - se acercó enseguida a auxiliarlo, de una forma extraña.

- El RCP -mencioné, a lo cual todas las miradas se dirigieron hacia mi confusos.

- ¿El qué? -Preguntó Thunk.

Recuerdo que me lo enseñaron cuando era pequeña, si alguien se desmayaba o ahogaba debíamos hacer el RCP.

- Reanimar sus pulmones -explique.

- ¿Cómo sería eso?

- Déjenme mostrarles -Me arrodille donde se encontraba el joven y comencé a darle tres compresiones en el pecho, pues recordaba aquella cantidad. También recordé una cosa vital para que vuelva a respirar, pero me daba vergüenza realizarlo.

- ¿Y ahora? -preguntó Eep preocupada, ya que el pulso había regresado pero aún no respiraba.

Inmediatamente sin pensarlo, comencé a darle respiración de boca en boca, algo que sorprendió a mi familia pero molesto a dos integrantes.

Sin importarmr demasiado lo que pensaran, seguí con mí acción. Pues el nos había salvado la vida, debía devolverle el favor.

Segundos después, Guy yacia respirando, reincorporandose levemente del suelo.
Para luego mirara a su alrededor y toparse con mi cercanía.

- ¿Qué acaba de pasar? -preguntó desorientado.

- El cabezahueca te afixio -contesto gran refiriendo a papá-. Pero la chica loca te revivió -me señalo con su bastón.

Guy se sorprendió- Entonces -respiró profundo- gracias -volvió a agradecerme, pero luego recordó donde se encontraba e intentó huir.

Se levantó del suelo y comenzó a correr, pero la Tigresa lo detuvo.

- ¿Vas a alguna parte? -le preguntó Eep, agarrandolo de la oreja.

Ya estaba amaneciendo, por ello encontré en el suelo el cuchillo que portaba Guy; decidi afilarlo más, mientras escuchaba su conversación disimuladamente.

Mientras, mí familia descubría lo que era el fuego bajo la supervisión de Grug.

- A la montaña, terreno alto ¿Recuerdas?

- Pero si eso ya pasó -sonó despreocupada- destruyó nuestra cueva.

- ¡No! -se le notaba muy preocupado-. Eso sólo fue el principio del fin, el fin del fin todavía no pasa -aquellas palabras me dejaron atónita.

- ¡Eep! -la voz masculina aprecio-. Deja eso -le ordenó papá a mi hermana.

Al parecer había controlado bien a los demás integrantes con las llamas.

Ella dudosa empezó a bajarlo para soltarlo, pero algo se lo impedía.

- Papá no podemos dejarlo ir ¿Y si no encontramos una cueva antes de la noche? -intento hacerle la psicológica- ¡¿Y si los pájaros vuelven?! -todo aquello lo mencionó haciéndolo sufrir a Guy, lo cual me daba algo de gracia; pero no se lo merecía.

- Necesitamos su fuego, torpe -hablo gran haciéndolo entrar en razón al hombre.

- _______ puede crear el fuego -trato de buscar otra alternativa.

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- ¿Puedo hacer fuego? - pregunté emocionada, ya que sabía que me protegeria.

- Si cariño, sólo tienes que...

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Mi recuerdo tan sólo llegaba hasta ese momento, pues mi cabeza comenzaba a doler si hacia algún esfuerzo.

- No se -respondí frustrada.

- No sabes ¿Qué? -preguntó Grug.

- Hacer fuego -me reincorporé para marcharme, mientras guardaba el cuchillo afilado al igual que un sable; frustrada.

Me senté en la lejanía para descansar mi cabeza, pero aún así sus voces se podían oir.

- Lo necesitamos -insistió Eep.

Segundos después.

Papá suspiró pesadamente- Bien, sólo hasta que encontremos una cueva -tomo a Guy y lo colocó en un gran tronco que había por ahí.

- ¿Qué? No, a mi no me metan en sus cosas -intento huir a pequeños saltitos, pero le fue imposible ya que Grug lo tomo del tronco y lo apoyo en su hombro- Por favor, déjenme ir; tengo una vida, una razón para vivir -reprochaba su liberación.

- Ya no más -contestó Eep cerca de la cabeza del pelinegro, caminando a la par de la familia; incluyendome.

- Entonces... vamos a aquella montaña -señalo con la mirada.

Grug la observó-. Esta muy lejos.

- El enserio esta obsesionado en encontrar una cueva -hable y reí por como se comportaba papá.

- Hay cuevas en esa montaña.

- ¿Has estado ahí? -preguntó la pelirroja.

- Es una montaña, las montañas son seguras, tienen cuevas ,y agua; y ramas -intentaba convencernos.

- Mamá, mamá ¿Oíste? ¡Una rama para mi sólo! -menciono Thunk emocionado.

- ¡Si, ramas; ramas y cuevas, cuevas y ramas, ramas locas; hay que ir! -contuve las ganas de reír ante las palabras del joven.

- Si papá, hay cuevas más resistentes en las montañas -intente ayudar al pelinegro, pues estaba sufriendo una gran injusticia.

Todos observamos hacia el lado contrario de la montaña; como la tierra se abría y con ella se tragaba a un mamurafa, lo cual nos traumo levemente.

- Ya decidí, iremos a... -Grug pensó por un momento- ... aquella montaña -señalo, logrando sacarle una gran sonrisa a Guy-. No preguntén por qué, es una corazonada; me parece correcto.....

Luego de tantas súplicas del joven y el apoyo que tenía por mí parte, papá accedió en un intento de salvar nuestras vidas.

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El mañana//Guy y Tu//TERMINADA [1°er Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora