siete.

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𝖯𝖱𝖮𝖬𝖨𝖲𝖤𝖲
𝔠𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔰𝔦𝔢𝔱𝔢








¿Como te sientes? ── le pregunté al albino.

── Ya, más o menos, ¿Y tu? ── contesto haciendo una pregunta igual a la que le dije. ── Llevas como ya... ¿Tres semanas?

Dijo, volteando a verme con un seño de preocupación.

──Eso es mucho. ── volvió a decir.

── Ya me acostumbré a estar en la cama. ── respondí con una sonrisa.

El soltó una risilla.

El cordón que estaba atado en el vaso se estiró haciendo que Norman lleve el recipiente a su oído.

Solo podía escuchar susurros y me sentía ignorada.

── Olib, ¿Quieres platicar con Emma? ── preguntó, levantando el vaso.

Sonreí asintiendo. Me acerque sin importar que el albino estuviera enfermo y agarre el vaso para posicionarlo en la parte de mis labios.

── ¿Hola?, Hola, ola, la, a... ── hablé, quitándole una letra cada que repetía la palabra y bajando mí volumen de voz, haciendo eco.

── ¡Olib!──  grito alegré, haciendo que la escuchará del otro lado de la puerta.

── Ya te dije que si sigues gritando así te escucharán. ── reclamo el azabache desde afuera.

──No le hagas caso, cuando era bebé le di mucho limón por eso se amargo desde temprana edad. ── le dije por el cordel, escuché su risa desde afuera, también oí la suave risa del albino que se encontraba alado de mí.

── ¡Olib!, ¿enserio hiciste eso? ──  pregunto Isabella, mientras entraba al cuarto donde me encontraba con el menor.

── Era divertido ver sus caras ──levante los hombros divertida.

 Mamá soltó un suspiro y negó.

Desde atrás vi a Emma molestando al azabache y pude ver su mirada amenazadora, que a su edad era tierno aunque se quiera ver serio.

── ¿Mama, si Norman esta enfermo y nadie se puede acercar porque Olib si? ── pregunto la de ojos verdes, viendo a mamá inocentemente.

── Emma, ya hable contigo de eso.── respondió mamá, con una pequeña sonrisa. 

──¡Mama!, norman pasa mas tiempo con Olib y Olib pasa mas tiempo con Norman── se quejo la susodicha. 

── Pero tienes a Ray── le dijo el albino. 

── Ray se la pasa leyendo y es aburrido porque no me presta atención. ── respondió la de cabello naranja.

La azabache mayor soltó una pequeña risa.

── Ya,ya Emma, pronto se recuperaran. ── aviso la mayor. 

── Espero y ese pronto si sea pronto. ── dijo la de ojos verdes. 

Solté una ligera y pequeña carcajada.

── Ya, será mas pronto de lo que corre Ray. ── bromeé.

── ¡Oye! ── se quejo el nombrado. 

── Te rindes fácil Ray── le dije.

── ¡Es porque me canso!. ── se excuso.

── Ustedes dos, cálmense. ── advirtió mamá.

── ¡Olib siempre se la pasa molestándome! ── reclamo el azabache. 

── ¡Tu haces que yo te moleste!. ── me defendí.

── ¿¡Como aria eso!?── pregunto el. 

── No se tu dime. ── conteste aburrida. 

De no ser por Emma, el azabache y yo seguiríamos con nuestra tonta discusión.

Olib corre mas rápido que nosotros tres.  ─ dijo la pelinaranja con una sonrisa.

Bueno... alado de Emma estamos al mismo nivel. ─ dije, y sonreí cuando vi un brillo en sus ojos.

Les dije que no podían entrar─ se acordó mamá, poniendo sus manos en su cintura.

Es que mamá se distrajo y pos entre. ─ respondió Emma con una sonrisa levantando los hombros divertida.

Emma pero si eres terca, luego pescaras un resfriado. ─ hablo Ray, jalando a la ojiverde afuera del cuarto.

¡Pero tu mismo dijiste que no me puedo resfriar. ! ─ reprochó ella.


...

── Olib, ya estás lista, ¿Verdad?... ── dijo Ray, en el marco de la habitación de la enfermería. ── Déjame quitarte el rastreador.

Termino, mostrando el cúter de enfermería.

── Házlo...







promises 'oliver'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora