once.

944 123 75
                                    




𝖯𝖱𝖮𝖬𝖨𝖲𝖤𝖲
𝔠𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔬𝔫𝔠𝔢






Me acerque al cartel que estaba hecho de madera y le quite un poco el polvo para poderle leer bien.

Goldy pond
Reglas.

1. Musica.

2. Monstruos.

3. Sobrevive.


── Diablos... ── dije bajo, alejándome un poco del cacho de madera.

Podría despertar fácilmente si esto fuera un sueño, pero no lo es, está es la realidad donde vivo y desgraciadamente nací.

Caí sentada al suelo un poco cansada, con mi mano apreté la bufanda en mí cuello.

Me levanté de golpe al oír una música, una música de varios instrumentos siendo tocados de golpe, realmente algo terrorífico en el lugar donde me encuentro.

Quede paralizada al ver a una criatura deforme agarrar a un inocente niño, no podía moverme por más que quisiera, por un momento me imaginé a mis hermanos pequeños ser devorados por ese demonio y entonces e reaccionado no supe cómo o cuando pero ya me encontraba escapando de uno.

Saltaba, esquivaba y me agachaba, hasta que lo perdí en el bosque, retome el camino a lo que parecía un pueblo, pueblo de mentira.

La música por fin termino y llegué al centro de las casas, recorrí un poco más.

Mientras caminaba por una calle demasiado cerrada alguien tocó mí hombro haciendo que un escalofrío recorriera todo mí cuerpo.

── Has de estar cansada, corriste mucho no es así.

La voz era amable y cuando estaba decidida a voltearme para verlo, la vista se me nublo hasta el punto de ponerse negra, agarre la pared para no caerme pero fue imposible caí antes de poder llegar a la pared, olvidé el hecho de que no comí bien mientras estaba aún afuera, no me hidrate lo suficiente y se me ocurre correr como loca.

Golpeé fuertemente mí cabeza contra el concreto que se hace llamar suelo, sentí un jaloneo en la mochila en un intento de agarrarme para no caerme pero no alcanzo.

...

Podía ver a una niña de nueve años estar cerca de la puerta donde mamá llevaba a los niños adoptados.

Esa niña era yo del pasado, yo solo era una inspectora en este recuerdo que es mío.

La niña pelinaranja retrocedió asustada y salió corriendo de nuevo al orfanato.

Es como si lo estuviera viviendo de nuevo.

A medio camino paro y se tiró de rodillas, con lágrimas en los ojos se empezó a jalonear los cabellos naranjas por la desesperación y el miedo por enterarse de la verdad, vivía una vida terriblemente hermosa, porque a pesar de lo feo también recuerdo lo bueno.

promises 'oliver'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora