¿Qué pasaría si... el gobierno se enterase del enamoramiento de Atsushi?
Era la primera vez que pensaba de manera profunda en eso, Dazai siempre tomó en cuenta las consecuencias de que pasaría si el capturado fuera él. Por lo cual no debía de preocuparse, pues siempre tenía el cuidado de pasar desapercibido a ojos de los demás, soltando todo su sentir cuando estaba con Atsushi, modulándose un poco más cuando sus encuentros eran en el bar, pues sabía que, aunque Oda lo notara, no lo delataría.
La razón por la que no le dio tanta importancia era, precisamente la posición que tenía Atsushi. Al ser Líder de la Federación, quien dirigía las investigaciones a personas que estaban enamoradas, claramente él no sería tan tonto como para entregarse. Sabía que sus compañeros confiaban totalmente en él y creerían cualquier cosa que su jefe le dijera. Además de que, tiempo atrás, el albino le dijo que él tenía más libertad que sus compañeros en el sentido de que podía estar en el lugar de la nación que quisiera, así que, si no informaba su posición, no habría ningún problema.
La parte que olvidó era que Atsushi no tenía control total de la Federación y su jefe era Shibusawa.
Lo que le dijo Kunikida era cierto, Atsushi estaba en constante encuentro con Shibusawa y el mandatario, ellos mejor que nadie, deberían saber cada síntoma del enamoramiento. Si llegasen a notar alguno en Atsushi, no dudarían en arrestarlo, pues era bien sabido que para los castigos no había discriminación. Fuera quien fuera el enamorado, las consecuencias eran las mismas.
Mas tonto aún ha sido al creer que sus compañeros no podrían delatarlo. A pesar de que Atsushi era su jefe, quien en verdad tenía control sobre la Federación era el consejero, cualquier anomalía que éstos pudieran notar en el albino, seguro que lo comunicarían.
Comparándolos, Atsushi corría más peligro y se sentía bastante estúpido de no haberlo notado hasta ahora. Lo peor es que no sabía qué hacer.
La simple idea de que, por un descuido, se supiese los sentimientos del menor le aterraba horrores, no quería ni imaginarse cuál sería el precio que debería pagar. Era muy optimista pensar que simplemente sería encarcelado o que solo lo castigarían, cualquiera de las dos le provocaba un revoltijo en el estómago. Esos eran los castigos para las personas comunes y corrientes, se imaginaba que, al tratarse de una persona importante para el gobierno, su crimen era mucho más grande, no solo por enamorarse, sino por traicionar a la Federación. Y ese sin duda, era un crimen muy grave.
Sabía que aquel sujeto quien controlaba a Atsushi era un ser despreciable al haber obligado a Atsushi a ensuciar sus manos robando una vida. Tenía la amarga sensación de que no era la primera vez que lo obligaba a hacer actos que no iban con la personalidad del menor. Alguien así no tendría misericordia con un traidor, todo lo contrario, seguro que disfrutaría de destruirlo.
Él... por desgracia no podía hacer nada. Sentía una gran impotencia por verse inútil ante un escenario donde sucediese lo peor, un civil común y corriente como él no podía hacer algo. Tampoco tenía el derecho de actuar con ayuda del grupo rebelde, involucrarlos en esto sería bastante egoísta de su parte, pues no solo perdería a Atsushi, prácticamente también se estaría entregando a él.
Por ello, debía acatar lo que Kunikida le dijo: y eso era alejarse de Atsushi.
A pesar de que no quería, que se negaba rotundamente a hacerlo, la posibilidad de perderlo era una que le creaba un dolor nunca antes experimentado. No era comparable a algún golpe o cortadura, era uno que no había algún medicamento que pudiese parar con él.
Pero es que, alejarse de él también le provocaba dolor.
Se había acostumbrado tanto a sentirse en tranquilidad cuando de Atsushi se trataba, sentía esa cálida sensación de sentirse vivo y estar feliz por ese hecho. De tener a una persona a la cual con solo abrazar sentía que se aliviaban todos sus pesares, simplemente su vida mejoró cuando Atsushi entró a ella.
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Me enferma el amor. 「 Dazatsu 」
Lãng mạn«Pero es cierto, no hay un amor "saludable" que exista aquí. Por eso somos la Federación en Contra del Sentimiento Engañoso, abrazando pero destruyendo nuestro amor y llorando por encima de ideales. Cantando una melodía para idiotas sin un lugar a...
