Capítulo • 33 •

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El sector G se encontraba en una completa confusión, pues no solo tuvieron que vivir el terror del regreso de la antigua Federación, también presenciaron como el Líder de la actual Federación defendía a un aparente criminal. Rápidamente el rumor se esparció en todo el sector, luego de unas horas, ya estaba siendo noticia en otros sectores.

El gran escándalo que se hizo en aquel lugar había terminado hace bastantes horas, sin embargo, el impacto que dejó había sido de tal magnitud que aún se sentía algo tenso el ambiente. Todos se preguntaban qué había sucedido para que esposaran al Líder de la Federación. Sentían un mal presentimiento.

Por otro lado, aquella tarde habían capturado al traidor de la Federación y fue llevado a la prisión del sector Rojo, en espera para ser juzgado por Shibusawa, pero a pesar de que el día en que fue atrapado terminó, seguía sin haber movimiento por parte del consejero.

No solo la nación se encontraba algo desconcertada por la situación, quienes más parecían afectados eran los mismos miembros de la Federación, los cuales se encontraban todos reunidos en aquella sala, con un sentimiento de incomodidad.

—Aún me cuesta creer que el traidor haya sido Atsushi... —rompió aquel silencio Sigma, ganándose el suspiro de más de uno de ellos.

—Aunque no entiendo por qué... él era el que más temía de Shibusawa-san... Traicionarlo es prácticamente ganarse la muerte. —quien habló ahora fue Kyouka. Al igual que sus compañeros, estaba sumamente confundida por la situación.

—Todos aquí sabíamos que Atsushi era diferente a nosotros, él siempre quiso ayudar a las personas... Quizá finalmente se enteró del engaño que Shibusawa-san tenía en él y no soportó seguir haciendo esto... —Lucy respondió al comentario de Izumi.

Sabían muy bien de la amabilidad que Nakajima era poseedor, los últimos meses era más notorio para todos, pero no fue algo que le prestaran importancia, pues tenían bien en claro que, de todos ahí, Atsushi era el que más temía a Tatsuhiko y era ese miedo lo que lo había llevado a ser tan obediente a su superior.

Que él, quien más miedo tenía, fuera quien tuvo el suficiente valor para traicionar al gobierno... No podían negar que era algo admirable, pues ellos jamás podrían atreverse a semejante locura.

—Que sea o no sea buena persona, no cambia el hecho de que ahora es un criminal y como tal, debe ser juzgado por sus crímenes. —habló Tachihara, quien se hallaba cruzado de brazos mientras tenía una mueca.

Si bien, cierta parte de él se sentía como sus demás compañeros, en él predominaba la decepción, pues estaba tan seguro que Atsushi no era, debido a que fueron atacados. Al saber que era el traidor podía llegar a la conclusión de que fue atacado por su Líder. No entendía cómo es que había conseguido deshacerse de él el día que atraparon al rebelde.

—No solo pagará por su traición... Parece que también se enamoró. —Gin se expresó en voz baja.

—¿¡Qué!? —Mark, Lucy, Higuchi y Tachihara fueron los que se expresaron al unísono. Ellos al no estar en el sector G, no habían presenciado la pelea que se había realizado fuera del bar.

—Defendió a un integrante del grupo rebelde. En algún momento de su pelea lo besó... nosotros y nuestros superiores lo vimos... Creo que es suficiente prueba de que se dejó enfermar por el amor. —explicó Sigma. Solo cinco de la Federación habían estado en el sector G cuando todo el revuelo sucedió: Ryunosuke, Gin, Kyouka, Sigma y su Líder.

—La traición lo veo más probable a que se hubiese dejado ensuciar por ese sentimiento... En verdad que... traicionó por completo al gobierno. —expresó con completo asombro Higuchi. Todos ahí sabían lo malo del amor, que su Líder quien controlaba a la Federación encargada de castigar aquel crimen se hubiese enamorado, era bastante contradictorio.

Me enferma el amor. 「 Dazatsu 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora