Me enferma el amor. 「 Dazatsu 」

Capítulo final

—Vas a estar bien, ¿verdad? Todo va a salir bien...

Atsushi mencionó esas palabras mientras seguía a los paramédicos quienes trasladaban en la camilla a Dazai rumbo al interior de la ambulancia. Con el menor sosteniendo su mano, haciendo su mejor esfuerzo por retener las lágrimas. Dazai simplemente le dedicó una sonrisa temblorosa.

—...todo saldrá bien... ya verás... —un nudo se formó en su garganta al escuchar la voz agotada del mayor, aumentando su preocupación.

—Joven, por favor, apártese. —pidió una de las mujeres que lo llevaban. Ya habían llegado a la ambulancia y debían separarlos.

Nakajima asintió, compartió una mirada más con Osamu y trató de mantener la calma, soltando finalmente su mano.

Giró hacia su lado, viendo como Akutagawa era llevado. También sentía preocupación por su amigo, pero afortunadamente, ya estaban siendo dirigidos para ser atendidos cuanto antes. En poco tiempo vio cómo se los llevaban en los vehículos, partiendo de inmediato para no perder tiempo.

Respiró hondo y trató de ser optimista, las heridas de ambos no eran tan graves, lo único que le preocupaba era la gran cantidad de sangre que había perdido el castaño, pero tenía la esperanza de que todo estaría bien.

Escuchó pasos acercarse hacia él. Antes de poder girar para ver de quienes se trataban, sintió una mano sobre su hombro, alzó la mirada y se encontró con aquella máscara de lobo, seguido de los demás rebeldes que aún permanecían con sus identidades ocultas.

—Él estará bien, nunca antes se había aferrado tanto a la vida, seguro que se esforzará por ti. —las palabras de Oda aliviaron un poco con el pesar en su pecho.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y se giró hacia ellos, aun sí no veía sus rostros se imaginaba que deberían de estar contentos por finalmente tener éxito, pues por ese motivo él igual se encontraba extremadamente feliz. Sin poder retenerse, inclinó la parte superior de su cuerpo hacia ellos, sorprendiéndolos.

—Gracias por todo, en especial por su esfuerzo. —expresó con una alegría temblorosa.

De no haber sido por ellos esto no hubiese sucedido, ellos fueron quienes le enseñaron la valentía a la nación. Quizá también gracias a eso, él pudo ser capaz de notar que sus acciones estaban mal, dándose cuenta de la gravedad de la nación.

Antes de poder escuchar algunas palabras de algún rebelde, otros pasos se acercaron hacia ellos. Atsushi rápidamente alzó la mirada, viendo como la Federación se acercaba hacia donde estaban, con rostros no precisamente amigables. No le gustaba eso.

Enseguida el albino rebasó al grupo rebelde, deteniéndose para estar frente a ellos mientras mantenía un rostro serio, no permitiría que sus compañeros les hicieran daño. Sabía de la posición que tenía al haber hecho daños a la nación, pero todo fue por el bien del mismo país, no dejaría que éstos les hicieran algo malo.

Hubo miradas disgustadas entre la Federación y Atsushi. Se miraron entre ellos, sin saber qué hacer; el grupo rebelde era considerado como una banda criminal, aun sí sus intenciones fueron buenas. Tampoco sabían que hacer si su Líder también se encontraba en dicho grupo, pues fue él quien terminó capturando a Shibusawa.

—¿Qué es lo que haremos con ellos, señor? —Sigma preguntó hacia Chuuya, haciendo referencia al grupo rebelde.

El mandatario giró hacia donde los rebeldes estaban, viendo como Atsushi parecía querer protegerlos de la Federación. Había tantas cosas que aún no entendía y estaba fuertemente confundido, ese día había recibido una gran bomba de información que lo tenía mareado, agotado y confundido, debía empezar arreglar problema por problema.