Las cosas no estaban yendo para nada bien.
El grupo rebelde trataba de sobrellevar la situación, creando el suficiente tiempo para que Dazai consiguiera de algún modo poder llevarse a Atsushi. Pero cuando este lo apuñaló... las esperanzas de tener éxito se estaban reduciendo.
Algunos como los hermanos Tanizaki, Yosano y Kenji, se distrajeron por aquel suceso, siendo capturados por la Federación. Los demás intentaban ayudarlos, pero los integrantes de la Federación se los impedían. Tras ver como uno de sus compañeros era herido por la persona que amaba, los traía un tanto mal.
Empezando a caer poco a poco, donde la satisfacción en Shibusawa crecía. Era cuestión de tiempo para terminar capturando a todos, con que Atsushi finalizara su misión, la esperanza que tenía el enemigo desaparecería. Finalmente los capturaría.
—¿Acaso no escuchaste? Te he dicho que lo mates. —ordenó nuevamente Tatsuhiko, mirando confuso a su subordinado que parecía estático.
La punta de la navaja rozaba la nuca de Dazai, a un empujón para clavarse en su piel y de esa manera cumplir con la orden del mayor. Pero la mano de Atsushi no parecía moverse más allá de los leves temblores, sintiendo como las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.
«Debo obedecer... debo...» su pecho subía y bajaba con dolor. No entendía por qué su respiración comenzaba a ser pesada. De la misma forma no entendía por qué se sentía tan mal.
Era un sentimiento tan fuerte que le estaba aplastando su pecho; uno que causaba tanto dolor, que no podía moverse. Por más que quisiera impulsar su mano para matar a aquella persona, una parte de él se negaba a hacerlo. Su corazón saltaba con tanta desesperación, como si le estuviera gritando que parase.
Sentía algo espeso en su mano izquierda que se encontraba en la espalda contraria, era caliente y de alguna manera sentía como si lo estuviera quemando. Por simplemente curiosidad alzó su mano y observó que era, sintiendo un revoltijo en su estómago al encontrarla mancha de sangre.
Recordó una cosa... él detestaba la sangre, le causaba pánico las heridas grandes, pero en especial... odiaba provocarlas y sabía bien, que la herida de donde había salido aquella sangre, fue una que él provocó.
Aquel sentimiento comenzaba a intensificarse. En un inicio igual lo molestaba, sin embargo, era algo que sencillamente pudo ignorar, pero ahora... con cada segundo que pasaba dolía más. A pesar de que él no tenía ninguna herida.
Aunque no solo ese peculiar dolor que invadía su cuerpo, también un pánico que no entendía, provocando diversos temblores en su cuerpo, empeorando la manera en cómo respiraba. Si bien ya se encontraba alterado sin saber exactamente porque, ahora le costaba respirar, teniendo todo su cuerpo rígido.
—A... Atsushi... —escuchó su nombre siendo pronunciado por aquel sujeto que aún se mantenía aferrado a él. Las manos de Dazai subieron y tocaron con cuidado su espalda, aumentando el número de lágrimas que salían de los ojos del menor.
Pero aquel tacto tan suave había sido suficiente para relajar el cuerpo de Atsushi, creando en él un sentimiento nostálgico, como si no fuera la primera vez que sentía aquella tranquilidad. Como si... el estar con aquella persona, todo estaría bien.
Dazai respiró profundamente, tratando de reunir las suficientes energías para seguir hablando, algo que era difícil por la profunda herida que tenía, pero en ese momento para él, ese tema era el de menor importancia. Sabía que Atsushi estaba reaccionando, necesitaba de algo para liberarlo de aquello que le hizo Shibusawa.
—Qué... ¿qué es... lo que sientes...? —los párpados del menor se abrieron más ante aquella pregunta. Algo estaba molestando en su mente, como si quisiera liberarse del candado que tenía, pero no lograba saber que era. —A-antes... había muchas emociones que... que desconocías y no las entendías... —hizo una pausa para poder respirar. —Veo que estás confundido.... Pu-puedo ayudarte a... descifrar lo que sientes..., como solía hacerlo... tiempo atrás...
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Me enferma el amor. 「 Dazatsu 」
Lãng mạn«Pero es cierto, no hay un amor "saludable" que exista aquí. Por eso somos la Federación en Contra del Sentimiento Engañoso, abrazando pero destruyendo nuestro amor y llorando por encima de ideales. Cantando una melodía para idiotas sin un lugar a...
