CAP:2

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Esa mañana estaba terriblemente enferma, llevaba mas de 48 horas sin dormir ni un poco, pero si no iba a trabajar de seguro su jefe la despedia, ya varias veces le habia insinuado que se acostara con el y el la trataria como una reina, pero ella amable mente habia declinado su oferta, despues de eso aquel señor no le pasaba por alto ni un error, siempre la trataba mal, para que ella sediera a sus caprichos.
Pero aun que la mataran no sederia a nada.
Al parecer el mundo la odiaba aquel dia la tienda estaba abarrotada de gente.
La pobre seguia de aqui para haya y de haya para aca.
Alfin habia acabado de atender mas de 30 mesas a la vez, cuando creyo descansar llego un cliente mas.
El cual ella tenia que atender, la familia en la mesa ni la miraba, denotaban elegancia y dinero por monton.
-señor que se le ofrece tomar?. -de me un capuchino frio, una ensalda, un cafe sin azucar y un helado de chocolate.
-enseguida señor. La pobre volo al mostrador para pedir lo solicitado.
En 20 minutos el pedido estuvo listo, cuando se disponia a entregarlo la niña de la mesa se paro a jugar al rededor empujandola varias veces, -corazon por que no te sientas tu helado ya casi va a estar, toma una servilleta para que te limpies la carita, ahora traigo ese rico helado.
La niña enojada por no tener su helado y con cara de malda la empujo fuertemente haciendola perder el equilibrio de la bandeja que llevaba y derramando el contenido de jugo en la ropa del señor de traje caro.
En seguida se escucho el grito del hombre. -pero que mierdas te pasa, maldita imbecil, mira como me dejaste tengo una junta en 1 hora maldicion. Los gritos del hombre se escuchaban por toda la tienda, todos habian dejado de trabajar por mirara el atercado la gente que estaban en sus mesas miraban fijamente la escena.
-lo siento señor, disculpeme es que la nena me empujo y perdi el equilibrio. Al decir esas palabras la que se paro furiosa fue la mujer vestida de ceda asta los calsones.
Furiosa la miro y empeso a insultarla alegando que su hija jamas aria eso que su pequeña era una niña educada, que la salvaje era ella, y un sin fin de cosas.
-señor yo le pago la tintoreria o le pago el traje.
-Jajaja Es que eres estupida o que (gritaba el hombre) aun que trabajes todo un año no te alcansaria para pagarme un traje como estos, maldita inutil.
Los ojos de la joven demostraba desesperscion, depronto en la escena aparecio su jefe, ese hombre viejo, regordeto, oliendo a tabaco y cigarrillo.
-que sucede aqui?. -esta mujer me a hechado todo el jugo encima, alego el hombre enojado. -señor lo siento mucho se disculpo una vez mas isabela.
-que me importa tus estupidas disculpas inutil.
Usted sabe que soy su mayor cliente, si me voy perderia mucho dinero.
Asi que exijo que la heche.

ALEJANDRO LOMBARDY:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora