CAP: 26

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Puedes irte a la casa, te veo mal, ve y descansa mañana vuelves si te sientes bien. Yo me encargaré del resto. Ve con cuidado.

Se fue contenta pero triste, si le preguntaban si se arrepentía de lo que acaba de hacer, diría que no sin pensar, jamas nadie la había tratado de eso modo, el había sido tan delicado y cuidadoso. Que solo le hizo sentir placer pero no dolor.
Te amo dijo al ver la foto de pantalla mientras iba en el carro camino a casa.
Pero porfavor no me lastimes.

Durmió toda la tarde estaba realmente mal, se despertó y al ver un mensaje del internado se desespero, pero al leerlo la tranquilizo. Los medicamentos habían llegado sin problema alguno. El tratamiento seguía normal mente. Estaba feliz.

Gracias dios, gracias papa, gracias mama.

Su semblante parecía mejorar mucho, había pasado una semana después del suceso, los dos amantes se habían se guido encontrando fuera del trabajo. La pasión y la chispa de lujuria cada dia crecía y ambos gozaban de la química que ambos tenían.

Ella era inexperta, el era un hombre experimentado pero le encantaba de cierto modo que ella no fuera como las otras mujeres, su inocencia y pureza le asia sentir importante, único y eso le volvía loco.

Ella era una dama, pero solo faltaba una vez que el le mostrara las cosas para ella hacerlo a la perfección. Lo quería y le tenia confianza así que no se avergonzaba de demostrarle lo que era capas de hacer.

La relación de ellos se había fortalecido, es más el sin  darse cuenta tenía una rutina con ella.
No solía permitir que nadie se quedara en su pen house, pero con ella era diferente una semana ella dormía con el la otra el con ella.
Se levantaban juntos y se a costaban juntos. Ya el no podía vivir sin ella, era parte de su mundo y de su corazón.

Pero aun así se negaba a admitir que eso era amor.

Por que te niegas a amar. Lombardi.
Solo no la lastimes.

ALEJANDRO LOMBARDY:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora