I N T R O D U C C I Ó N

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Una vez más... una vez más. No dejo de repetirme lo mismo.

Llevo días en esto, pero no sé cuánto más pueda seguir así.

Me he fallado una y otra vez. Me hago promesas que no se cumplir y sigo esperando el momento en que me levante como en las otras veces. No hay dolor, hay vacío. Hay profundos y oscuros huecos, a los que no les veo fin.

Tomo las esperanzas que me quedan. - Tengo fe de que esto mejore-. Lo digo en voz alta, a ver si me convenzo a mí misma. O al menos eso quiero creer. Me responde mi subconsciente de inmediato. Me recojo el cabello tratando de verme más segura, tratando de verme normal. Pero en el reflejo que veo en el espejo, lo único que hallo son los trozos de la ilusión que algún día tuvieron mis ojos.

Salgo del baño que hay al lado de la cancha de futbol del colegio. Mi cabello queda en mi cara, gracias al viento. En efecto, preferí dejarlo suelto, porque de esa manera me siento resguardada, y siento que puedo pasar desapercibida más fácilmente, aunque el largo de este, no sea mucho.

Camino más rápido al escuchar el timbre de salida. No quiero encontrarme con nadie. Hoy mi mascara no está bien puesta, y en la penúltima clase, me di cuenta que era mejor tomarme mi tiempo a solas, antes de tener que enfrentar a esas personas que solían ser mis amigos. Hoy no es mi día de pretender que las cosas están bien.

Tomo mi bicicleta antes de que todos los de ultimo año se acumulen en las puertas, y tenga que parar a saludarlos; salgo lo más rápido posible, aunque no corro, y me encamino a casa. Ellos son mis amigos <o solían serlo>, y para ellos todo está igual. De cierto modo, me entristece que sientan que todo está igual, mientras yo aborrezco los momentos en los que tengo que compartir con ellos. < y eso que solo es la segunda semana de escuela>

Desde el último verano, nada es igual.

Todavía lo recuerdo a la perfección, cuando creí que todo estaría bien, cuando sentí que estaba segura de haber superado todo, que ya no había ansiedad, ni temores; ahí recibí el golpe.

Estaba empezando el verano, todo era mejor de lo que había imaginado <el verano antes del último año de escuela> Amigos, salidas, viajes, fiestas, películas, reuniones, planes y proyectos que me hacían pensar que todo tenía un rumbo, y mis sueños y metas estaban claras.

Cuando menos me lo imaginé; todo salió a la luz. 

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Espero que la disfruten conmigo, y me acompañen durante todo este proceso.

No olviden comentar y votar.

Con muuucho amor, G.


A donde sea, pero si estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora