C A P I T U L O 1

10.4K 514 311
                                    

Negación.

Crecí en una familia unida. Mi madre, dejó sus estudios cuando quedó embarazada. Luego, mi hermano nació y mi padre y ella se casaron. Dos años después, me tuvieron a mí.

La familia de mi padre, es de renombre en la ciudad, los Evans son abogados importantes, y se han hecho muy buena fama en el país.

Aunque la familia de mi madre también es bastante conocida, ella perdió su apoyo después de dejar sus estudios, y ellos se fueron a vivir a las afueras de la ciudad. Hace cinco años, falleció mi abuelo materno Carl, y mi abuela no quiso recibir a mi madre en su casa durante los días del luto. La abuela Denice, siempre nos dijo a mi hermano y a mí, que teníamos que tener en mente, que en el mundo solo nos podemos apoyar en nosotros mismos (ideología opuesta a la de mamá), y si nos acostumbramos a confiar en otros y depender de ellos, terminaremos como mi madre.

Ojalá hubiera sabido a que se refería.

Nuestra familia por parte de papá es aún más alejada que la de mamá. Ellos se han extendido a otras ciudades del país, y de vez en cuando nos reunimos. Mis abuelos Marcus y Eleonor, no nos visitan desde que yo tenía 10, y a pesar de que no es normal tener esta relación con tus abuelos, no los extraño, porque no extrañas algo que no estas acostumbrada a tener.

Mi familia ha venido cayendo en crisis desde hace un año. Mis padres tienen problemas desde que tengo memoria; pero mi hermano siempre me había cuidado y alejado de nuestra realidad; pero esto no iba a durar para siempre. Todos en esta familia sabemos que mi papá vive más en su oficina que en casa con nosotros, y mi mamá esta todo el día en casa, haciendo cosas en el jardín o en la cocina. Desde hace un año se agravaron los problemas, y las discusiones se hicieron más fuertes y Margaret Scott, hija de una pareja de psicólogos, empezó a medicarse.

Ver a mamá tan frágil, tan rota y tan débil, hizo que mi relación con mi padre empeorara. De por sí que antes no nos veíamos, pero en el verano lo entendí. Mi enojo pasó no solo a mi madre, sino también a mi hermano.

Mis ataques de ansiedad empezaron con la primera depresión de mi madre, y con esto entendí que las cosas nunca habían estado bien. Mi hermano me contó los presuntos amoríos de mi padre, y me dijo que no éramos la familia que yo imaginaba. Al inicio me costó aceptarlo. Una cosa era sospecharlo, y otra muy distinta, era que tu hermano te lo dijeran de frente.

Todavía no me la creo. Pasé un año. Un maldito año sintiendo lastima por mi madre; viéndola como la víctima. Una pobre ama de casa, mujer dedicada a su familia que es engañada por su cruel y desconsiderado esposo.

A veces, las emociones te ciegan.

Yo me dejé cegar por la rabia con mi padre y no vi la realidad. La verdad detrás de todo esto. La verdad de mi familia, si es que algún día fuimos una.

----

Cuando voy llegando a casa, veo un auto que se me hace familiar. «¡no lo creo! ¡está aquí!»

Suelto la bicicleta de inmediato, dejando que esta caiga sobre el césped de manera improvisada. Me apresuro a la casa con más emoción de la que imagine llegar a sentir después de los últimos días; y lo hago porque sé que ese auto le pertenece a mi apoyo y consejero: Matthew.

Abro la puerta, y no encuentro su rostro en la sala. «Tal vez solo subió a dejar sus cosas en su cuarto» trato de calmarme, y aunque no tengo un buen presentimiento, intento mantenerme positiva.

No veo a la única persona que me podría escuchar y entender ahora; pero veo a Margaret en la cocina haciendo no sé qué, a mi padre en el sillón del centro, y a Austin.

A donde sea, pero si estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora