'Cause, darling, I'm a nightmare dressed like a daydream.
- ¿Qué piensas? – preguntó Nate divertido.
Estaban sentados sobre el espaldar del mueble más grande.
Austin parecía algo incómodo por el hecho de que acabara de leer la carta, pero la persona que estaba a su lado, solo se mofaba de su intranquilidad.
- Cállate y déjala en paz. – intervino Austin, mientras le daba una palmada en la cabeza al pelinegro.
Yo estaba literalmente sin palabras.
- ¿Por qué no me la mostraste ayer?
- Porque no. Porque no me gustó. Por... porque no.
- Aww... ¡Está apenadito! – molestó Nate.
- ¡Cierra la boca! Si no te callas ahora mismo, no duermes en mi casa esta noche – sentenció Austin –. Y tú, vienes conmigo.
Tomó mi brazo y me llevó escaleras arriba.
Tan pronto entramos en la habitación principal – en la que acostumbrábamos a estar siempre – cerró la puerta con seguro.
Sentía que mis mejillas y orejas ardían de los nervios.
¿En serio creía todo eso?
¿En serio quería todo lo que escribió?
Me quedé frente a la cama, y mi mente viajó rápidamente a todas las cosas que habían pasado en esa habitación.
La primera vez que me besó fue en ese balcón, y la primera vez que estuvimos juntos...
No me di cuenta en que momento, pero estaba sentado en el borde de la cama, nervioso.
- ¿Y bien? – preguntó más ansioso que antes.
- ¿Por qué la escribiste?
- Por... Porque sabía que no podía decirte todo eso hablando, pero a la vez quería que lo supieras.
- Entonces... ¿Por qué no me la entregaste ayer? - repetí esa pregunta, pues no le había dado respuesta aún.
- Porque no estaba seguro. No sabía cómo ibas a reaccionar y no quería que pensaras que era muy rápido para todo lo que escribí en ese papel... Sentí que fue muy intenso, en el mal sentido.
Su mirada se posó en sus pies, algo incómodo y como si realmente le pesara haber escrito todo eso, cosa que no debería sentir.
No podía seguir como una estatua frente a él. Era obvio que esperaba algo de mi parte. Una respuesta u opinión. Y yo necesitaba que dejara de creer que había estado mal, o que había sido intenso, porque en realidad fue hermoso.
Todas las personas deberían sentirse – al menos una vez en la vida - como yo me sentí al leer esa carta.
Me acerqué tanto a él, que sus manos se posaron en la parte trasera de mis rodillas, recostando el peso de su cabeza sobre la parte superior de mi abdomen, bajo mis pechos. Enredé mis dedos en su cabello.
- Nunca nadie me había hecho sentir tan especial, Austin. Nunca. – reconocí queriendo que el notara la importancia de sus palabras, y lo que estas habían causado en mí.
- Pues, así es como yo te veo, Maddy. Siempre. – respondió con la misma calma y sin levantar su cabeza.
Mi corazón se estremeció, y me sentí taaaan bien.
No solo bien, me sentí valiosa, especial, y sentí como si él pudiese ver en mí, cosas que yo no veía.
- Y aunque no hubieses querido seguir con esto ayer, todo lo que me has estado enseñando y demostrando, se hubiese quedado conmigo. Y estaba dispuesto a que fuese así. Me mostraste que no existen vacíos imposibles de llenar. Me mostraste que somos nosotros mismos los que nos encargamos de verle, o no, los colores a la vida. – confesó.
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A donde sea, pero si estás tú
Ficção AdolescenteTras descubrir un secreto familiar en el verano antes del último año de escuela, Madison se da cuenta, que su vida no era tan buena como creía. Sus amigos la dejaron sola, su familia se separó y ella dejó de confiar en todo lo que la rodeaba. Volver...