Iruka en un momento de ebriedad comete el mayor error de su vida: Confesar un secreto guardado de hace años, llevándo su sueño a la realidad, con un lujurioso amor que los llevará a la perdición.
Una pareja que entrará en lujuria, pasión, riesgos...
Kakashi nos mandó a mí en mi equipo hacer una misión y la misión queda en la aldea de la arena, tenemos que llevar un par de pergaminos con unos jeroglíficos extraños, porque ellos pueden, por así decirlo, traducir esas pequeñas cosas, hace bastante tiempo que no vemos a Temari, Gaara y Kankuro.
Tenemos que ir en estos tiempos porque se aproxima una gran tormenta de arena que va a afectar por varios días esa zona y viajar en medio de la tormenta de arena va a ser un poco complicado poder llegar a la aldea.
Lo más seguro es que nos vamos a tener que quedar un par de días hasta que la tormenta finalice. Hinata en parte está feliz porque va a tener como un mini receso de todo el trabajo que tuvimos en esta semana, principalmente después del ataque que tuvo Iruka-sensei, sobre los enfrentamientos que hubo en la aldea y todas las misiones exhaustivas que nos puso Kakashi.
Shino, en cambio necesitaba arreglar unas cosas en la aldea, porque quería ver unos insectos que se encontraban en la arena y quería tener más información y quería investigar al respecto como siempre anda con sus cosas raras.
Por mi lado Akamaru y yo teníamos demasiada flojera y estaba muy exhausto de tantas misiones y espero que podamos descansar algo. Tengo que confesar algo, no sé porqué pero desde la última vez que vi a Kankuro tuve una movilización dentro mío, no sé porqué, no quiero decir que me guste o esas cosas porque a mí me gustan las mujeres. Me gusta Hinata, pero esa noche, ese beso que tuve con él, algo me revolucionó. No puedo dejar de pensar en eso. Fue un beso, pero un beso accidental, yo estaba ebrio, la primera vez que tomé alcohol siendo menor y al también bebió pero el es mayor y nos dimos un beso, solo fue un beso por suerte y después de eso no me dirigió mas la palabra, porque se fue, por eso no me hablo más.
No dejo de pensar en eso, estoy muy nervioso y preocupado porque no sé cómo va a reaccionar él y yo no sé cómo voy a reaccionar al verlo y es algo estúpido porque se supone que no me gusta y me gustan las mujeres y él me pone en esta situación, nadie sabe este secreto porque es mío y de él y quedamos que no se le íbamos a decir a nadie.
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Los tres muchachos llegaron a la aldea de la arena bastante exhaustos, al estar llegando a la aldea, las primeras fases de esta tormenta estaban comenzando, habían llegado y tenían arena dentro de su calzado, en su cabello, en partes de su ropa cosas que los estaban enloqueciendo. Lo que los recibieron fueron Gaara y Temari, pero qué Kiba le molestó mucho que kankuro no haya estado presente prefirió no decir nada en absoluto.
- Temari ¿Y Kankuro? -pregunta Hinata. - Esta solucionando un par de cosas con sus muñecos, el dijo que lo disculparan, que los verá en la noche. - Espero que todo salga bien con sus muñecos. - Deben de estar cansados, Temari los guiará a sus habitaciones, Shino, tu ven conmigo para hablar sobre los pergaminos -Comento Gaara.
Kiba entró a una habitación y se tiró en la cama, Akamaru se fue con Shino a ayudarlo con la búsqueda de ciertos insectos para así dejar a Kiba solo, que con un gran suspiro agrego: ¿Por qué no dejo de pensar en él?. Quedo algo cansado y cerro sus ojos unos segundos para quedar dormido por completo a tal punto que paso de largo la cena. Hinata se preocupó ya que no había ingerido nada en el transcurso del día, Shino mando a uno de sus escarabajos para ir a controlarlo, logrando confirmar que estaba dormido, bastante dormido. Un suspiro se escuchó en la mesa.
- Será mejor que empiecen a comer, él no despertará hasta mañana, iré a despertarlo, pero no lo esperen para comer.
Kankuro se levantó de la mesa y empezó a caminar por el pasillo oscuro, con poca iluminación, solo la luna ilumina el lugar, la puerta se abre, la sombra de Kankuro es la primera en entrar al abrir la puerta. El muchacho cierra la misma, ve a Kiba acostado con su respiración algo intranquila, se acerca a él, intenta despertarlo pero no lo logra.
-Tiene fiebre
Kankuro se levantó para irse pero al momento de acercarse a la puerta, se detiene al escuchar el jadeo del muchacho susurrando entre cortado: Ka-kankuro. El joven volvió a cerrar la puerta para luego así ponerle seguro. Camino a la cama, Kiba, en un estado indefenso.
- Con que soñando conmigo... Eso explica la erección, veo que tendré que cumplir su sueño.
Kankuro acercó su boca al cuello del muchacho mientras realizaba su mano por debajo de la remera del joven que se encontraba dormido para así jugar con sus pezones, dando pequeñas presiones, para así dirigir su boca a ellos y succionar los mismos, Kiba muestra una pequeña queja abriendo su boca levemente sin poder evitar jadear. Su erección se hace más presente y latente. Kankuro baja su boca dando besos pequeños en su pecho bajando hasta detenerse en el pantalón del muchacho, un pantalón tenso y duro, lo observa y va metiendo suavemente su mano mientras con su boca juega con sus pezones. La respiración de Kiba se estaba poniendo a poner intranquila, su espalda empezó a estremecerse, abre los ojos, está completamente ruborizado, dirige su mirada a un costado y ve a Kankuro con su mano dentro de su pantalón, se separa de él asustado bajándose la remera.
- ¿¡Q-qué te ocurre!? -Se sonroja retrocediendo hasta chocar con la cabecera de la misma- ¿Qué es lo que me haces? - Ayudarte... ¿Que? ¿Acaso no es obvio? - ¡Yo no necesito ayuda de este tipo! - ¿Así? Entonces -Se acerca a su oido- ¿Por qué gemía mi nombre mientras soñabas? - ¡Eso no es cierto! - entra a ponerse nervioso. - Vamos.. Deja de engañarte, se que tú quieres -Le susurra para luego besar su cuello, logrando que Kiba se sonroje desviando su mirada- Déjame tocarte... Te gustará.
Kiba al escuchar separó un poco sus piernas dejando su entrepierna a la vista, esa entrepierna apretada que pedía ser atendida.
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- Ka-kankuro
Agrego entrecortado el ver como desliza su mano por debajo de su remera, ambas estimulaciones logran que él tire su cabeza hacia atrás con una sonrisa con su respiración agitada sin imaginarse lo que vendría a continuación.
