XXXII

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Valentín.

Estaba hundido en mis pensamientos, solo en silencio en mi cuarto mientras escuchaba la lluvia fuera.

En unas semanas me voy, hasta esté punto solo podía pensar en la universidad...y en Natu.

Un sollozo me sacó de mis pensamientos, voltee rápidamente hacía la puerta y ahí estaba, mi corazón se hizo pequeño, mi estómago y mi garganta se hicieron nudos.

-Hola Oliva.-susurro entre lágrimas, no sabía que responder, la miré de nuevo; estaba empapada por la lluvia.
Me acerque a ella, puse una mano en su mejilla, su piel estaba fría.

Nos miramos a los ojos y salté para abrazarla, respondió a mi abrazo para luego soltarse en llanto.

-¿Estás bien?, ¿Porque lloras?-al fin las palabras salieron de mi boca, ella asintió y se separó de mi, limpie sus lágrimas con mis pulgares y ella sonrió.

-Estoy bien, solo no sabía cuánto necesitaba verte.-tomo mi mano.-Tengo que hablar contigo, Valen.

-Lo que sea, Natu...-susurre, la tomé de la mano para irnos a sentar en el borde de la cama.

-Perdon por irme de esa manera pero yo creía que era lo mejor.-suspiro.-Nunca pensé el daño que nos iba a causar, no te odió...para nada, no sabes cuánto te amo.

-Te busque por todas partes, ¿Dónde has estado?

-Me estuve quedando con mi padre...

-Pero, Natalia, ¿Porque hiciste eso?

-Porque sabía perfectamente que ibas a ir a buscarme a la casa de Pablo y yo no sabía que decir y aún no lo sé.-se llevo ambas manos hacia su cara, la tome con cuidado y le sonreí.

-No quiero separarme de ti nunca más, podemos intentar con una relación a distancia y viajar cada cierto tiempo para vernos, Estaré en Canadá esta un poco más cerca de México.

-¿Estás seguro sobre una relación a distancia? Conlleva mucho esfuerzo, Valen y yo no te quiero distraer de tu estudio.

-Por ti vale la pena todo.

-¿Valió la pena dar mitad de dinero para hacerme creer que era empleada del mes y así juntar dinero más rápido?

-Mierda, te lo dijo cuando le pedí que no lo hiciera.-hice una mueca y suspiro.

-No me lo dijo, yo me enteré.-le di una pequeña sonrisa.-No estoy enojada, solo un poco confundida; me lo pudiste a ver dicho.

-Lo hice, te ofrecí ayudarte y solo te negaste...no me diste más opciones.

-Lo siento, a veces suelo ser muy orgullosa.-susurro, nos quedamos en silencio.

Puse un mechón de cabello detrás de su oreja y me acerqué a su cara, nos miramos a los ojos, parecía que me estaba pidiendo permiso, mire a sus labios y la besé sin pensarlo.

-Maldita sea, te extraño demasiado Natu.-susurre cerca de sus labios después de habernos separado del beso.

-Ya no más, estoy aquí por ahora.-me miro a los ojos, sonreí y salto para abrazarme rodeando mi cuello con sus brazos.

-¿Cuanto te vas?

-pasado mañana, el viernes...-asentí, suspiré y hundí mi cara en su cuello.

-¿Quieres hacer algo antes de que te vayas?-la escuché suspirar

-No por ahora, solo quiero estar contigo y no separarme, aparte está lloviendo a mares.-se separó de mí y sonrió.

Me levanté de la cama para ir hacia mi armario, saqué unos jogger, una remera y un buzo, se los di y apunte hacia el baño.

-Estas empapada, no quiero que te resfríes.-me sonrió y asintió, los tomo y caminó hacia el baño.

Me recosté de nuevo en la cama pero ahora con una sonrisa en mi cara, la había extrañado y no sabía cuánto la necesitaba a mi lado, después de unos minutos la puerta del baño se abrió y escuché sus pasos acercarse a la habitación.

-¿Cierro la puerta?-asentí, escuché el ruido de la puerta al cerrarse y sus pasos acercarse al borde de la cama, ese lado se hundió al momento en el que ella se recostó a mi lado; la rodeé con mi brazo por los hombros y la miré a los ojos.

-¿Que te parece si mañana salimos a disfrutar tú último día?-sus ojos brillaron y asintió.

-Me encantaría, ¿Que vamos a hacer?

-Lo que tú quieras.-susurre

-¿Cuando te vas a Canadá?

-Dentro de un mes...-le sonreí

-Te va a ir genial, tenlo por seguro.

Se volvió a acomodar en mi brazo, escondió su cara en mi pecho y escuché su respiración tranquila. Solo estábamos los dos con el ruido de lluvia de fondo, siempre había visto estás escenas en las películas y me parecían muy sin gracia pero, joder, en este momento me sentía completo.

Natalia.

-Si, Pablo.-hable por teléfono.-Estoy bien, pasaré el día con el y después ire con ustedes.-lo voltee a ver que estaba recargado en la puerta del coche esperándome.-Emmm, si los veo luego, adiós.-colgué sin prestarle mucha atención a lo que dijo al último.

Caminé hacia él y le sonreí, rodeo mi cintura con sus brazos y metió sus manos en los bolsillos traseros de mi pantalón, nunca había hecho ese gesto pero me volvió loca, rodeé su cuello con mis brazos y nos miramos a los ojos para después juntar nuestros labios.

-¿Estás lista?-asentí, se separó de mi para abrirme la puerta del copiloto.-Entonces, vámonos.

Me subí al coche y cerro la puerta detrás mía, rodeó para después subirse él y arrancar. Una vez en camino mire por la ventana tratando de adivinar hacía dónde ibamos.

-Me rindo, ¿A dónde vamos?-subio los hombros en forma indiferente, sacó un pañuelo y me lo dió.

-Tápate los ojos, es sorpresa...-lo tomé, y lo até por detrás de mi cabeza mientras me tapa ambos ojos.

-¿Cuántos dedos ves?-escuche su voz, me quedé pensando ya que no veía nada.

-Ni idea, ¿Cinco?-lanze al azar, escuché su risa.

-Bien, llegamos en unos dos minutos...

Seguí escuchando el ruido del coche, hasta que después de unos minutos esté se dejó de mover.

-Espera, ahora te ayudo a bajar.-escuche el sonido de la puerta que se cerró al bajarse y a los segundos mi puerta se abrió.

-Siento, que me voy a partir la madre.-solte de repente cuando me tomó del brazo para salir.

-Tranquila, te voy a guiar por dónde ir.-salí del coche con cuidado, escuché la puerta cerrarse detrás de mí, sentí sus manos en ambos de mis brazos.-Camina con confianza no hay nada con lo que te puedas caer.

Caminé con nerviosismo, escuchaba su voz que me guiaba hasta que paro después de unos minutos, quitó sus manos de mis brazos mientras me quedé ahí parada sin saber que hacer.

-Listo, te puedes quitar la venda.-lleve mis manos hacia mi cara para bajarme el pañuelo.-Voy a admitir que te encanta.-me habló a unos pasos distancia.

-Valentín, esto es...

N E R D / WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora