IX

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Natalia

Subí al coche de Mateo junto con los demás, acabamos de salir de una fiesta y eran casi las 5 de la mañana.

-Gracias chicos, los amo.-me despedí una vez que baje del coche que estaba parado a unas casas de la mía.

-Nos vemos luego, Natu.-se despidió Pablo y ví como el coche avanzó para dar vuelta en la esquina y desaparecer de mi vista.
Caminé algo atontada hacia mi casa, subí por las escaleras que había al lado de la casa para entrar por mi ventana.
Una vez dentro me recosté en mi cama porque la cabeza me daba vueltas, me había pasado con lo que había consumido, era la primera vez que probaba otra droga que no fuera la marihuana, intente pararme de la cama para cambiarme la ropa pero solo conseguí mareaeme más, solté una risita y recordé lo que una vez me dijo Valentín “La cannabis es una droga de entrada”, Los ojos me pesaban tanto que sin darme cuenta me estaba durmiendo pero unos golpes me hicieron reaccionar.

-Natalia, abre la maldita puerta.-los golpes se hacían más fuertes, lo ignore y traté de dormír pero sentí como unos brazos me sacaron de mi cama.

-¿Cómo mierda entraste?-me quite de su agarre tambaleando un poco, mi padre estaba frente mío enfadado y no sabía el porque.

-¿Estás drogada?-tomó mi mentón con su mano haciendo que lo mirará a los ojos.-Eres una maldita drogadicta de mierda Natalia, te quiero fuera de mi casa, ya...-hablo entre dientes, lo mire desafiante y solté una carcajada.

-¿Me estás hechando?-me cruze de brazos.-¿Que vas a hacer?-me recargue en la pequeña mesa que usaba como escritorio y sin previo aviso estampó su mano contra mi cara haciendo que terminara en el piso, iba a levantarme pero en un abrir y cerrar de ojos me iba arrastrando del cabello hacia afuera.

-No vuelvas a pisar está casa, para mí estás muerta.-cerro la puerta en mi cara, me quedé mirando la puerta mientras las lágrimas salían.
Me levanté unos minutos después y me aleje de esa casa para empezar a caminar sin una dirección.

Valentín

Escuche el timbre unas cuantas veces, tomé mi celular y marcaban las 05:47 de la mañana, baje en silencio para ver quién era, abrí la puerta poco a poco para encontrarme a Natalia que me veía con cara de asustada.

-Natalia...-susurre al verla.-¿Que te paso?-mire su aspecto, su cara estaba llena de lágrimas, maquillaje corrido, despeinada, parte de su cara estaba roja, llevaba un buzo que le llegaba un poco arriba del ombligo junto con unos jeans cortos, sus rodillas estaban llenas de sangre con suciedad.

-No se que hago aquí.-su voz se cortó, y se estremeció.-Me quedé en schock y empezé a caminar sin rumbo.-se soltó en llanto.-No se cómo llegué aquí, no quería molestarte Valentín.-se limpió las lágrimas.

-No me molestas en nada, somos amigos, ¿no?-asintió y tomo aire.-¿Quieres hablar?-ella me miró a los ojos y le sonreí.

-Mi padre me hecho de la casa.-soltó en llanto.-No tengo a donde ir, tenías razón la marihuana solo es una droga de entrada.-mire sus ojos que estaban dilatados, y ahí comprendí todo.

-¿Tú padre te descubrió?-ella asintió.-Ven, pasa, vamos a mi habit...

-¿Que putas estás haciendo?-la voz de mi madre me interrumpió, mire a Natalia que no paraba de temblar.

-No te incumbe.-salio sin mucho esfuerzo de mi boca, me quito de un tirón de la puerta y quedó frente a Natalia.

-¿Otra vez tú, niña?-se cruzó de brazos.-Te dije que te alejaras de Valentín.-la miró de arriba a abajo.-¿Estuvo buena la fiesta?-Natalia negó con la cabeza.

-No era mi intención venir a molestar, pero tuve un problema con mi padre y sin querer termine aquí.-hablo aún con la voz cortada.

-De seguro te cacho garchando con un tipejo y le recordaste a tu madre.

-Mamá!-le reclamé, mire a Natalia quien se había quedado sin palabras.-La mamá de Nat...

-No te preocupes Valentín.-me interrumpió.-Ire a buscar ayuda con los chicos, lamento molestar.-dio media vuelta y caminó a paso lento mientas se tambaleaba.

Natalia

Doble la esquina de la calle donde vivía Damián, caminé unos metros más y sin pensarlo dos veces toque la puerta.
A los minutos la mamá de Damián abrió la puerta.

-Natalia, hija...-me miró preocupada.-¿Que te paso?, ¿Te encuentras bien?-me tomó del brazo y me llevo hasta la cocina.

-Lamento la molestia.-hable tartamudeando.-Tuve unos problemas con mi padre.-me acomodé en la silla del comedor y me abrase con ambos brazos.

-No te preocupes, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.-me tendió una taza de té.

-Muchas gracias Martha...-tomé el té para empezar a tomarlo.-Supongo que Damián está dormido.-asintió.-Solo soy una molestia, ¿Cierto?

-No, no eres ninguna molestia.-tomo mi mano.-No estás sola, tienes a los chicos y me tienes a mí...-llevo su mano hacia mi cara y quitó unas cuantas lágrimas.-¿Tú padre te hizo esto?-quito un mechón de cabello que tapaba mi ojo.

-No es nada...-volví a acomodar el mechón, hizo una mueca para después sonreírme.

-Esta bien, querida...-se levanto de la silla.-Vamos te llevaré a la habitación de visitas, te daré ropa para que te bañes y estés un poco mejor.-la seguí hacia la planta de arriba aún con la taza de té en la mano, me prestó algo de ropa y salió de la habitación.

Me senté en la orilla de la cama ya bañada y con otra ropa, tome el celular el cuál tenía cinco llamadas perdidas y mensajes de Valentín, suspiré para después apagar el celular y recostarme en la cama haciendo que a los minutos me quedará dormida.

N E R D / WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora