Natalia
-¿Dónde chingados está Valentín, Damián?-lo tome de los hombros y me miró indiferente.
-Yo que voy a saber Natu, no iba estar de su puto niñero.-tomo el cigarro y se lo llevó a la boca.-Esta grandecito, ¿no?-le quite el cigarro y lo apague.
-No te pedí que fueras su niñero, solo lo deje contigo 20 minutos porque Pablo y Martin necesitaban mi puta ayuda.-le grite por la música que estaba demasido alta.-Es la primera vez que sale a una fiesta, no sabe nada de bebidas o drogas.
-Si no querías poner en riesgo a tu novio no lo hubieras traído, desde que se empezó a juntar con nosotros tuvo que saber lo que le iba a esperar.-me apunto con el dedo y negué divertida.
-Que nosotros seamos unos putos drogadictos no significa que el lo tenga que hacer para hacerse nuestro amigo.-el rodó los ojos.-No se que tienes Damián, a parte Valentín no es mi novio.-di la media vuelta y me concentre a buscar en Valentín dentro de toda la multitud de gente que había en una casa tan pequeña, fui hacia la planta de arriba a buscarlo pero no había rastro de él.
-Natu, ¿Estás bien?-Mateo me detuvo.-Te ves preocupada.
-No encuentro a Valentín por ningún lado.-hable fuerte en su oreja, el asintió.-Lo dejé con Damián pero el muy pelotudo lo perdió de vista.
-No te preocupes, mira lo más probable es que también te esté buscando.-asentí.-Vamos te ayudaré a buscarlo.-me tomó de la mano y caminamos entre todos.
Después de una hora sin encontrarlo, supuse que se había ido a su casa sin decirme, no contestaba su teléfono así que me di por vencida, me separé de los chicos y salí a fumar.
Lo ví ahí, tirado en una esquina del patio trasero.-Mierda, Valentín.-me acerqué a dónde estaba él.-Valen, ¿estás bien?-lo tome de los hombros, no respondía.-Valen, vamos.-susurre preocupada, abrió los ojos por unos segundos y los volvió a cerrar.-Tengo que sacarte de aquí, se ve estas re drogado.-lo tome por debajo de los brazos y pase uno de estos al rededor de mis hombros.
-Natu...-susurro casi sin voz.-lo lleve hacia la salida, no tenía coche ni mi moto, caminé con el casi desmayado colgando de mis hombros, tome un descanso y lo senté en la vereda.
-¿Que vamos a hacer?-lo mire y no me respondió.-Hueles demasiado a alcohol y creo que andas re drogado, Valen.-tome su cara y este asintió despacio sin hacer mucho esfuerzo.-Te llevaré a tu casa.-me pare de nuevo junto con él y empezé a caminar con el a rastras.
No podía más, para llegar a su casa tengo que pasar por la mía primero.-Pesas demasiado para estar delgado.-bufé cansada.-Ya fue Valen, te quedas en mi casa no puedo más hasta la tuya.-camine unos 10 minutos más hacia mi casa, saque las llaves ya que por obvias razones no podía ir por la ventana.
Entre a la casa aún con Valentín colgando a mi lado, sin hacer mucho ruido lo lleve hasta mi habitación y lo acosté en la cama, fui a cambiarme por algo de dormir y me acosté a su lado.Valentín
Pestañe varias veces antes de abrir por completo los ojos gracias a la luz que entraba a la habitación, me talle la cara, trate de sentarme pero todo me dió vueltas, mire la habitación de Natalia... NATALIA?, me senté rápido en la cama ignorando los mareos, ella no estaba en la habitación, tome mi celular y mire la hora 2:30 de la tarde, tenía mas de 20 llamadas perdidas de mis padres.
-Buen día.-entro aún con pijama y una taza con te y pastillas.-Ten, tómatelo.-me entregó ambas y hice lo que me dijo.-Te harán bien.-le sonreí.
-¿Que paso anoche?-subió los hombros indiferente.
-Ni puta idea, pensé que tú sabías.-negué y suspiro.-Solo se que fui a ayudar a los chicos en algo, te dejo con Damián y al regresar ya no estabas, te busque por casi dos horas hasta que sali a fumar y te ví tirado en el piso más hundido que el Titanic.-soltó una risa.-¿Te sientes bien? Al parecer tomaste y te drogaron.-asentí y suspiré frustrado.
-Tengo miedo de regresar a mi casa.-me pase una mano por el cabello.-Van a matarme.-sentí que se sentó a mi lado y acarició mi espalda.
-Tranquilo, trataré de hablar con tu mamá.-me dió una media sonrisa.-Tal vez la pueda calmar un poco.
-No quiero que mi mamá te trate mal, tengo que enfrentarlos yo solo.-ella negó.-Ella puede llegar a hacer muy cruel.
-No hay problema, ya estoy acostumbrada a que la vida me trate mal.-soltó una risa.-Ire contigo y punto.
-No quiero molestarte más, te parece si me voy ya?-asintió y salió sin decir nada, supongo que a cambiarse, salí de su cama aún mareado, entro ella y bajamos juntos para salir de su casa.
-No te pusiste la ropa que llevabas ayer.-pare en seco y mire mi ropa nervioso.-¿Quieres que nos regresamos? Huele mucho a alcohol y cigarro.-lo pensé unos minutos pero negué y seguimos caminando.
-No es buena idea que hables con ella.-la mire a los ojos, me ignoro y siguió caminando.-Aun es tiempo de que te vayas, Natu.-ella negó y tocó la puerta de mi casa.
-Soy tu amiga, Valentín.-me sonrió, le respondí también con una sonrisa.
La puerta se abrió y ví a mi madre hecha una furia, me tomo fuerte del brazo y me llevo dentro.-Señora yo... lamento que Valentín no haya llegado a dormir, se quedó en mi casa.-Natalia habló rápido y nerviosa.-¿Porque hueles a alcohol y cigarro?-ignoro completamente a Natalia, yo negué.-¿Quien eres tú?-volteo a verla.
-Me llamo Natalia Robledo, soy amiga de Valentín..-extendió su mano para saludar, pero mi madre la ignoró.-Se lo importante que es para usted que Valentín sea una persona de bien, pero es hora de que descubra quien realmente es, que salga a divertirse, que descubra las cosas que lo apasionan.-veía todo detrás de mi madre que me tenía del brazo haciendo fuerza.-Es un excelente estudiante, me ha estado ayudando con algunos trabajos y es realmente brillante.
-¿Que el qué?-me volteó a verme.-Sabes perfectamente que tienes prohibido ayudar a las personas con cosas de la escuela, te está utilizando, te está distrayendo de lo que realmente debes enfocarte, Valentín.-susurro en mi cara, me empujó aún más dentro de la casa.-¿Cuántos años tienes?-Natalia la miro extrañado y dudó unos segundos.
-Dieciocho en dos meses los diecinueve...-soltó una risa nerviosa.-¿Porque lo pregunta?
-Valentín tiene 17, estás saliendo con un menor, te vuelves a acercar a él y te denunció.-le cerró la puerta en la cara.