XXII

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Natalia.

Damián entro con una pequeña sonrisa, trato de tomar mi mano pero la quite rápidamente.

-¿Porque estás haciendo sentir mal a Valentín?-me cruze de brazos.-No sabes nada de él y aunque no lo creas el ha sido de gran ayuda para poder salir de este pozo dónde tú estás metido y no quieres que salga.

-¿De que mierda hablas?-frunció el ceño

-No te hagas el que no sabes una mierda, recuerdas todas esas veces que trate de dejar las drogas, de poder denunciar a mi padre por las veces que me golpeó por todas las veces que tú me "ayudaste"-hice comillas con mis dedos.-Tu eres el problema en mi vida.

-Bien, como soy el problema en tu vida.-se cruzo de brazos.-Quiero que te vayas de mi casa en cuanto salgas de aquí.

-No hay ningún problema.-le sonreí.-Solo explícale a Martha el porque me echaste de su casa, explícale que me querías solo para tí, ¿Cómo mierda no me di cuenta antes? No dejabas que me llevará con los chicos, solo querías que estuviera a tu lado.

-¿Que parte no entiendes de que me gustas Natalia?

-¿Y tú qué parte no entiendes del que NO me gustas y NO tengo el porque corresponder?

-Eres una mala agradecida, después de que te di un techo cuando tu padre te hecho de casa por drogadicta.-mi labio empezo a temblar.-No te preocupes por tus cosas, ahora mismo las iré a sacar y dárselas a el nerd ese.

-Lárgate...-me dió una media sonrisa y negó.-Eres un maldito hipócrita de mierda, LÁRGATE.-la máquina empezó a sonar.-QUE TE LARGES.

-Joven se tiene que ir, la señorita tiene que calmarse y la hora de visita terminó.-una enferma apareció en la puerta.

-Nos vemos Natu.-me guiñó el ojo y salió de la habitación junto con la enfermera.

Valentín.

-Hijo.-mi padre me tocó el hombro.-¿Natalia no tiene dónde quedarse?-negué al recordar lo que Damián me dijo hace unos minutos "Sus cosas estarán fuera de mi casa, no volverá a pisar mi casa nunca más"

-Valentín.-Mateo apareció frente mío.-¿Podemos hablar contigo?-apuntó hacia los demás, asentí y lo seguí hasta donde ellos estaban

-Nos enteramos sobre lo de Damián y queríamos aclarar que nosotros ya cortamos cualquier relación con él.-Martín me puso una mano en el hombro

-No teníamos idea de cómo era realmente, Natalia nos importa demasido y entendemos si no se puede quedar contigo.-asentí recordando el odio sin sentido que mi madre le tenía a Natalia.-Nosotros nos ofrecemos para que se quede con uno de nosotros claro si ella quiere.-Pablo me dió una media sonrisa.

-Lo agradezco mucho chicos.-suspire.-Hablare con mis padres sobre si Natalia se puede quedar, si es así, ella es la que va a decidir.

-Nos tenemos que ir, nos avisas cualquier cosa sobre Natu.-me despedí de ellos y fui de nuevo con mi padre.-Gracias por entender mejor que mamá.

-Ella tiene miedo de que creciste, que la abandones por eso siempre te sobre protegió.-me dió una media sonrisa.-Para ella sigues siendo un niño cuando claramente ya no lo eres, tiene que saber dejarte ir.-asentí.-No te preocupes por lo que diga tu madre, Natalia se puede quedar con nosotros.

-¿Estás seguro?

-Sí, claro si ella quiere.-le sonreí.-Necesita mucho apoyo y más de tí porque lo que tengo entendido es tu novia, ¿No?

-Sí, lo es.-una sonrisa tonta se dibujo en mi cara.-Bien, iremos por sus cosas mientras se llega de nuevo la hora de visita.

Natalia

Mil cosas pasaban por mi mente, no tenía idea que iba a hacer; tengo 18 y no he hecho nada en mi vida... Solo estoy existiendo y respirando...
Si llamo a mis abuelos me mandarán para el boleto hacia México lo más rápido posible pero no quiero que gasten en mí pero no puedo seguir aquí sola... Y tampoco puedo dejar a Valentín solo, no todavía.

-Señorita, Tiene visitas.-un enfermo dejo a pasar a Valentín mientras cerraba la puerta.

-¿Cómo te encuentras?-me sonrió, me moví dejando un espacio en la cama para que se sentará y así lo hizo.

-Estoy mejor Valen, no te preocupes.-tome su mano y pase mi pulgar lentamente por esta.

-Mi padre quiere que te quedes con nosotros.-abrí la boca asombrada.-Claro, si tú quieres, los chicos también se ofrecieron.-mordí mi labio indecisa.

-No quiero buscarte problemas con tus madre.-le di una pequeña sonrisa y negó.

-Mi padre ya hablo con ella.-tomo mi mano y la beso.-No quiero dejarte sola en estos momentos y en ningún momento, Natalia.-acaricio mi mejilla con su pulgar.

-Esta bien, me quedaré contigo.-me sonrió emocionado y se inclinó para besarme.

-Perfecto, en unos minutos nos vamos.-se levantó.-Ire por tu ropa para que te cambies e irnos.-asentí, salió de la habitación.

A los segundos que salió Valentín de la habitación entro la Doctora, me quito los cables de la máquina que marcaba mi ritmo cardíaco.

-Le daré el número de un psiquiatra gratuito, es muy buena y le ayudará.-me dió la tarjeta con los datos.

-Gracias, espero ya no tener que venir y mejorar.-me senté al borde la cama.

-Así será Natalia, tienes unos amigos y novio tan brillantes.-me dió una sonrisa y asentí.-Bien, te dejo para que te cambies y puedas irte a casa.-miro a Valentín a través de la pequeña ventana de la puerta, salió y al segundo Valen se hizo presente.

-Traje algo cómodo.-dejo la ropa en la cama y me tomo de la cintura para ayudarme a parar, me soltó por un segundo para tomar la ropa pero me mareé haciendo que lo tomará del brazo para no caerme.

-Perdona, aún sigo un poco mareada por los medicamentos...-mire hacia abajo, tomo mi mentón haciendo que lo mirara.

-No te preocupes...-quitó el cabello de mi cara.-¿Me das permiso de ayudarte?-me sonrió con ternura, asentí.-Bien, dime si te sientes incómoda y paro.-pasó sus manos hacia mi espalda y desenredó las tiras de la bata del hospital y la dejo caer dejando mis pechos a la vista, en ningún momento me miró de otra manera, en sus ojos solo se miraba ternura.

Tomó el buzo que había traído el cual era uno de los suyos y metió mi cabeza en el hueco del buzo.

-¿Puedes meter tus brazos en las mangas?-asentí, tomó el jean y se arrodilló.-levanta el pie izquierdo.-puse una mano en la mesa de noche y levanté el pie.-Bien, ahora el otro.-imite el mismo procedimiento, ya con ambos pies dentro subió poco a poco el jean y lo abrochó.-¿Quieres tus Vans o unas pantuflas?

-Las pantuflas, quiero estar cómoda.-asintio, y las saco de la mochila de la cual no había notado que traía, me tomo de la cintura y paso mi brazo por sus hombros para salir de la habitación.

N E R D / WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora