Valentín.
Me desperté desconcertado por no haber escuchado la alarma de mi celular, lo busque por toda mi cama y en la mesa pero no lo encontré.
Entre en pánico al recordar que el vuelo de Natu salia a las 6:30 a.m, prendí la televisión para ver la hora ya que no tenía ni la más mínima idea, en la esquina inferior de la pantalla marcaban “05:40”.
Todavía tenia tiempo de llegar al aeropuerto, sabía por cuál puerta iba a irse, me cambié lo más rápido que pude.
Giré la perilla de mi puerta pero estaba cerrada con llave por fuera, maldije y e imaginé que mi madre lo hizo, golpeé la puerta mientras gritaba para que mi padre abriera pero nada paso, me senté al borde de la cama desesperado.
Mire la ventana, la ventana...y recordé la vez que Natalia salió por ahí, abrí está y mire hacia fuera, en mi cabeza solo pasaba Natu, una y otra vez.
No lo pensé una vez más y puse un pie fuera de la ventana, me concentré lo más que pude para salir y no morir en el intento, una vez en el techo de la cochera, bajé por la rejas de esta hasta llegar al piso.
Verifique sí traía las llaves de mi coche y gracias al cielo si las traía, corrí hacia mi coche para después arrancar e irme.
Natalia.
Suspire y bloqueé mi celular, caminé de regreso a dónde estaban los chicos.
-Aún no me contesta, le he llamado y mandado mensajes.
-Lo más probable es que ya esté en caminó hacia acá, no te preocupes.-Martín me sonrió.
-No lo sé...-susurre.-¿Y si se arrepintió?
-Arrepentirse no lo creó, conoces como es Valentín.-Pablo me abrazó.-Va a llegar, todavía falta tiempo para que llame a tu vuelo.-asentí.
Me senté al lado de Mateo, quién me dió una sonrisa, seguí esperando mientras platicaba con los chicos.
“Pasajeros del vuelo 349 con escala a Ciudad de México y destino a Monterrey, Nuevo León primera llamada para abordar el avión”
Mire a los chicos desesperada, en 10 minutos más darían la segunda llamada para abordar, las ganas de soltar en llanto se apoderaron de mí.
Suspire y mire al rededor mío para ver si lograba ver a Valentín pero no habia señas de él.
-Esperaré un poco más...-les sonreí, asintieron y siguieron platicando animadamente pero no les prestaba atención, movía mis piernas ansiosa mientras buscaba con la mirada a Valentín por toda la sala del aeropuerto.
“Pasajeros del vuelo 349 con escala a Ciudad de México y destino a Monterrey, Nuevo León segunda llamada para abordar el avión”
Mire a los chicos, me dieron una sonrisa en forma de decir que lo sentían, suspiré y me llevé las manos a mis cara.
Dudé unos segundos en si pararme o esperar unos minutos más, pero al final me levanté de la silla.
-Creo que es momento de irme.-mi voz se entrecorto.-Los voy a extrañar demasiado, no saben cuánto.-nos abrazamos y lloramos un poco por unos minutos.
-Tambien te extrañaremos, nunca dejaremos de hablar.-Martin me beso en la frente.
Les sonreí nuevamente, y caminé hacia la fila para subir al avión, mi corazón se estaba encogiendo y mi estómago hecho un nudo, solo podía pensar el porque él no había venido.
De la nada sentí una mano en mi brazo que me jalo haciendo que diera la vuelta.
Solté en llanto al segundo en que lo ví, me lancé hacia el para abrazarlo.
-Perdón, Natu, perdóname.-pasaba su manos por mi espalda para calmarme mientras besaba mi cabeza.
-Pensé que te habías arrepentido a último momento de lo nuestro, ¿Qué paso?
-Nunca me arrepentiré de los nuestro, solo tuve un pequeño inconveniente pero eso no importa ahora ya estoy aquí.-tomo mi cara con sus manos y limpió mis lágrimas.
“Pasajeros del vuelo 349 con escala a Ciudad de México y destino a Monterrey, Nuevo León última llamada para abordar el avión, las puertas cierran en 10 minutos”
el anuncio resonó por toda la sala, volví a verle a los ojos, me dió una pequeña sonrisa triste y me volvió a abrazar.
-Me tengo que ir, o perderé el vuelo.-susurre en su cuello, me abrazo aún más fuerte y escuché un pequeño sollozo de su parte.
-Te amo, Natalia.-se separó de mí, y me beso por unos segundos que se sintieron entrenos.
-Tambien te amo, Valentín.-le contesté al segundo de separarnos del aquel beso.-Tengo que irme, te extrañaré.
-Tambien te extrañaré, pero hablaremos diario no te preocupes.-asentí y le sonreí, solté su mano, volví a despedirme de los chicos a lo lejos agitando mi mano, suspiré y lo volví a abrazar.
Me separé de él, dí media vuelta y caminé con mis papeles en mano hacía la entrada del avión sin voltear atrás porque me conozco y si miraba hacia atrás dejaría todo y me iría con ellos.
Revisaron mis papeles, me indicaron el caminó hacia las escaleras del avión y en menos de 20 minutos ya estábamos despegando.
Después de unas cuantas horas de viaje, me encontraba casi llegando a Monterrey, había hablado con mis abuelos y uno de mis tíos para que me esperarán fuera del aeropuerto.
Unos 45 minutos después bajé del avión y fui por mis maletas, salí del aeropuerto, cheque mi celular para marcarle a mi tío pero una voz gritando mi nombre llamo mi atención, voltee a ver para encontrarme a mi tío junto con mis abuelos.
La felicidad se apodero de mí y corrí hacia ellos, los abracé a los tres, lloramos y reímos.
-Lo extrañaba mucho, abues.-les di un beso en la mejilla a cada uno.-Gracias por dejarme vivir con ustedes.
-No tienes que agradecer nada mija, no ibamos a dejarte sola.-mi abuelo tomó de la mano.
-Tus primos están emocionados por verte.-mi tío me sonrió por el espejo.-Buenos también en parte por la carne asada que te organizamos.
-Dioooos, cuánto extrañe la comida de aquí.
El resto de mi día la pasé rodeada de mi familia, mientras comíamos, reíamos y hacíamos bromas unos a otros.
“Me haces tanta falta, Natu” su mensaje borro mi sonrisa y aguante las ganas de llorar.
-¿Estás bien, Natu?-mire a Alejandro, mi primo y asentí.
-Solo es un mensaje de Valentín, mi novio.-le sonreí
-¿Novio? Natalia tiene novio.-llamo la atención de todos.
-Cierra el hocico, Ale.-le di un golpe en el hombro.
Todos empezaron a preguntar por él al mismo tiempo, solo reí al ver tal euforia mientras hablaba sobre él, enseñaba nuestras fotos juntos.
