Natalia
-Bien, nos vemos en la biblioteca.-termine la llamada y continúe arreglándome para irme al colegio.
-Natalia, te llegó esto.-mi padre me llamo, había vuelto a casa desde hace un mes con la condición de que ya no me droge, mentira lo seguía haciendo. Tomé el sobre desconcertada.
-Mierda...-hable en voz alta llamando su atención.
-¿Que dice? ¿Otra vez en problemas?-elevo su tono de voz.-¿Ahora que hiciste, Natalia?-se cruzó en mi camino, trage saliva.
-No te incumbe.-tome mi mochila.-Me tengo que ir.
Valentin.
Tenía 20 minutos esperando a Natalia en la biblioteca para ayudarla a estudiar para el exámen, no había llegado tarde hasta ahora, tomé mi celular para llamarla pero entro el buzón.
-¿Que chingados es esto?-su voz me distrajo, voltee a verla que venía caminando enfadada hacía dónde estaba.
-Natu, ¿Estás bien?-la tome del hombro pero quitó mi mano inmediatamente.
-Dime tú, ¿Que es esto?, Oliva.-dejo un sobre en la mesa, lo tomé y saqué la hoja, leí rápido lo que decía "Corrupción de menores".
-¿Corrupción de menores?-la mire confundido, apunto hacia un lugar en la hoja que decía el nombre de mi madre como "demandante".-Yo, yo te juro que no sabía nada de esto.-hable nervioso.
-Por favor, Oliva.-nego divertida.-Hazle entender a tu madre que estás a semanas de cumplir 18, este es un puto juego de mal gusto.-me apunto con el dedo.
-Pero yo no tenía idea, mira el lado bueno.-señale la hoja.-Aun no se procesa la demandada, pueden que la rechacen.-tomo sus cosas y me miró.
-Lo siento pero no puedo ya con esto.-se cruzo de brazos.-No quiero problemas, no te preocupes por ayudarme con el exámen.-guardo el sobre en su mochila.-Yo me puedo encargar.-dio media vuelta para salir de la biblioteca.
Natalia.
-¿Te demandó?-Pablo me miró sorprendido mientras leían la carta.
-Mira no te preocupes.-Mateo me tomo de la mano.-No hay nada de pruebas porque no hiciste nada malo y aparte Valentín esta a semanas de cumplir 18.-asentí y mordí mis uñas.-Lo más probable es que la rechacen.
-No entiendo el porque arruinarle la vida a su hijo.-susurre.-No lo deja ser, lo trata como un pibe de 10 años.-negué divertida.
-Insisto.-hablo Damián.-¿Porque tanto empeño de querer ser su amiga?
-No quiero ser su amiga.-susurre.-Creo que me gusta Valentín.-los mire esperando su respuesta
-Me deben 500 pesos.-Martin apunto a Pablo y Mateo.
-Esperen.-fruncí el ceño tratando de comprender.-¿Ustedes apostaron plata a qué Valentín me terminaría gustando?-ellos asintieron.-Son unos hijos de puta.-solté una risa.
-Heey, tanta agresividad.-Martin se burlo.-Mira, solo centrarte en aprobar el exámen.
-No puedo.-tome el sobre y lo guarde en la mochila.-Si mi padre se entra me va a ir para el culo.-apreté mi mochila evitando llorar.
-Sabes que aquí estamos para ti, Natu.-asentí y trague saliva.
-Gracias chicos...-susurre.
-Para que te relajes un poco vamos a una fiesta en la noche.-Damian sonrió, mordí mi labio.
-Estoy preparada.-golpee la banca emocionada.
Valentin.
Entre a mi casa dando un golpe a la puerta llamando la atención de mis padres como lo esperaba.
-¿Porque hiciste eso?-hable entre dientes.
-¿Que hice qué?-mi madre se cruzó de brazos.-¿Demandar a esa tipa que se quiere de aprovechar de tí? ¿De un menor?-solté una risa.
-¿Le pusiste una demanda a la chica que se juntaba con él?-mi padre la miro extrañado.-Por dios Julia, esto ya es demasiado.
-Oh por favor Manuel.-se acercó a él.-Esa chica es mala influencia para Valentín, mira como se viste ahora.-me apunto.-Como nos desobedece.
-No es mala influencia.-susurre.-Ella me dió la puta valentía para poder "revelarme" con ustedes.-los apunte.-Métete de una jodida vez que dentro de nada voy a ser mayor de edad.-tome mis cosas y salí de esa casa.
Me senté en la plaza de siempre y le marque a Natalia...un tono...dos tonos...tres tonos...y como era de esperarse, no me respondió.
Natalia.
Me serví de beber para después seguir bailando con los chicos, habíamos llegado ya hace unas horas.
-Mira lo que tengo aquí.-Fernando, el primo de Pablo me habló en el oído, voltee a verle que sacaba de su pantalón una pequeña bolsa de polvo de un color extraño que no podía diferenciar por la oscuridad y las luces de colores que iban de un lado a otro de la casa.
-¿Que es eso?-tomé la pequeña bolsa sin que los chicos vieran.-¿Es coca?-lo mire a los ojos.
-Algo así se podría decir.-tomo la bolsa de mis manos y la abrió con cuidado.-¿Querés probar?-lo pensé unos minutos pero la curiosidad me terminó ganando.-Seguime.-me tomó de la mano y nos alejamos de la multitud de gente.
-¿Dónde la conseguiste?-vacíe una cantidad favorable en la palma de mi mano y aspire todo lo que pude.
-Por ahí.-susurro.-Avísame si querés más, tengo que ir a sacar plata.-agito las bolsas y salió de mi vista, volví con los chicos a seguir disfrutando la noche.
-Natu, ¿estás bien?-la voz de Pablo me llamó a lo lejos, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que probé lo que me dió Fernando.-Natalia, ¿Te sentís mal?-mire a los chicos que estaban al mi alrededor pero sus voces se escuchaba lejos.
-Natu, responde.-Mateo paso su mano frente mis ojos, veía todo borroso, sus voces distorsionadas y a lo lejos.-Te ves pálida, estás sudando.
Mire mis manos que estaban temblando, mire a mi alrededor y ahí estaba ella en una esquina mirándome con tristeza y decepción, ahí estaba mi madre viéndome.
-¿Mamá?-susurre, empezé a respirar rápido, temblar y llorar como nunca en la vida.-Mamá, perdóname por favor.-vi como daba media vuelta y desaparecía.
-Vamos, Natalia...-sentí como tocaban mis hombros haciendo que me asustará más, no paraba de llorar, me faltaba el aire, sentía que estaba iba a morir en cualquier momento.
