XXXV

168 11 1
                                    

Natalia.

Habían pasado unos dos meses desde que había llegado a México, mi vida había mejorado, estaba trabajando y estudiando derecho, al mismo tiempo.

¿Estás bien?” le mandé el quinto mensaje del día a Valen ya que no me había respondido en todo el día; nuestra relación iba normal, como cualquier relación a distancia, teníamos altibajos pero lo solucionamos en poco tiempo y con los chicos hablaba casi diario por nuestro grupo.

-Natalia, te buscan abajo.-mi abuela, tocó mi puerta, dejé aun lado mi celular y bajé.

-¿Natalia?

Abrí mi boca sorprendida y solté una risa.

-¡Andrea!-corri a abrazarla.-Años sin verte, ¿Cómo has estado?

Andrea era mi mejor amiga de la infancia, perdimos nuestra amistad cuando mi madre falleció y me cambié de colegio pero de vez en cuando hablamos por unos minutos.

-Hace días apenas me enteré que habías regresado, pase a saludarte y a ver si te apetecía salir.

-¿En este momento?-asintió con una sonrisa.-Claro, solo deja voy por mi billetera y mi celular.

Subí a paso rápido la escalera, tome mis cosas y volví a bajar, avise a mis abuelos que iba a salir.

-Listo vamos, ¿Te parece si vamos al centro? Necesito comprar unos libros para la Universidad.

-Me parece perfecto, a parte por ahí mismo podemos comer.

Pasamos toda la tarde yendo de tienda a tienda, le hablé de Valentín y ella me hablo de Carolina, su novia.

-¿Tus papás reaccionaron bien?-tomé una papa frita de su plato, me miro indecisa y río.

-Al principio no tan bien que digamos pero luego les presente a Caro, y la quieren más que a mí.-soltó una risa.-Solo era cuestión de tiempo para que lo asimilarán, gracias al cielo no fue mucho tiempo.

-Me alegro de eso, ya se está haciendo tarde.-saque dinero de mi mochila.

-Es buena hora para irnos, porque aquí oscurece y se pone horrible.-solté una risa y asentí.

Salimos del restaurante para tomar el bus. Una vez en que llegamos a nuestra colonia nos despedimos y cada quién se fue a su casa.

Saqué las llaves para abrir ya que no quería molestar a mis abuelos.

-¿Natalia, hija?-la voz de mi abuela se escuchó en la cocina.

-Soy yo, abue.-le grité en respuesta, deje mis cosas en un sillón.-Perdón por llegar tan tarde, me distraje platicando con Andrea.-hable mientras me dirigía hacía la puerta de la cocina.-¿Ya cenaron? ¿Les traigo algo? Puedo ir a comprar para hacer de cen..

Abrí la puerta para después quedarme congelada.

-Te buscan, mija.-mi abuelo me sonrió.

-Hola...-me sonrío, no sabía que hacer o decir, las palabras no me salían y mis ojos se pusieron llorosos.

-Vámonos, vieja.-mi abuelo le hablo a mi abuela.-Hay que darles privacidad.-se tomaron de la mano y salieron de la cocina.

-Natalia, yo n...-no lo dejé terminar y corrí hacia el para abrazarlo.

-¿Qué estás haciendo aquí, Valentin?-tome su cara entre mi manos.-Dime que no estoy soñando, por favor, se siente tan real.

Me miró con ternura y me sonrió, me abrazo fuerte sin querer soltarme, le respondí de la misma manera.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

N E R D / WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora