XXIII

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Natalia

-¿Estás segura que no quieres que me quedé contigo?-Valentín se sentó en la esquina de su cama, era el segundo día que me quedaba en su casa y por obvias razones no me sentía muy cómoda.

-Estoy bien, valen.-le sonreí.-Ya perdiste el día de ayer y solo quedan este día y el de mañana de clases puede afectar tu buena asistencia.

-Por dios, Natu, no hacemos nada y ya casi nadie va.

-Pero eres de los más inteligentes de la generación y siempre les dan órdenes para hacer en el día de la graduación, no quiero que te lo pierdas por mi culpa.-me miró aún no muy convencido.-Estaré bien, ¿Okey?-tomé su mano y asintió.

-Bien, entonces debo irme.-tomo su mochila.-Cualquier cosa me llamas, te quiero.-beso mi cabeza

-Te quiero más.-sonreí al momento que salió de la habitación.

Tomé mi celular para mirar la hora “06:20 a.m”, suspiré y me senté a la orilla de la cama; apoye mis manos en la mesa para poder levantarme sin caerme ya que aún seguía mareada.

Caminé despacio agarrándome de las cosas hasta llegar a la puerta, la abrí y salí al pasillo.

-¡Mierda!-me paré en el principio de las escaleras.-¿Que putas voy a hacer?

Tomé el pasamanos con ambas manos  y puse mi pie en el primer escalón, mi cabeza dió vueltas.
Empezé a temblar por el miedo de caerme por las escaleras, al parecer estaba sola; me concentré lo más que pude para poder bajar sin morir en el intento. El tiempo se me hizo eterno puedieron haber sido cinco minutos en bajar pero lo sentí una eternidad.

Caminé hacia la cocina aún apoyándome de las paredes y muebles, llegué hasta la mesa y me senté en una de las sillas para tratar de calmarme.
Mire hacia el otro lado de la mesa en la cual había una nota y mis medicamentos, estire mi brazo para alcanzarla y leerla.

“Natalia necesita comer algo antes de tomar su medicamento, no le des el bote solo la dosis que le corresponde
Espero y me ayudes, mamá
-Valentín”

Tomé el frasco y mire la etiqueta “Loxartina", nunca había escuchado sobre este medicamento, ¿La dosis que me corresponde?, Mire de nuevo la etiqueta tratando de saber para que eran exactamente pero el ruido de la puerta principal abriéndose hizo que soltará el bote haciendo que se estrellara en el piso.

-¿Julia?-la voz del padre de Valentín, se hizo presente en la cocina.-Natalia.-miro hacia el piso viendo el desastre que había ocasionado.-¿Estás bien?, No te muevas puedes cortarte.-dejo el sacó en una silla y tomo la escoba para limpiar.

-Perdón señor, no era mi intención.-hable nerviosa.-Solo bajé por un vaso de agua pero no pude evitar leer la nota, volveré al cuarto de Valentín perdone las molestias.-di un paso rápido haciendo que los mareos regresará, me apoye de nuevo en la mesa.

-Natalia, tranquila.-me tomó con delicadeza del brazo.-Sientate, no tienes de que disculparte ahora es tu casa también.-hizo que me sentará de nuevo.

-Le agradezco mucho que me deje quedarme pero tampoco me puedo aprovechar de usted y Valen.-me frote la cara con ambas manos.-¡Mierda!, Los mareos no se me quitan.

-Voy a hacerte de desayunar para que tomes el medicamento y puedas irte a descansar un rato más, ¿Te parece?

-Gracias.-susurre, me recargue en el respaldo de la silla mientras miraba hacia la pared.-¿Valentín no confía en mí?-lo mire, frunció el ceño.

-¿Porque lo dices?

-Por la nota, “No le des el bote solo la dosis que le corresponde”-hize comillas con mi dedos.-¿Acaso piensa que puedo tomarme el bote y sufrir una sobredosis?-suspiró y dejo a un lado lo que estaba preparando.

-Valentín confía en tí más de lo que confía en el mismo, el no piensa que vas a hacer eso pero por tu historial de salud en el hospital le pidieron que hiciera eso.-asentí.

-Perdone por preguntar, solo que tenía esa duda en mi cabeza.

-No tienes porque pedir perdón.-puso un plato con huevos y tocino frente mío.-¿Agua o Jugo?

-Agua por favor.-saco del refrigerador una jarra de agua fría y la sirvió en un vaso.-Gracias de nuevo.-tome el tenedor y empezé a comer.

Me dió una sonrisa y salió de la cocina.

Me dispuse a desayunar mientras mis pensamientos bombardeaban a mi mente, ¿Que habría hecho para merecer este karma?, Valentín se merece algo mejor, mis amigos se merecen algo mejor.
Si yo no fuera así, mi padre no me hubiera corrido de casa, si yo no fuera así nada de esto me estuviera pasando.

Me levanté de la silla, me apoye en la mesa con una mano mientras en la otra llevaba el plato para lavarlo, abrí el grifo y tome la esponja.

-No te molestes.-me sobresaltó su voz.-Puedo hacerlo, aún estás débil.-cerró el grifo, me dió un vaso de agua y dos pastillas.-Puedes irte a descansar en lo que llega Valen, lo dejaron salir temprano.-asentí, lleve las pastillas a mi boca para después tomar un gran sorbo de agua.-Mira, Natalia solo puedo decirte que Valentín te quiere demasido tal vez no lo has notado pero desde que te conoció es más feliz y seguro de sí mismo, es quien es por tí, tú los has ayudado mucho espero y dejes que el te ayude a tí.

-Lo haré.-susurre, asintió.

-Tengo que irme, el va a llegar a las 10, son las 07:30, ve a dormir un poco.-salio de la cocina y a los segundos la puerta principal se cerró.

Valentin.

Dejé las llaves en la mesa de la sala y subí a paso rápido a mi habitación, abrí la puerta despacio y me asomé, ahí estaba dormida; cerré la puerta detrás mío y fui hasta la cama.

Me recosté a su lado mientras miraba su cara y su respiración tan tranquila, mire cada detalle de su cara, sus cejas,  sus pestañas largas, su cabello que cubría una parte de su cara, sus labios.

-Te voy a denunciar por acoso, Oliva.-su voz me sobresaltó.

-¿Y si te soborno para que no me denuncies?

-¿Sí? Depende.-me miró a los ojos.-¿Que tipo de soborno?-tomé su cara con mi mano, me miró sorprendida; pase mi pulgar lentamente por sus labios mientras me acercaba a su cara.

-Algo cómo esto.-susurré cerca de su cara para luego juntar nuestros labios,  nos separamos al minuto.

-Bueno, en este caso no tengo nada que decir.-me miraba aún sorprendida.

-¿Cómo estuviste? Mi padre me dijo que te dió de desayunar.-asintió.-¿Aún tienes mareos?

-Ya me siento mejor, los medicamentos y el descansar me hizo bien.-me sonrió.-¿Cómo te fue?

-Nada importante, solo me entregaron unos papeles.-recostó su cabeza en mis piernas.-Me dieron también papeles tuyos.

-¿Papeles?

-Sí, ya sabes, el certificado y todo eso.-asintio.-¿Te puedo preguntar algo?

-Ya lo estás haciendo, Oliva.-me sonrió para luego asentir.

-¿Estás segura que no quieres estudiar una carrera?

-Ya te he dicho mi plan, Valen.-acaricié su cabello.-Quiero regresarme a México.-suspiró.

-Me parece perfecto si es lo que te hará feliz, te voy a extrañar.

-Aún no me voy.-soltó una pequeña risa.-Asi que a disfrutar lo que estemos juntos porque luego no sabré cuando podré volver a verte.-se levantó despacio de la cama.-¿Te parece si vamos a la graduación?

-Pero a tí no te gusta nada de eso, Natu.

-Da iguaaaal, todo me gusta si estás tú ahí.-rodeo mi cuello con sus brazos mientras mis brazos rodeaban su cintura.

N E R D / WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora