XVIII

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Natalia.

-Suerte, cariño te irá bien.-Martha me sonrió, baje del coche y me dirigí hacia dentro del edificio.

Hice la fila para que me dieran mi folio de exámen y me llevarán al salón donde me tocaba.

-¿Natalia Robledo?-una profesora me preguntó, asentí.-Sígame, por aquí.-me llevo al salón correspondiente.-Le deseo mucha suerte por lo que veo.-me sonrió de lado, rodeé los ojos y entre, me senté al final de la fila.

El salón se fue llenando poco a poco, un par de profesores entraron con las pruebas en sus brazos.

-Bien chicos, son las 6 a.m, tienen hasta las 01:00 p.m.-me entregaron el exámen.-Son 6 horas exactamente, si acaban antes se pueden retirar.-saque los lápices y abrí nerviosa el exámen.-Mucha suerte.

Golpeaba el lápiz contra las hojas al leer cada pregunta, no me podía concentrar, mi estómago estaba revuelto y sentía mucha náuseas, encerré una respuesta después de dudar unos minutos, mi mente se puso en blanco, tomé aire y levanté la mano.

-¿Señorita, le ocurre algo?-la profesora fue hacia mi lugar.

-Lamento la molestia, no me encuentro un poco bien, ¿Puedo ir al baño?

-Claro que puede ir, déme su exámen lo cuidare mientras esté fuera.-asentí, se lo entregue y salí a paso rápido del salón, me dirigí al baño rápidamente y entre a uno, amarre mi cabello, puse mis manos alrededor de la taza y vomité, después de unos minutos fui a lavarme, me eché agua el cara y respire hondo, me dirigí de nuevo al salón.

-¿Se encuentra mejor?-asentí.-Puede continuar el exámen.-me lo entrego de nuevo, me fui a mi asiento y me dispuse por fin a contestarlo, me sentía un poco mejor.

Valentín.

Salí de mi casa para ir hacia el colegio,  eran las 10 a.m y supongo que Natalia está apunto de terminar el exámen.

Compré unas galletas y jugo para ella, estará hambrienta después de tantas horas ahí.

Me senté en las cancha de básquet a esperar, le mandé un mensaje para que me avisará cuando saliera. Después de una hora me contestó “Ya salí, dónde estás?”, le respondí y a los minutos la ví acercarse hacía mí.

-Hey, ¿Que tal estuvo? Supongo que debes estar con hambre.-le di las cosas, las tomo y se sentó a mi lado.

-Me siento un poco mal, me duele el estómago y tengo náuseas.-se recargó en mi hombro.-Creo que me va ir para la mierda.-cerro los ojos y se acomodo.-Tengo mucho sueño.-la tome de la mano.

-¿Quieres ir a mi casa?, Mis padres salieron de la ciudad, regresan él 22 en la mañana.-asintió.-Bien, vamos.

-Solo deja le aviso a Martha para que no se preocupe.-saco su celular, marco el número, después de unos tonos contesto.-Si, ya salí..oh no, iré con Valentín a dar una vuelta.-movió su pierna nerviosa.-Si, igual, nos vemos más tarde.-colgó la llamada.-Bueno, vámonos.-me tomó de la mano para caminar al par mío.

Caminamos en silencio hacia mi casa, entramos y fuimos hacia mi habitación.

-Gracias por las galletas y el jugo.-me sonrió, asentí y me senté a su lado.-¿Que harás al terminar el colegio?, ¿Vas a estudiar alguna carrera?

-Estudiaré para comercio internacional.-me sonrió.-¿y vos?

-No creo que estudié algo, buscaré un trabajo, ahorraré dinero y me iré de nuevo a México con la familia de mi mamá.-la mire sorprendido.

-¿Te irás?-me miró a los ojos, suspiro y asintió.-¿Porque?

-No tengo nada que hacer aquí Valen, solo vine por obligación de mi padre pero, bueno ya sabes lo que pasó.-su voz se quebró.-Hace semanas pude volver a hablar con mis abuelos maternos después de un año, les expliqué lo ocurrido y me quisieron mandar dinero para comprar el boleto e irme pero les dije que no, que yo iba a juntar mi propio dinero.-se recargó en mi hombro.-Yo no pertenezco aquí, necesito a mi familia y al parecer mi padre no tiene la más mínima intención de volver a hablarme.

-¿Estás segura de que quieres irte?-asintió.-¿Puedo ayudarte a juntar el dinero?-se separó de mi y negó rápidamente.-Natu, por favor.

-No voy a permitir eso, son mis asuntos yo los tengo que solucionar sola ya hiciste suficiente con ayudarme con esto del exámen.-le sonreí desanimando.-Cambiando de tema, ¿Que harás en tu cumpleaños?

-Ya te había dicho, iré a cenar con mis padres.-ella negó.

-Ya te había dicho yo también que no iba a permitir que te pases tu cumpleaños así un año más, ¿Enserio desde los 13 años festejando en ese jodido restaurante?, Sin ofender.-soltó una risa, negué divertido.-Mira, el 23 en la mañana me entregan resultados, nos vemos fuera del colegio.

-¿Que haremos?-subió los hombros indiferente.

-Lo que el destino quiere que suceda.-se mordió el labio.-Tu padre nunca me ha dicho nada, me refiero a que no me ha jodido tanto.-entre cerré los ojos.-Perdón, no me controlo al hablar, no es que tu madre me joda tanto.-tomo aire.-Bueno, eso de la demanda se paso de hue...-cerro los ojos.-Perdón, de nuevo.

-Mi padre siempre se ha dejado guiar por mi madre, ella le decía lo que había que hacer conmigo.-suspire.-El siempre fue más libre de lo que parece, a veces me daba permisos, cosas, dinero sin que mi madre se diera cuenta.-me recargue en la pared.-Cuando te conocí a tí, mi padre tampoco acepto que alguien más le "robara" la poca atención de su único hijo, poco a poco lo fue entendido y se puso en contra de mi madre.-me miró confundida.

-No te ofendas pero te explicaste para el orto.-se río.-En pocas palabras..
¿solo a tu padre le caigo bien?

-Se podría decir...-asintió.-¿Cómo van las cosas con Damián?-rodeó los ojos y suspiró.-Tomaré eso como un "de la mierda".

-Bien tomado, el no quiere entender que no siento nada por el sólo somos amigos...-se dejo caer en la cama.-Los demás saben de la situación y están de mi lado, tratan de hablar con Damián pero es alto intenso.

-¿Entonces no te gusta?-me deje caer a  su lado, ella negó.-¿Te gustó yo?-me volteó a ver, estaba a centímetros de mi cara.

-Oliva, me tienes loca hijo de puta.-soltó una risa, se recostó en mi brazo y se pegó en mi pecho.-Me hiciste un amarre.-susurro.

-Creo que fue al revés.-acaricie su brazo con las yemas de mis dedos, su piel era demasido suave, no obtuve respuesta alguna.

Nos quedamos en silencio, acostados en mi cama, abrazados, sentía su respiración en mi cuello, sentía tanta paz que mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta quedarme dormido.

N E R D / WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora