Natalia
-¿Cómo te encuentras, Natu?-Pablo había venido a mi trabajo para hacerme un poco compañía.
Lo miré y le di una sonrisa que resultó siendo una mueca.
-No muy bien, Pablo.-suspire.-Creo que debo de cortar con Valen.
-¿Disculpa?-me miró sin entender.
-No puedo creer que lo dije en voz alta.-me llevé las manos a mi cara.-Pablo, tengo dos trabajos, terminó mi día a las 11 de la noche.
-¿Él te ha dicho que le molesta?-negué.- Entonces, ¿Que pasa Natalia?
-Me falta casi nada para completar el boleto de avión e irme, no puedo irme como si nada y dejar a Valentín con la duda de que va a hacer de nosotros.
-Natu, ¿Tú lo amas?
lo miré a los ojos y asentí.
-Claro que lo amo.-solte una risita.-Me tiene loca, pero después de meses aún su madre no me acepta, no puedo seguir viviendo con ellos.
-Si lo amas no te tiene que importar lo que diga su vieja, estás con Valen no con ella.-me tomó de la mano.-Si en verdad lo amas, no lo dejes ir, puedes venir cada cierto tiempo a visitarlo.
-Pablo, él se va a ir a estudiar a Canadá.-se me escapó un sollozo.-Ni se porque estoy llorando, estoy orgullosa de él y me alegra mucho que estudie fuera del país.
Limpié las lágrimas con mi pulgar y suspiré.
-A la vez me duele demasiado dejarlo ir, es una parte importante en mí vida y lo va a seguir haciendo pero no creo que pueda sobrevivir un día sin él.
-¿Cuánto te falta para el boleto de avión?
-Segun mis cuentas si sigo en ambos trabajos, con los turnos que me corresponden.-trague saliva.-Menos de un mes.-susurre.
-Y, ¿Cuando se va él?
-En dos meses exactamente.
-Tienes que hablar con él.
-Lo sé, lo sé.-tome mi cabeza con ambas manos.
-Si necesitas donde quedarte, mi casa está abierta.-me sonrió.-Hay un cuarto libre, Sara, mi hermana mayor se acaba de ir también a la universidad.
-Gracias Pablo, hablaré con Valentín y te diré si necesito algo.
-Debo irme, te quiero.-me besó la frente.-Nos vemos luego.-salio de la tienda.
Valentín.
-Supongo que vienes a dejar la mitad del sueldo de tú noviecita.-Fernando, el dueño de la tienda de tatuajes que era el segundo trabajo de Natalia me reconoció apenas entrar.
-Sí, ella no sabe ni sospecha nada de esto, ¿Verdad?
-¿Que tú le das la mitad del sueldo porque la quieres ayudar ya que ella no se deja? Si, ya le he dicho.
Soltó una risa y me dio unas palmadas en el hombro.
-Tranquilo Oliva, Natalia no sospecha el porque le estamos pagando más que a los demás.-guardo el dinero en un sobre con el nombre de Natu.-Ella piensa que es por ser la empleada del mes.
-¿Que vas a hacer cuando se vaya?-suspire y levanté los hombros.
-Extrañarla, y supongo que prepárame para irme a la universidad.
-¿Ella ya sabe que te vas?
-Sí, a Canadá.
-¿En realidad si te vas a Canadá?
