Valentín.
-¿Dónde está?-entre a su casa al segundo que abrió la puerta.
Pablo me miraba cansado de que viniera a preguntar por cuarta vez en una semana.
-Aquí no esta, Oliva.-suspire y lo mire a los ojos.
-Solo dime donde esta, quiero verla y saber que esta bien.
-Ella esta bien te lo prometo y perdón pero le prometí no decirte donde esta.
-Bien, gracias por nada.
Sali de la casa para dirigirme a la Universidad para seguir con el papeleo del intercambio y que materias cursaría.
Natalia.
Me desperté unas dos horas antes de que sonará la alarma gracias al llanto de Camila, suspiré cansada llevaba una semana aquí y no me sentía cómoda.
Salí de la cama para ir a darme un baño, no tarde menos de 10 minutos cuando mi padre empezó a gritar que ya saliera.
Me cambie rápido y salí disparada hacia la habitación dónde me quedaba, mire la hora en mí celular "07:00 a.m." y mi hora de entrada eran a las 09:00 a.m.
Baje para encontrarme a la pareja de mi padre haciendo el desayuno junto con Camila quién estaba sentada en una silla para bebés.
-Natalia, ¿Vas a desayunar?-me dio una pequeña sonrisa, Isabella era buena persona no tenía porque tenerle resentimiento, en cambio con mi padre era diferente.
-No, Gracias Isabella pero necesito llegar temprano hay inventario en la tienda.-asintió y siguió con lo suyo.
Tomé mi mochila para salir e irme al centro comercial, extrañaba mi moto pero la tuve que vender para conseguir más dinero para los boletos.
Caminé aproximadamente uno 25 minutos hasta llegar al local de discos qué aún estaba cerrado.
-Mierda...-susurre al recordar que faltaba una hora para abrir y que Abby tenía las llaves.
Caminé hacia el baño, miré mi reflejo en el espejo, mi piel estaba más pálida de lo normal, tenia ojeras debajo de mis ojos, mis labios estaban resecos y partidos. En pocas palabras estaba hecha mierda, salí del baño para ir a comprar un café y mantenerme despierta.
Saqué el dinero para pagar el café pero al bajar la cabeza para buscar el dinero en mi mochila choque con alguien.
-Disculpe, venía distraída.-mire aquella persona.
-Nada raro en ti, Natalia.
-Lo siento, Sra. Julia.-susurre, guarde mi dinero para darme la vuelta e ir a otro lugar por mi café.
-¿Estás en drogas otra vez?-su voz me detuvo.
-Eso es un tema que no le interesa, solo no le diga a Valentín que me vio.-le di una pequeña sonrisa.-Con su permiso.
Caminé rápido hacia la pequeña cafetería frente a la tienda de discos para luego sentarme a esperar a Abby.
Valentín.
-Ay, que bueno que llegas hijo, ayúdame con las compras.-fui hasta hacia el coche y la ayude sin decir ninguna palabra.-¿Como te esta yendo con lo del intercambio?
-Bien, ya casi tengo todo listo.-agarre una botella de agua para tomar.
-No sabes cuánto me alegra que te vayas a Canadá a estudiar y el que hayas dejado a Natalia, se ve de lo peor.
Sus últimas palabras me llamaron la atención, ¿La había visto?
-¿Cómo sabes que se ve de lo peor?, ¿La has visto?-susurro algo que no alcance a distinguir.
-No, pero ya me imagino cómo estará, lo más probable es que este en drogas otra vez.-acomodo unas cuantas cajas.
-¿Donde la viste?-su silencio se hizo presente.-¿Esta en el centro comercial?-me miró, y supe la respuesta.
Natalia estaba trabajando aún ahí, tomé mis llaves y salí corriendo hacia el centro comercial.
En mi mente solo pasaba miles de cosas por decirle y el como hacerlo, me hundí tanto en mis pensamientos que sin darme cuenta ya estaba frente al local de discos.
entre sin pensarlo dos veces para encontrarme a Abby en el mostrador haciendo unas órdenes de mercancía.
-Valentín, ¿Qué haces aquí?
-Abby, te lo ruego que me digas dónde esta Natalia.-me acerque a ella.
-Ella dejó de trabajar aquí hace dos semanas...-hablo nerviosa.-No se nada de ella desde ese día.
-Vamos Abigail, está aquí.-me lleve las manos hacia la cabeza.-¿Dónde esta? ¿En la bodega?
Caminé hacia la puerta de está con Abby detrás mío.
-No puedes entrar ahí solo es personal autorizado, si mi jefe se entera me despide!-me tomó del brazo, me solté.-Valentín, la puta madre hazme caso.
Abrí la puerta de golpe, pasé por los pequeños pasillos sin ver a nadie más que cajas, mire a Abby quién me miraba con tristeza.
-Yo...Abby, sabes que estoy desesperado por verla y asegurarme que esté bien...-suspire.-Se que tú sabes dónde está y que le prometiste que no me dijeras nada pero por favor solo dime que está bien y que no me odia.
-Valentín, yo...-se quedó en silencio.-Solo se que no te odia, ella te ama demasiado no puedo asegurarte que esté bien porque no la he visto en dos semanas...-asentí, pase por su lado y salí de ahí para ir hacia el local de tatuajes.
Fernando me miró a través del cristal, me dio una media sonrisa mientras levantaba ambos hombros, suspiré y seguí caminando hacia la salida del centro comercial.
Natalia.
-¿Natalia?-la voz de Abby se hizo presente.-¿Natu, donde te metiste?
Salí debajo de un estante arrastrándome para salir, me miro y negó.
-Lo siento, me escondí lo mas rápido que pude.
-Natalia, esto no puede seguir entre ustedes dos.
-No va a ser por mucho tiempo, en una semana es mi vuelo.-suspire estresada.
-Entonces, no debes de dejar esto asi, habla con el.-la mire indecisa.-Valentín solo quiere saber como estas, hablar contigo, sabes muy bien que el nunca te detendría; ¿o si?- negué.
-Hablare con el antes de irme, te lo prometo.-susurre.
-Bien, ahora a trabajar que tenemos como 100 cajas que verificar.
Tome unas cuantas cajas para empezar a marcar los discos que habían llegado y asegurarme que no faltaran.
Pasaron algunas horas y mi turno termino, me despedí de Abby para luego dirigirme hacia el local de tatuajes.
-¿No crees que ya debes de cambiar el empleado del mes?, Fernando, ella ya lleva mas de un mes que le pagas extra y a nosotros que llevamos mas tiempo seguimos en lo mismo.-me quede detrás de la puerta escuchando.
-Es por esto que no me gusta poner "empleado del mes", crea rivalidad entre ustedes.-escuche que suspiro estresado.-¿Quieren saber como hacerle para que les pague mas?-todos dijeron si al unisonó.-Bien, entonces tengan una pareja que les quiera ayudar sin que ustedes sepan, el dinero extra yo no se lo pago, su novio me lo da sin que ella sepa y me pido mi ayuda para que Natalia no se enterara.
-¿Que el hizo que?-entre a la sala, todos me miraron.-¿Desde cuando ha estado haciendo eso?-no me respondió, solo me miro apenado.-Solo dime, no tengo porque enojarme...-susurre.
-Desde una semana después que empezaste a trabajar aquí.-asentí.-Si quieres no tienes que quedarte a trabajar, tomate tu tiempo.-lo mire confundida, negué.
-No me iré, después hablare con el.-deje mis cosas en el casillero y me prepare para mi turno mientras sentía la mirada de todos en mi, las ganas de llorar me invadieron, solo tome aire y seguí con mi trabajo.