Cápitulo 8

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Sin embargo, esta vez no tuve tiempo para pensar por qué estaba sonrosado debido a los guardias.

- Su Exelencia...

Lenvanté ligeramente la cabeza para ver al insolente guardia.

"Deben estar aterrorizados"

Claro, por los rumores deben pensar que soy una persona cruel y despiadada, y, quizas pensaron me reiría al ver como llegó Rafael.

Si hubiese sido la villana original, hubiese cumplido sus expectativas.

"Pero para su mala suerte, no soy la villana original"

Esto no me divierte para nada, me molesta.

- ¿Los guardias de su Majestad tratan así al pequeño príncipe?

El guardia se detuvo abruptamente ante mis palabras, teniendo eso en cuenta, seguí hablando

- Su Majestad es "bondadoso y sabio", no creo que trate algo aunque sea un "error", de este manera.

Puedo preguntarle al Emperador acerca de esto, a él no le importaría abandonar a unos simples guardias para preservar su reputación.

- Esto...

Por supuesto, sé que solo siguen órdenes, pero ellos también disfrutaron esto. Dije esto para tener una excusa para castigarlos.

¿Cómo no se daría cuenta el Emperador de lo que hicieron sus subordinados en su propio castillo?

"Pfft, luego le enviaré una carta con la razón del por qué castigué a los guardias. Le pondré las caractaristicas del monarca que él cree poseer, veremos que excusa dará"

Solo de pensarlo es divertido.

Ahora, ¿por qué necesito una excusa para castigarlos?

No puedo castigar a los subordinados de alguien solo porque quiero, menos si son del Emperador, pero con una excusa, más si es de mi parte, puedo castigarlos. Por eso, dije en voz alta que el Emperador era bondadoso y sabio, que no trataría "algo" de esta manera, para que la culpa recaiga entre ellos.

Podría decirse que es desquite por todos estos años.

"Por supuesto, esto no compensará todo lo que le sucedió a Rafael"

- Es cierto...

- El Emperador es tan bueno...

- No creería que hizo algo como esto...

- ¡Por supuesto que no hizo algo como eso!

- ¡Deben haber sido esos insolentes guardias!

- ¡Cuanta insolencia!

- ¡Deben haber hecho eso para empañar la reputación del Emperador!

- ¡¿Qué clase de lealtad es esa?!

Y, como predije, los sirvientes tampoco lo creen. Eso lo hace más fácil.

Aprovechando eso, rápidamente grité

- ¡Lleven a estos insolentes guardias adentro y castiguenlos! En cuanto a los demás... dejen que bajen lo que envió el Emperador, luego, al igual que los otros, llevenlos adentro y castiguenlos. Quiero que le den 150 latigazos a cada uno.

Luego de decir eso, vi como los subordinados del Emperador me miraban con temor, sorpresa, resentimiento. Por otra parte, mis subordinados me miraban como si hice lo más justo del mundo.

"Es un poco cansado"

Luego, me bajé al nivel de los ojos del que parecia ser un niño.

Nos quedamos viendo un momento. Pude ver que me miraba con total sorpresa, sus ojos temblaban violentamente.

Queriendo escapar del protagonista masculino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora