- Su Alteza debe saberlo debido a sus lecciones, pero el Ducado de Luving ha sido leal a la familia Imperial de Greyen por generaciones.
Esto es algo conocido por todos, no es ningún secreto.
- Nuestra lealtad llegó hasta tal punto que, luego de conversarlo con el Emperador, se procedió a hacer pactos de sangre.
Fue una marca en la historia. Esta situación fue escrita en los libros de historia, para pasarlo a futuras generaciones y, para recordar la fuerte lealtad que el Ducado de Luving le tiene al Imperio.
- Somos leales al Imperio, soy leal a su Majestad, Mi Emperador
Cuanta falsedad fluye por mis labios.
Me sienti asqueada de mí misma.
- Por ende, nunca haré nada que le perjudique
Esto si es cierto, nunca haría nada que le hiciera daño, pero no porque no lo desee, sino porque no puedo hacerlo.
La maldita marca que tengo no me permite.
- Me temo que si Su Alteza, el Príncipe Carls representa una ameneza para Mi Emperador, me veré obligada a matarlo.
Y no solo por él, sino también por gusto propio.
Desde que leí acerca de este personaje en la novela, y desde que lo ví por primera vez de niña, siempre tuve una severa y extraña aversión hacia él. Incluso yo desconozco el motivo.
Su sonrisa había desaparecido desde hace mucho, y ahora me miraba con temor e ira. ¿Debería importarme?
La respuesta es no.
- Si puedo ayudarle a deshacer el pacto, ¿me ayudará?
De repente, seguido de un 'crack' y un goteo, un cristal se incrustó a unos tres centimetros de la entrepierna del príncipe Carls.
Su mirada cambió completamente al ver eso y empezó a temblar.
- Le pido al Príncipe Carls que detengamos esta conversación.
Que no tenga una espada no significa que no pueda enfrentarte. Talvez, ¿lo olvidaste?
Sonreí encantadoramente mientras extendia mi mano para agarrar la taza de té puesta delante de mí y tomar un sorbo.
- ...pero la lealtad de la Duquesa es forzada.
Mi mirada cambió bruscamente al escuchar esas palabas.
Sin embargo, fue durante un segundo, rápidamente ajusté mi expresión a su calma original. Me temo que, si notó o nota esa fluctuación, esta máscara forjada durante tanto tiempo habrá caido.
- El Príncipe dice cosas interesante. Mi lealtad es forzada, ¿quién ha hecho tales difamaciones?
- ...La Duquesa lo niega, ¿eh?
- No tengo por qué afirmar una mentira.
Es cierto, mi lealtad es forzada, pero, ¿por qué debería admitirlo? Admitir algo asi frente a alguien de la familia Imperial, una familia a la que odio...
Repugnante. Sentí una fuerte repugnancia.
En ese momento, el rostro de Rafael vino a mi mente.
...asi es.
Él también es de la familia Imperial, eso es así. Él también es, entonces, a pesar de que él también forma parte de la familia Greyen, ¿por qué no siento repugnancia hacia él?
En su lugar, me siento extrañamente cómoda.
Quiero ser abrazada por él.
Quiero ser acariciada por él.
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Queriendo escapar del protagonista masculino.
RomantikElla hará lo posible por sobrevivir. Pero ¿por qué las extrañezas continuan aumentando?