- Tenía hambre...
- ¿Hambre?
"¿Querías robar en la cocina?"
- Si... tenía hambre, pero no quería molestar a las mucamas o los guardias, asi que me escabullí. Y por si me llegaban a atrapar antes de llegar pensaba decir 'Estoy dando un recorrido'.
Podía imaginar todo solo cuando dijo que tenia hambre, recordando la breve interacción y sus expresiones cuando lo encontré en la mañana.
"Debe pensar que será igual que en el palacio Imperial".
- Alteza.
Ante su llamada, Rafael la miró.
Entonces, Rose alzó su mano y agarró la cabeza de Rafael y la hundió en su pecho.
- Si hay algo que quiere, dígalo, gritelo. No importa lo que haga, usted está bajo mi protección. Asi que nadie le hará nada.
Amenos que quiera morir.
Me tragué esas palabras por temor a asustar a Rafael.
Bajó la mano que sostenia la cabeza de Rafael y la colocó en su cuello, y con la otra disponible, le acarició la cabeza.
Rafael abrazó a Rose para ocultar su vergüenza.
Rose siguió acariciando la cabeza de Rafael, sin estar consiente de lo sonrojado y avergonzado que estaba este.*******************************
- Alteza, su mano.
Cuando Rafael dejó de abrazar a Rose, ella lo dejó de acariciar y le dijo que fueran a buscar el caballo para regresar a la mansión.
Actualmente, Rafael subió al caballo con la ayuda de Rose.
Y esta cabalgaba rápidamente con Rafael fuertemente apegado a ella por temor a caer.
"¡Maldición! ¡Hoy me demoré más de lo normal!"
- Exelencia...
- ¿Hmm?
- No me respondió la pregunta del pueblo...
- Oh...
Él se referia a la pregunta de si ella refrecuentaba el pueblo.
- Si. Voy con mucha frecuencia. Hay muchas personas necesitadas.
Asi que voy para ayudarles, cuidarles y supervisarles.
Rose dijo dulcemente.
La parte trasera del castillo se reveló.
Rafael, que lo notó, le preguntó
- ¿Por qué salimos por la parte trasera? Cuando salimos ibamos de frente.
No lo pareces, pero eres muy astuto.
- Tengo un mal presentimiento.
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- ¿Qué hará usted ahora?
- Ya te he dejado en tu habitación, asi que me dirijo a la mía. Tengo una idea de quién ha venido.
- Bueno...
Corrí a mi habitación para vestirme.
Como de costumbre, me puse un pantalón negro, una camisa manga larga azul, me puse unos guantes y me até el cabello en una cola de caballo.
Luego, May entró en la habitación, completamente exaltada.
- ¡Mi señora! ¡El joven maestro, el joven maestro Sebastián...!
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Queriendo escapar del protagonista masculino.
RomanceElla hará lo posible por sobrevivir. Pero ¿por qué las extrañezas continuan aumentando?