Capitulo 33

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Entrada 85

Por alguna razón mi mente comenzó a buscar una solución, creo que al final eso es instinto de sobrevivencia, tenía dos opciones la primera era convencer al comandante Antonio de librar más superficie para sembrar, después de todo creo que no alcanzaría para tantas personas y lo segundo era huir de aquel lugar. Me parece que todo se empezaría a derrumbar, tendría que decirle a María y Moise para irnos juntos.

Entrada 86

Lo que más temía era que María y Moise no quisieran acompañarme, eso me partiría el corazón y más tratándose de ella ahora que hago, no me quiero ir sin ella, después de todo creo que estoy empezando a sentir algo por ella. Me pregunto ¿Me quedo hasta que esto se derrumbe? Creo que después de todo estoy acostumbrado a escapar de los problemas apenas y los empiezo a detectar. Salí a ver las estrellas para despejar mi mente y con la esperanza de que María me siguiera, pero no fue así.

Me encontraba con un vaso lleno de alcohol esperándola, creo que esperaba a que esto funcionara con ella, sin embargo el recuerdo de Innis todavía me persigue. Me quedé dormido afuera como lo había hecho las últimas semanas, ya tenía mucho que no estaba con María, creo que después de todo paso lo que tenía que pasar, ella no sentía nada por mí. Y por fin el alcohol hizo efecto y me quede dormido.

Entrada 87

Al levantarme tenía la mente más despejada y no sé si llamarle casualidad o de verdad estoy tratando de aferrarme a un recuerdo que deseo con todo el alma que regrese. Esa noche soñé con Innis que estábamos en playa linda en un lugar llamado las barrilas en Coatzacoalcos Veracruz; recuerdo que lo había visitado antes de conocerla y le prometí que un día la llevaría, pero empezó todo esto y después ella... bueno eso no importa.

Lo importante es que ella estaba ahí conmigo disfrutando de la playa, el sol veraniego y la brisa del mar, sentí como la arena cubría mis pies, podía percibir con tanta claridad el sonido de las olas y el color del mar me daban tranquilidad, hasta no podía evitar sentir el olor salado de aquel lugar tan lleno de luz, busqué aquellos ojos azules y vi que no se comparaba con esa inmensidad que estaba frente a nosotros. A lo lejos unas gaviotas volaban en busca de su alimento. Al final del día nos quedamos recostados viendo como el sol se ocultaba para dar paso a la luna, cerré los ojos y cuando desperté me di cuenta que ella solo fue un sueño una ilusión. Pero no sentí enojo, al contrario creo que eso me dio más claridad hacia donde debo de ir.

Entrada 88

Espere un par de días para observar como evolucionaba esto (creo que no quería abandonar a mis amigos), las decisiones que tomaba el comandante al parecer no eran las más correctas. Digo no soy un experto en tácticas pero he notado que está perdiendo muchos hombre y armas a este paso se quedaran sin nada y parece que Moise y María se han dado cuenta de ello.

Platique con Annette sobre lo que he estado pensando y me dijo que volviera a hablar con ellos para ver si ellos cambiaban de parecer. Moise es muy razonable aunque pareciera un tonto me dijo y con María, bueno ella es un poco testaruda pero creo que iría a donde estuviera, con esta falta de soldados y armas creo que ya no sentiría segura.

Entrada 89

He platicado con Moise, María y Annette, nuestra conversación fue demasiado corta para ser sincero, me he decepcionado de nuevo María, pensé que ella me apoyaría esta vez, pero no fue así, ella fue la primera en decir que mi plan era estúpido e irresponsable y que solo estaba pensando en mí, aunque le dije que no era por mí si no para que todos nosotros sobreviviéramos, pero ella no me quiso escuchar. Pero creo que tiene razón, lo único que quiero hacer es huir, pero más que huir quiero mantener el recuerdo de ella.

Molesto entre a la tienda del capitán para poner las cartas sobre la mesa y ver si tenía algún plan para ponerlo en marcha. Al entrar vi que dos hombres estaban con él uno de ellos se notaba muy tenso algo rígido y de repente vi como el comandante le disparó en la frente, fue un disparo limpio la bala atravesó su cráneo y el cerebro se dispersó, el soldado cayó al suelo y vi que el otro soldado intento desenfundar su arma, pero algo lo detuvo.

Instantes después el capitán giró su rostro hacia donde estaba y bajó su arma, con una calma como aquel que no acababa de matar a un ser humano me dijo que estaba infectado y tenía una mordida, en ese momento tuve que creer lo que me dijo, estaba seguro que si me oponía a lo que decía él no hubiera dudado en matarme.

Miré hacia el soldado y decidí caminar al frente y le pregunte que si tenía algún plan para que eso no ocurriera, le conté que había notado que cada salida le costaba más hombres y más armas, me miró y dijo que no me preocupara por eso, que los hombres que estaban muriendo no eran suyos, eran solo voluntarios y las armas eran armas inservibles y las palabras que me dijo después hizo temblar mi ser entero.

«Te dije que llegaríamos al próximo ciclo de cultivo y que nos alcanzaría bien los granos». La piel se me heló y sentía como la sangre me bajaba y casi me desmayaba en ese momento, si no hubieran sacado al soldado de aquel lugar a rastras. Trate de incorporarme, pero las manos me temblaban, aquel hombre era un monstruo aquello no era justificable. Solo pude asentir con la cabeza y salí de su tienda como pude.

No pude evitar devolver la bilis. Ahora estaba en una encrucijada, era posible que me matara si hablaba con los demás, era posible que nos matara a todos sin compasión, creo que me he vuelto un problema para el sargento. Dios ahora que hago.   

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