Entrada 73 (1)
Ahí estaba parado en aquélla puerta esperando cualquier cosa, pero lo que más deseaba era ver a mi novia salir, pero no hubo señal de nada, eso me entristeció y decidí entrar y explorar el club esperando no encontrar a mi novia convertida en una de esas cosas.
Entré a la primera habitación y también tenía las luces encendidas, vi que las cosas de aquel cuarto estaban dispersas por todos lados, ¡Dios! pensé en lo peor, era posible que esos seres atacaron a los miembros de este club y los descuartizaron a cada uno, solo espero que no.
Creo que una de las cosas que uno no debe hacer es dar la espalda a la habitación principal, eso casi me cuesta la vida. Cuando cerré la puerta al girar hacía la estancia o sala del club, uno de esos seres se me abalanzó al cuello haciendome tropezar.
Ahí estaba por segunda ocasión rodando con uno de esos seres, intenté alcanzar la porra que la policía me había dado y ¡rayos! Me maldije en ese momento por no acordarme de llevarla encima, en que momento se me olvidó dentro del vehículo, no me la podía creer y esta vez no había nadie que me ayudara.
Sus dientes casi afilados no paraban de mordisquear el aire queriendo probar un poco de mi cuello, también no podía dejar de ver aquellos ojos inyectados de sangre y pus, su color grisáceo y olor a rancio no paraba de darme miedo y náuseas.
Tenía mucho miedo y no paraba de pensar que me podía convertir en uno de esos seres y no quería eso para mí, entonces empecé buscar algo a mi alrededor que me sirviera como arma y no encuentro nada, el piso estaba limpio y entonces al verme perdido comencé a gritar frenéticamente con la esperanza que la poli me escuchara.
No había respuesta alguna, iba a morir y de la peor forma, de pronto escuché un crujido como si partieran una madera, después gotas de sangre salpicaron mi cuerpo y ropa, sorprendido y sin el cuerpo encima trate de ver quién me había salvado.
Parado frente a mí un sujeto estaba aporreando con gran fuerza y como poseido aquel ser que por un instante pensé que sería su cena. Cuando dejó de golpear dijo sin dirigirse a mí que la próxima vez debería girar, en ese momento me sentí el más imbécil, como no lo había pensado antes.
Intenté incorporarme pero estaba completamente exhausto, mis fuerzas apenas y me dieron para sentarme en el mismo lugar, cuando pude mirar bien a mí salvador aquel traía puesto una especie de traje improvisado que cubrían sus brazos, piernas, dorso y cuello, mientras que la cabeza la traía cubierta por una máscara de béisbol.
Al verme frente a él pensé en lo grande que era, después él se quitó la careta y dejó descubierto su rostro y me di cuenta que no era un hombre sinó una mujer y no cualquiera, era mi novia, mi rostro se iluminó y mi corazón sentía que brincaba de emoción.
Al verme con aquellos ojos que me volvían loco y aquella sonrisa muy propia de ella, me dijo que no dejaba de ser toda una gallina, pero que estaba feliz de verme de nuevo y de que no me haya convertido en una de esas cosas.
Al recuperar el aliento la abracé tan fuerte que pensé que la asfixiaba pero dí cuenta que ella me abrazaba con la misma intensidad, le di un beso que me costó apartarme de sus labios suaves y tiernos, sorprendido de verla ahí le pregunté cómo había llegado hasta el club y porque no contestaba mis llamadas si se encontraba en la ciudad.
Ella me contó que no había ido a trabajar sinó que fue a realizar unas prácticas finales en la sala de urgencias con su compañero de la universidad, me quedé perplejo porque no sabía que ella estaba estudiando una carrera y menos de enfermería, ella se sonrojó porque no quería decir hasta que terminara esa razón.
Continúo relatando que estaban haciendo prácticas en la sala de urgencias cuando entró una chica caminando de forma rara, primero creyeron que estaba ebria pero al ver sus ojos pensaron en que una adicta se pasó de dosis, su amigo corrió a auxiliarla y la chica cayó sobre el como desmayada.
Cuando su amigo llamaba al camillero la chica se despertó y mordió la mano de su compañero este la soltó de inmediato pues le arrancó gran parte del músculo, ella corrió a auxiliarlo, mientras la chica se incorporaba y ponía en pie, mi novia escuchó un gemido que le erizó la piel, por alguna razón ella sabía lo que estaba ocurriendo.
Llegaron otros enfermeros y guardias unos para auxiliar a su amigo y otros para controlar la situacion de la chica porque todavía pensaron que estaba bajo el efecto de alguna droga desconocida, inclusive ella quería creer eso.
Mientras curaba a su amigo, muchas ideas le pasaba por la cabeza y una de esas fue las noticias que pasaron en la tarde de aquel hospital pues en su área corrían rumores y rumores muy malos, al pasar la noche seguían recibiendo más pacientes por extrañas cosas, unos reportaban que habían sido mordidos y otros que se sentía con dolores intensos de cabeza.
En la mañana mi novia se armó de valor y visitó a la chica que mordió a su amigo y comprobó su temor, presentaba agresión y no reconocía nada, el color de su piel era extraño como gris a violáceo y tenía un olor desagradable, en ese momento no lo dudo y salió de la habitación.
Pasado de las ocho de la mañana le dijo a su compañero que tenían que salir de aquel lugar, él se quedó viendo con aquélla expresión de estas loca nos necesitan, le contó que si no se hiban en ese momento las cosas se pondrían peor y su amigo le dijo que era mejor eso quería decir que necesitarían más ayuda y les serviría de experiencia. Por último mi novia se le plantó de frente y le dijo que si no salían en ese momento ella dudaba que saldrían de ahí con vida.
Él soltó los medicamentos y la tomó de los hombros y le dijo que estaba loca, tu me conoces y sabes que yo no jugaría con eso, pero si tienes un poquito de confianza sabrás que yo nunca juego, eso fue lo único que necesito escuchar su amigo para tomar las llaves de su vehículo y salir corriendo de aquel hospital.
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Sobrevive
KorkuQue pasaría si un día te despiertas y crees que se aproxima un apocalipsis zombi y tú novia muere. ¿Harías lo que fuera para sobrevivir? Este es el diario de un hombre que intenta sobrevivir.