Entrada 110
La casa estaba vacía y uno de los vehículos estaba en llamas. Algo gordo había pasado en ese rancho. Uno de los cuerpos estaba a un par de metros del carro, me pareció que era el hermano de Natalie, el que al principio creí que era su esposo. Pero no lo supe, el cuerpo estaba irreconocible.
Entré con cautela en la habitación de Natalie esperando que ella estuviera ahí. No fue así. Toda su ropa estaba en el guarda ropa y todavía la otra camioneta se encontraba ahí. Cuando terminé de examinar todas las habitaciones y cerciorarme que se encontraba completamente vacía descansé un poco. Me intrigaba por completo lo que había ocurrido. Tenía un mal presentimiento.
Dejé a Bernardo en la cama mientras terminaba de revisar el cuarto de Natalie, estaba seguro que ella me dejó un indicio de lo ocurrido y si se estaba refugiando en alguna parte, entonces recordé el escondite donde guardaba el licor. Abrí la pequeña trampilla que estaba en su closet y ahí estaba una botella de Havana club con una nota pegada, un par de vasos de vidrio y un cuaderno.
La nota decía que la iba a abrir hasta cuando regresara. Tomé la botella y me serví un trago. Tenía el presentimiento que lo que contenía ese cuaderno no me iba a agradar. Era un diario. En las primeras páginas mencionaba la vida de Natalie antes del virus. Era enfermera y que alguna vez fue casada. Su esposo murió dos años antes del virus. Cáncer pulmonar. Al parecer los ciento de cigarrillos que se fumaba terminaron por acabar su matrimonio. Hasta que la muerte los separe.
El rancho lo habían encontrado de casualidad. Después de un par de páginas comenzó a hablar del porque decidió escribir sus memorias y al parecer yo la aliente.
Al leer las hojas de mi diario sintió la necesidad en dejar su propio legado por lo menos en ese diario, por si no sobreviviría a este virus. Dejar algo para que supieran quien fue y cómo vivió. Dejé de leer por un momento. Sin darme cuenta ya estaba oscureciendo y Bernardo comenzaba a inquietarse. Busqué entre mis cosas algo para comer y cenamos. Después nos fuimos a dormir.
Cuando nos levantamos era muy tarde, el sol casi llegaba a su punto medio. Hacia un poco de frio y había comenzado a llover con más frecuencia; no podía creer que un viaje de un par de días se había convertido en un viaje de un par de meses. Por un momento me alegré de no estar aquí cuando todo esto ocurrió, era posible que no hubiésemos sobrevivido.
Revisé en la repisa por si había café, pero nada, no me sorprendió porque era lo primero que se terminaba. Lo que si encontré fue maíz y recordé las palabras de mi tocayo el agricultor que me enseñó a tostar cualquier semilla y después a molerlo y listo tenemos café. No café real, pero al menos engañaba a mi cerebro. Lo que me llevo a buscar un molino. En todo rancho debe de haber uno eléctrico y uno manual por si la electricidad fallaba.
Registré la casa para encontrar el molino, sin éxito recordé que afuera había una especie de bodega y me dispuse a ir, tomé un palo para defenderme y un cuchillo de la cocina. La bodega estaba sin llave y al entrar lo primero que me golpeo fue el hedor a muerte.
Las moscas salieron casi de inmediato al abrir la puerta, las arcadas llegaron tan rápido como el hedor a descomposición, la habitación estaba demasiada oscura, tomé mí camisa y me hice una especie de mascarilla. Caminé un par de pasos y vi en uno de los estantes lo que estaba buscando, me aferré a él y salí del lugar.
Por el momento preferí esperar para ver quién era aquella persona. Creo que en realidad no quería enfrentarme a la verdad y pensar que fuera Natalie. Después del desayuno, me senté en el patio con Bernardo, mientras él jugaba un rato yo me dediqué a leer un rato el diario. Cuánta razón tenía Natalie, es emocionante leer sobre la vida de otras personas. Sin embargo, minutos después cerré el diario, me serví un poco del Havana y fui a la bodega.
Era grande la curiosidad. Caminé un par de metros y entre las estanterías encontré el cuerpo putrefacto. Era una mujer. Para mí fortuna y desaire era Estela, la chica que me ayudó a limpiarme la cara. Lo supe porque traía puesto un anillo de dulce que su novio le había regalado como promesa de matrimonio.
Tomé el cuerpo de ella junto con el del hermano de Natalie y los enterré, era lo menos que podía hacer por ellos después de que me salvaron la vida y me ayudaron. Deje la bodega abierta con la esperanza que el hedor desapareciera en un par de días. Mi espera no fue mucho, después de lo que leí en el diario, tomé a Bernardo y hui de aquel lugar.
Cuando los cuerpos estuvieron enterrados ya la noche se estaba poniendo, no pensé que cavar un hueco me llevara tanto tiempo, creo que la próxima vez mejor los quemo. Después de bañarnos preparé algo para comer y Bernardo cayó rendido. Jalé una silla y saqué la botella de licor y comencé a leer de nuevo.
"Ya han pasado dos semanas desde la partida de Carlos y estoy empezando a considerar dos cosas, la primera es que él esté muerto y la segunda es que no piensa regresar, debo confesar que me hubiera gustado ir con él, pero mi familia me necesita"
"Sé que él me prometió regresar, aunque suene estúpido creí en su promesa, sé que no debí creer, al fin de cuenta es hombre y creo que ningún hombre cumple sus promesas. Pensé que era diferente. Hoy cumple dos meses de su partida. Dejaré de pensar en él, es página vieja, buscaré que mi mente piense en otras cosas. Y aun así mis pensamientos regresan a él."
"Es un día nuevo. Me preocupa Javier mi sobrino, no ha regresado desde hace dos días, el jamás va más lejos de lo que debe ni tampoco se retrasa, si algo le pasa no me lo perdonaría jamás"
"Llevo un par de días sin escribir, la verdad no he tenido tiempo, era Javier llego hace tres noches, era pasado de la media noche y mi sobrina me despertó entre gritos y lágrimas. ¡Maldición! No podía creer que el pobre chico todavía siguiera vivo, era escalofriante verlo en ese estado. Él no tenía un brazo, era como si se lo hubieran arrancado y estoy seguro que alguien se lo quemó, al menos que el mismo lo hiciera".
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Sobrevive
HorrorQue pasaría si un día te despiertas y crees que se aproxima un apocalipsis zombi y tú novia muere. ¿Harías lo que fuera para sobrevivir? Este es el diario de un hombre que intenta sobrevivir.