Capitulo 49

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Entrada 105.

Cuando llegué a la casa empaque todo lo necesario, comida, agua, mis armas, las municiones y mis libros. Tomé las lleve del vehículo de emergencia. Tenía un mal presentimiento, no sabía que existía una colonia tan cerca de mi hogar o por lo menos a unas dos o tres horas de camino. Era posible que regresaran con más personas y registraran las casas cercanas. Las próximas horas serían de vida o muerte.

Fui con Aurora y me quedé atónito cuando vi que no estaba sola. En la mesa la acompañaba una mujer una pequeña casi de mi misma edad « ¿Pero qué diablos está pasando?» dije. Aurora me vio y corrió hacia mí, pidiendo que la disculpara «no podía dejarlas afuera» de inmediato le pregunté si ellas iban en la avioneta. La mujer dijo que sí. Su voz parecía temblorosa y con miedo.

« ¿En qué rayos estaban metidos? Mis manos estaban temblorosas. Acabo de ver a un sujeto ser perseguidos por otros» la mujer abrazo con fuerza a la niña que venía con ella y preguntó casi con lágrimas si todavía seguía con vida al sujeto que perseguían. Dije que no estaba seguro. Solo que lo había visto tirarse al agua. Dije mirando al suelo. Pero que lo vi si salió con vida, la mujer suspiró, sentí como si hubiera descansado por la noticia, tomó a la niña en los brazos y le hizo señas a la pequeña.

No puede evitar preguntar si ella era la esposa del piloto o del hombre que perseguían, ella vio a la niña a su lado y dijo que era esposa del hombre al que perseguían, y la pequeña era su hija. No pude evitar decirle que el hombre que perseguía a su esposo le gritó que le devolvieran a su mujer. «Me imagino que se refería a ti» dije fríamente. Ella volvió a ver a su hija y dijo que no se refería a ella, si no a su avioneta «tuvimos que robarla y la cambiamos por balas que tenía su esposo, pero el piloto nos traicionó y nos estaba regresando de nuevo a la colonia con esos sujetos malos, que solo violaban a las mujeres nuevas que llegaban» la voz de la mujer perecía resentida. No quería imaginarme lo que tuvieron que pasar en ese lugar, ni tampoco quería saber.

«Tenemos que irnos de inmediato, ya no estamos seguros aquí» dije mientras recogía algunas cosas de Bernardo y de Aurora. Alcé mi vista hacia ella, diciendo que si quería venir con nosotros lo podía hacer. Quedarse aquí era peligroso y más sabiendo que ellos podían regresar con mas personas y si son como dijo, no quería ver a Aurora y a esa mujer sufrir. La mujer no se hizo esperar y recogió algunas cosas y las guardo en su mochila.

Tomamos la vía de escape que tenía planificada para estos casos. Antes de salir derrame gasolina alrededor de la casa y del patio, me dolía lo que estaba apunto de hacer, pero era necesario, no quería que nos sorprendieran saliendo y quizá era algo molesto saber que alguien se quedara con mis cosas. Para este punto prefería quemarla hasta los cimientos, además veía difícil regresar a este lugar. Me quedaba claro a donde debía ir.

La casa comenzó a arder. La fumarola de humo negro se extendía a lo lejos. Escuché unas explosiones, era posible que fueran los tanques de gas almacenados en el sótano, eso permitiría cubrir mi salida de escape, tomé las vías alternas, sin embargo, cuando salí por la desviación de la carretera principal, escuchamos el sonido de un disparo, yo giré y después otro disparo y ¡oh Dios! lo que paso enseguida jamás lo podré superar. Hasta el día de hoy me despierto viendo la imagen en mi mente. La bala entró directo en el cráneo de Aurora, parte de su sangre salpico mi rostro. Sentí como estuve a punto de desmayarme, si no hubiera sido por la mujer que venia con nosotros tal vez no estaría contando esta historia.

« ¡Reacciona! O moriremos» ella abrió la puerta del copiloto y tiro a Aurora fuera del todo terreno. Su cuerpo rodo por el pavimento gris y caliente, mientras ella tomaba el control del vehículo desde el asiento «Por Dios, reacciona o vamos a morir. Gritaba de nuevo. No podemos hacer nada por ella, pero si podemos hacer algo por su bebé, miré al asiento trasero, la pequeña llevaba al niño en sus brazos, miré a la mujer sentada a mi lado. De repente no parecía tan frágil como pensaba. Aquella mujer de un metro cuarenta y cinco era mucho más fuerte de lo que yo podía ser. Sacudí la cabeza tratando de reaccionar, pero todavía podía escuchar el sonido de la bala atravesando el cráneo y quebrando cada pedazo de hueso «hacia donde» gritó de nuevo la mujer, señalé con la mano. Luego reaccioné. No podía llevarlos a nuestro nuevo hogar, tomé el control del volante y giré a la ciudad.

Detrás de nosotros apareció un vehículo y comenzaron a disparar de nuevo. Volví a girar con la esperanza de hacer el mayor ruido posible, cruce dos cuadras más y me encontré casi en el centro de la ciudad, nuestros perseguidores todavía seguían detrás de nosotros. Giré de nuevo y ahí estaban en una esquina, cientos de zombis agolpados cerca de un edificio, con la bocina del todo terreno hice el ruido más fuerte que pude hasta llamar la atención de todos ellos.

Mi plan funcionó, admito que fue casi suicida y demasiado arriesgado, y en la última esquina antes de estrellarnos con ellos di vuelta, el vehículo dejó de perseguirnos y nosotros buscamos un lugar para escondernos. Uno de los estacionamientos de un puesto de comida estaba abierto, metí el todo terreno y bajé las cortinas de metal del negocio.

Revisé el lugar y todo estaba en orden, no había zombies en ninguna parte, pero de seguro en la parte de arriba del edificio si lo habría, así que cerré la puerta que llevaba a la planta alta para poder pasar la noche tranquilo. Busque un rincón lo más lejos posible y me eche a llorar como un niño, la mujer se me acercó y me abrazó, me pidió disculpa por lo que había hecho con Aurora. La odié por un momento. Aurora merecía una sepultura y un lugar para llorarla.

Pasamos encerrados más de tres días en el estacionamiento, ni ella ni yo nos quisimos arriesgar de que estuvieran cerca de ahí. Teníamos provisiones para casi dos semanas administrándolas bien, pero no pensamos en pasar más de una semana encerrados. En el cuarto día decidí revisar la parte de arriba del lugar y lo que vi fue espantoso. Una persona se había ahorcado. Dejo una nota diciendo que era un cobarde por tomar la decisión de no quitarse la vida, pero no tenía sentido seguir viviendo, si su esposa y su hijo habían sido devorados por esas cosas y ahora estaba solo en este mundo ya no tenia porque vivir más.

Era compresible lo que el pobre infeliz hizo. En su lugar quizá hubiera hecho lo mismo. No podía dejarlo así. Lo bajé y lo cubrí. Registré el lugar y encontré varias latas de comida, las guarde y revisé el baño. Las toallitas húmedas se estaban acabando y el bebe necesitaba bañarse antes de que tuviera una infección. Los tinacos todavía tenían agua. Escondí el cadáver y le pedí a la mujer que subiera con los niños. Parecía que el agua los hizo felices, creo que tarde mucho tiempo en subir, pero en realidad no me sentía bien. Pensar en la muerte de Aurora me deprimía. Sabía que tenía que continuar; después de que nos bañamos tomamos nuestras cosas y salimos de aquel lugar. 

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Éste es el último capitulo del año, espero continuar para el próximo. Lo más importante es que ustedes estén bien y tengan una agradable noche y un excelente año nuevo acompañados de sus seres queridos. ¡Hasta la próxima! No olviden votar y comentar.

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